
Don Enrique Ortiz, de 73 años, murió en el asiento de copiloto del auto de su hija, después de ser rechazado en dos hospitales en Ciudad Obregón. Buscaba ayuda para respirar porque la covid-19 le impedía el paso de aire a sus pulmones.
El abuelo había sido diagnosticado con coronavirus el pasado 9 de junio, de acuerdo con una prueba de laboratorio privado en poder de La Silla Rota, y desde los primeros síntomas, su familia lo había resguardado en casa. Además, le buscaron atención médica del sector privado, quienes lo atendían de manera virtual.
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos, don Enrique tuvo días difíciles en los que se complicó el cuadro de síntomas con fiebre, dolor de cabeza, problemas respiratorios, diarrea y deshidratación.
Con el apoyo de sus familiares y la compra de un tanque de oxígeno, lograron subir su nivel hasta un 84% de oxigenación, por lo que el adulto mayor presentó una mejora, y podría consumir sus alimentos de forma regular.
Con más fortaleza en su cuerpo, el pasado jueves 18 de junio, una de sus hijas, Lorena, quien estaba a cargo de su atención, lo llevó a un laboratorio privado, donde le harían más análisis para conocer más sobre su estado de salud, pero fue ahí donde todo comenzó a colapsar.
En las instalaciones del laboratorio, don Enrique se desplomó y ya no respondía al oxígeno; de inmediato, su hija lo subió a su automóvil y se trasladó al Hospital General Regional No. 1 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en Ciudad Obregón.
Lorena buscó ayuda desesperadamente, pero nadie la asistió para bajar a su padre del vehículo; e incluso, los camilleros le dijeron que ella tenía que sacarlo de ahí si quería que lo atendieran.
«Mi hermana lo llevó al hospital del seguro (HGR 1° IMSS), llegó ella preocupada, desesperada, diciéndoles que mi apá se está muriendo, que no puede respirar, prácticamente en paro respiratorio, los camilleros le dijeron que, si quería atención, lo tenía que bajar ella», cuenta a La Silla Rota otro de sus hijos, Luis Enrique Ortiz.

La hija del anciano no podía con el peso de su padre, por lo que decidió ir al Hospital General de la Secretaría de Salud, ubicado a dos kilómetros de donde se encontraban. Al llegar, personal médico que se encontraba fuera del lugar le dijeron que no lo podían atender, que ya no había espacio y que era mejor regresarlo a casa.
Su hija, en estado de shock y desesperación tomó de nuevo el volante para intentar ayudarlo, pero dejó de existir durante ese trayecto. Don Enrique tuvo un paro respiratorio a tres minutos de llegar.
Desesperada, desvelada y acalorada, ese día estábamos a 44° grados en Obregón y para no pelearse con los del IMSS decide llevarlo al hospital general, que está a unos dos kilómetros y le dijeron que no lo podían recibir, que se lo llevara a su casa… lo mandaron a morir
El hijo del anciano asegura que la muerte de su padre se trató de negligencia médica, ya que le negaron la atención cuando era un asunto de vida o muerte.
«Había una gravedad explícita, la obligación de ellos era bajarlo, estabilizarlo, canalizarlo, entubarlo y valorar sus posibilidades de seguir con vida. A lo mejor ya no tenía remedio, no quiero linchar, pero nadie, ningún médico, ninguna enfermera, ningún camillero intentó hacer algo para evitar que muriera y eso se llama negligencia», asegura.
Luis Enrique tampoco está de acuerdo en el trato que le dio el médico del sector privado a su padre, quien solo le recetó paracetamol y lo atendía de manera virtual o por teléfono. El hombre de 73 años no padecía de alguna enfermedad crónico-degenerativa que complicara su estado.

La Silla Rota buscó la postura de la Secretaría de Salud y el Instituto Mexicano del Seguro Social sobre el caso de don Enrique y la denuncia de sus familiares por presunta negligencia médica, pero hasta el momento no se ha emitido alguna.
Sin embargo, en el reporte diario del secretario de Salud, Enrique Clausen Iberri, del pasado 18 de junio, día en que murió el adulto mayor, informó que los servicios hospitalarios se saturaron debido al accidente de jornaleros en Bácum, donde 25 resultaron lesionados.
Hoy en el sur del estado hubo un accidente carretero, un camión de personal, los lesionados fueron trasladados al Hospital General de Ciudad Obregón, colapsando por unas horas los servicios de salud, por esta razón le pedimos que se cuiden
Hospitales públicos y privados al tope en Sonora
No es la primera ocasión en que personas con síntomas de covid-19 denuncian la falta de atención médica en Sonora, como en el caso Enrique Ortiz. Hace unos días circuló un video en el que Eliane, una mujer de 35 años chocó en su automóvil al buscar un hospital que la recibiera, en Hermosillo.
En estas imágenes, se le escucha decir que fue a varias clínicas privadas, pero le dijeron que no había lugares disponibles para atenderla. Cuando se dirigía al Hospital General del Estado, se pasó el semáforo en rojo por la desesperación de pedir ayuda para respirar, pero una unidad de taxi se impactó contra su auto.

Durante las primeras semanas de junio, distintos hospitales y clínicas privadas en la capital sonorense publicaron mensajes a través de sus redes sociales y en las puertas de las instalaciones para avisar a la ciudadanía que estaban al tope, ya no tenían espacio para más enfermos de covid-19.
«En los últimos días hemos tenido un incremento de personas que han acudido a nuestro hospital con síntomas de covid, muchos de ellos tuvieron que ser internados y el día de hoy hemos llegado al límite para atender a personas con este padecimiento», se lee en uno de los mensajes de la Clínica del Noroeste.

Además, en los informes diarios de la Secretaría de Salud se confirma que la capacidad hospitalaria del sector público también es cada vez menor.
El titular de la dependencia, Enrique Clausen detalló el pasado lunes, como lo hace cada inicio de semana, sobre qué instituciones se encuentran en riesgo máximo del tope de pacientes y son los municipios.

«Te informo sobre la ocupación hospitalaria actual: en riesgo máximo, en Cajeme, el hospital del IMSS está al 84%, mientras que el hospital López Mateos, de Isssteson está en su máxima capacidad; en Nogales, los hospitales de la secretaría de Salud, IMSS e Isssteson se encuentran entre el 75 y el 80%; en Hermosillo, el IMSS se encuentra al 80%, el hospital Chávez de Isssteson al 95% y el Issste al 94%, con una cama disponible. El IMSS en SLRC no cuenta con camas disponibles y en Navojoa están al 75%», señaló en una transmisión en vivo.
Además, informó que este viernes se registraron 434 nuevos casos, la máxima cifra desde que inició el contagio en el estado, lo que da un total de 6 mil 173 pacientes con Covid-19 en Sonora y 550 defunciones.
Los municipios con mayor incidencia del virus son: Hermosillo, con 2,071; Cajeme, con 1,188; Nogales, con 891; San Luis Río Colorado con 710 y Navojoa con 274 casos.
La Silla Rota
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