
El 9 de mayo de 2019, en medio de esta contingencia sanitaria, en donde se supone que quedarte en casa te salva la vida, Maicha Pamela no fue así, fue asesinada despiadadamente en el interior de su domicilio en Temoaya, Estado de Mexico.
Maicha Pamela era una buena chica, muy encantadora, noble, servicial y solidaria con su familia. Cursaba el tercer año de secundaria y era buena en matemáticas. Por la cuarentena, sus clases presenciales estaban suspendidas como en todos lados.
Al reanudar las clases vía televisión, Pamela estaba imposibilitada para cumplir pues en casa no tenía televisión. Pero a pesar de esas limitantes soñaba con entrar al Conalep para estudiar contaduría o enfermería.
Pamela era la segunda hija, adoraba a su mami y era muy atenta con ella.
Su madre la recuerda días antes de que ella se fuera a trabajar a la purificadora de agua. Siempre le preparaba su café y unas quesadillas. Esa última vez se despidieron con un beso, dándose la bendición una a la otra.
A pesar de ser tan jovencita ayudaba a su mamá a sostener económicamente su hogar. Tenía una tiendita en su casa, donde vendía chicharrones preparados, dulces, hot dogs, hamburguesas, quesadillas y refrescos fríos mientras que su mami trabajaba.
Brutal ataque
Cuatro días después de cumplir 16 años, mientras Pamela se encontraba solita, alguien entró a la tiendita, entre la 1 y las 3 pm.
La sometió, la arrastró al interior de su casa, le ató las manos al cuello con unas agujetas, le golpeó la cara fuertemente cerca de la boca. La ahorcaron con las manos y la ‘echaron en un tonel’ con agua que estaba en el baño.
«Por si estaba viva» y para que no pudiera salir de ahí, encima del tonel le pusieron un lavadero con unos tabiques. Después de eso huyeron.
A Pamela la mataron por odio, no la robaron, el dinero de la venta a la vista y no se lo llevaron, tampoco se llevaron algo de la casa. No abusaron sexualmente de ella.
La mataron por matarla, porque estaba vulnerable, joven, sola y delgada.
Han pasado 20 días que le arrebataron la vida, y aún no se sabe quién la mató. Tampoco se sabe si hay uno o varios asesinos por este atroz crimen. Por todo lo que le hicieron a Maicha Pamela se cree que mínimo hay dos personas implicadas.
Pero como siempre nadie vio, ni nadie escuchó nada.
Pamela quedó sumergida dentro de ese tonel donde por falta de agua reciclaban el agua de los trastes para echarla al baño.
Ahí le arrebataron sus sueños y destrozaron la vida a una madre de familia que ha hecho todos los esfuerzos para sacar adelante sola a tres hijos, hoy tiene que lidiar con el dolor tan grande de perder violentamente a su pequeña.
Su madre lucha por saben quién fue el asesino, pide ayuda a presionar y a difundir el caso para que la autoridades hagan su trabajo.
Letra Roja
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