
Con clientes arremolinados sobre mostradores, sin cubrebocas y en intercambio de dinero directo y entrega de productos de manera indistinta, los comerciantes de pescados de los mercados municipales realizaron la mayor venta del año por la Semana Santa.
No hubo quien hiciera que los clientes de los mercados «Hidalgo» y «República» guardaran su distancia durante la espera y por igual aparecieron mamás con niños que se formaron en muy estrechos pasillos.
Los clientes demandaron róbalo, pulpo, ceviche, camarón, ostión, mojarra, tilapia y otros productos procedentes del mar.
Sin embargo, y a pesar de las medidas de cuidado a los clientes, parecía no importarles la distancia en su mayoría. Los niños se sentaron a la orilla y próximos a otros clientes, algunos con cubrebocas y otros tosiendo o estornudando sin observar la etiqueta sanitaria.
PULSO
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