¿Deporte o espectáculo?: Mayweather y Pacquiao protagonizan hoy “La pelea del siglo”

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El día más esperado para los amantes del boxeo ha llegado. Entre ellos sin duda el cantautor Bob Dylan, un apasionado furibundo del deporte de los puños, al que le ha dedicado canciones como la impresionante “The Hurricane”, donde narró la historia de Rubin Carter, el púgil que pasó 20 años en la cárcel, condenado por un crimen que no había cometido.

El tema que sirvió de banda de sonido para la película sobre la biografía de Carter que protagonizó de forma magistral Denzel Washington es un reflejo del eterno romance que vive con el box el célebre cantautor estadounidense, quien en una de sus visitas a Buenos Aires, Argentina, pidió que lo llevaran a un club de box y fue allí como recayó en el Almagro Boxing Club, donde hizo maniobras frente al espejo y saltó a la cuerda ante la mirada atónita de los parroquianos.

El viejo Bob más sabe por diablo que por maduro y es así como frente a la que es denominada la pelea del siglo entre el filipino Manny Pacquiao y el estadounidense Floyd Mayweather, Jr., se ha decidido a apoyar al primero, su púgil favorito y al que visitó durante el año pasado durante el entrenamiento en el gimnasio Wild Card de Hollywood, previo al combate con Timothy Bradley, el preferido de actores como Will Ferrell y Kevin Spacey.

Pacquiao, dicen los entendidos, es tan bueno como el fanfarrón Mayweather, un peleador al que muchos consideran acabado, sin que ello implique desconocer que Manny tampoco canta bien las rancheras en tal sentido.

Es decir, ambos están en el fin de sus respectivas carreras, lo que no ha impedido que su encuentro de este sábado en el casino MGM de Las Vegas tenga a los aficionados al boxeo en vilo y a muchas celebridades al pie del ring o manifestando sus ansiedades en las redes sociales.

No sólo Bob Dylan, también Sylvester Stallone apoya al filipino, al que ha ido a visitar en varios entrenamientos.

El jovenzuelo problemático Justin Bieber, en cambio, se inclina por Floyd Mayweather y así lo se lo ha hecho saber en consuetudinarias visitas durante su preparación, al igual que el recordado protagonista de Baywatch, David Hasselhoff.

Mark Wahlberg va por Pacquiao, también conocido como “Pacman”.

50 Cent 7 es de Floyd (está tan convencido de que ganará Floyd que ha apostado $1.6 millones de dólares por su triunfo); Keanu Reeves, de Manny.

Mariah Carey agradece con su apoyo la presencia de Mayweather en sus conciertos y el comediante Mario López se ha sacado una selfie con el filipino, demostrándole su amistad.

Foto: EFE

¿CUÁNTO DE BOXEO, CUÁNTO DE ESPECTÁCULO?

Pero no sólo las celebridades de Hollywood, ni la bolsa de mil millones de dólares en juego, los multimillonarios derechos televisivos y el gigantesco boom mediático a su alrededor definen la esencia de “La pelea del siglo”.

Algo que se llama boxeo y que podría hoy ser considerado un deporte en crisis, que vive más de las glorias pasadas que de un horizonte luminoso que asegure su supervivencia, está en juego en los puños llenos de dinero de Mayweather y Pacquiao.

“Al principio el boxeo era un deporte romántico, fiero, sangriento, porque a la gente no le interesaba la salud del pugilista sino el espectáculo, la sangre, el drama. El boxeador ganaba poco dinero, apenas para subsistir. Pero la televisión llegó y dominó el boxeo. Con ella empezó el primer paso para la destrucción del pugilato, porque el día en que a la televisión se le ocurra abandonar al boxeo, ¿qué pasará? Por causa de la televisión el boxeo actual es un deporte metalizado que se orienta hacia el color del dólar”, dijo el fallecido José Sulaimán (1931-2014), el hombre fuerte del deporte que dirigió durante 38 años el Consejo Mundial del Boxeo (CMB).

Sus palabras cobran un significado especial a horas de que inicie el combate, sobre todo porque ha sido la televisión el gran juez y la gran parte en este circo que se ha generado alrededor de los púgiles más famosos del momento.

Detrás de cada gota de sudor que aflora en sus entrenamientos, vibra un billete destinado a terciar en la mesa de negociaciones por los derechos televisivos.

El 25 de marzo pasado se supo que la cadena Sky había ganado la contienda para transmitir la pelea en el Reino Unido, Alemania, Italia, Irlanda y Austria, por el sistema pay per view.

Televisa y Azteca en nuestro país emitirán conjuntamente la lucha. En los Estados Unidos, Showtime (que transmite las peleas de Floyd Mayweather) y HBO (que hace lo propio con los combates de Pacquiao), llegaron a un acuerdo sobre el que se basó la realización de la pelea, para cuya concreción hoy se llevaron a cabo siete años de negociaciones entre las partes involucradas.

Sin televisión, no había Pacquiao-Mayweather. Algo muy lejos de entender por un niño que hoy entrara a un humilde ring de provincias para ejercitar algunos golpes destinados a conformarlo como un potencial boxeador profesional.

¿Dónde está el boxeo? ¿En la danza de los millones y en los gestos casi payasescos de “Pacman” y “Money”, los nuevos animadores de la Corte Mediática? ¿O está en cada uno de esos niños pobres que ponen sus ilusiones de ascenso social en el gastado ring del pueblo?

“El boxeo es la historia de cómo un muchacho de poca educación, que viene de la nada, sube, encuentra la gloria y luego no sabe qué hacer con ella”, había dicho José Sulaimán.

Su hijo mayor, Mauricio Sulaimán, el heredero, es responsable ahora de los destinos de un deporte que ha dejado de tener interés para las nuevas generaciones.

Su primer gran golpe ha consistido en lograr la unión entre el Consejo Mundial de Boxeo, que dirige, la Federación Internacional de Boxeo (FIB) y la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), para iniciar gestiones destinadas a lograr que sólo haya un título mundial para los combatientes.

Optimista y eufórico, Mauricio auguró “una nueva era para el boxeo”.

Desde el Más Allá, su padre seguramente le habrá levantado los pulgares.

“Los que dicen que el boxeo va a morir son los que comen bistec con manteca y no entienden qué es el hambre. Mientras haya hambre, habrá boxeo. El que está satisfecho no arriesga su vida por dinero”, decía Don José.

Foto: EFE

LA PELEA, DE VERDAD EXCITANTE

“Se habla con mucho escepticismo de esta pelea. Que agarra a ambos peleadores en el declive de su carrera, se dice. Que Mayweather no ha tenido contendientes de un nivel realmente alto: es una figura inflada. Que todo es mercadotecnia, publicidad, puesta en escena. Que Pacquiao va a perseguir inútilmente a su rival, y que éste, otra vez, nos va a matar de aburrimiento mientras corre por el ring”, dice el periodista y escritor Julio Patán, un gran conocedor del boxeo, deporte que también practica en forma contumaz.

“No estoy seguro. El filipino ha tenido una carrera en verdad dura,  a lo largo de la cual ha enfrentado a boxeadores buenos y muy buenos: Juan Manuel Márquez, Terrible Morales, Marco Barrera, Cotto, Margarito… Una y otra vez, ha demostrado ser un prodigio del boxeo ofensivo, frontal: pocos meten las manos con esa velocidad, esa precisión: ese veneno”, agrega.

“Puede ser en verdad excitante ver el choque de ese estilo con el virtuosismo defensivo de Mayweather: al boxeo los contrastes le sientan bien. Los que sin duda quedarán decepcionados son aquellos que entienden este deporte como un intercambio furioso de golpes, porque la historia tendrá muchos recovecos. Sospecho que ganará Matweather por decisión”, concluye.

LA PELEA, DE VERDAD DE GRAN RIESGO

Para la periodista especializada en boxeo Érika Montoya (colabora con Milenio, ESPN yHuffpost), “este fin de semana se pondrá sobre la línea mucho más que los legados de los dos mejores boxeadores del momento o un invicto y los campeonatos. Este sábado se jugará el futuro del boxeo como lo conocemos”, afirma.

“Mayweather y Pacquiao lograrán este fin de semana lo que muchos boxeadores han intentado desde el retiro de Muhammad Ali: concentrar los ojos del mundo en un ring y el resultado puede ser una navaja de doble filo”, explica en exclusiva para SinEmbargo.

“Si el duelo –que ha logrado generar gran expectativa gracias a las cifras estratosféricas de dinero que se están generando, pues un boleto para la pelea en ringside supera el costo de una casa– resulta no ser lo esperado o los jueces deciden hacer de las suyas al momento de entregar las tarjetas, el deporte de los puños estará perdido.

“Pero si resulta una pelea que provea emoción y dramatismo, el boxeo podría tener un resurgimiento que hasta ahora se califica de necesario”, concluye.

¿QUIÉN GANA, PACQUIAO O MAYWEATHER?

A pocas horas de que inicie La pelea del siglo, son algunos los que ponen en duda el triunfo de Floy Mayweather. La opinión está asentada, según el experto Daniel Guiñazú “en razones tanto boxísticas (su habilidad, su talento, su velocidad) como extraboxísticas (es uno de los dueños del meganegocio y tomará todas las precauciones para no perder).”

Sin embargo, para el periodista argentino del periódico Página 12, “Pacquiao es un supercrack, ganó títulos mundiales en siete categorías diferentes y no se lo puede descartar tan alegremente de antemano. Mayweather es el candidato, pero Pacquiao tiene recursos de sobra como para complicarlo y hasta para dar el batacazo”, afirma.

La gran zanahoria en esta historia de pugilato y fama la constituye la bolsa astronómica en juego. Mayweather se llevará 180 millones de dólares y Pacquiao, 120, sólo por pararse en el ring.

“A esto hay que sumarle, los monumentales ingresos por el pay-per view en los Estados Unidos, que se estiman en 300 millones de dólares, los derechos internacionales de televisión, la publicidad, la venta de entradas (40 millones más), el merchandising y otros colaterales. Se estima que en las cuentas finales, uno y otro podrían duplicar sus bolsas”, explica Guiñazú.

“Mayweather arriesgará la corona welter de la Asociación y el Consejo. Pacquiao, la welter de la Organización. El Consejo, además, pondrá en disputa un cinturón especial de superlujo con 3000 diamantes y un kilo de oro puro”, agrega.

PACQUIAO, EL HÉROE DE FILIPINAS

Emmanuel Dapidran Pacquiao nació en Kibawe, Filipinas, el 17 de diciembre de 1978. Comenzó a boxear en un pequeño poblado portuario de su país, motivado por la necesidad de llevar dinero a su casa.

A los 36 años, puede presumir de ser considerado uno de los mejores atletas del mundo y uno de los boxeadores mejor pagados del planeta.

Algún día, dicen, será presidente de su país. Le apasiona la política, ha hecho de actor, de músico, profesa la religión cristiana y juega al basquetbol en forma profesional.

“En Filipinas, el deportista con el sobrenombre “Pacman” es tan querido y popular que durante sus peleas, los índices de criminalidad se reducen a cero, ya que todo el mundo sigue con expectación las incidencias del combate ante el televisor”, cuenta la periodista Girlie Linao en un reportaje especial desde Manila para la agencia dpa.

“En Estados Unidos también es más que un boxeador. Pacquiao causó gran revuelo en su primera visita a la Casa Blanca en 2011: cuando atravesaba una calle, varios conductores intentaron hacerle una foto con sus celulares. El resultado, choques múltiples y un tráfico caótico. La reunión con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, la calificó el gran púgil filipino como un “momento inolvidable” en su vida”, agrega.

Manny Pacquiao es el único púgil que ha llegado a ser campeón del mundo en ocho categorías distintas. Sus ganancias en 2014 se estiman en 38,4 millones de euros.

FLOYD MAYWEATHER

Considerado por muchos el mejor boxeador de la historia (una calificación dudosa si se piensa en Muhammad Alí o Mike Tyson, sólo por citar dos nombres célebres del pugilato), Floyd Mayweather Jr., nació el 24 de febrero 1977 en Grand Rapids, Michigan,

Ha ganado seis campeonatos mundiales de boxeo en cinco categorías y su rostro sin marcas le valió el apelativo de Pretty boy (chico bonito). Actualmente, con 38 años de vida, se medirá ante el filipino Manny Pacquiao, teniendo el retiro como horizonte inmediato, dado que ya dijo que dejará de pelear en septiembre.

“Tras estar en el deporte durante 19 años lo principal es que voy a poder dejarlo y tener todavía una mente ágil. No he tenido grandes batallas, que es algo que afecta a tu cuerpo”, dijo esta semana en Las Vegas.

“Si vence el sábado, se retiraría invicto con un 49-0 y emularía así Rocky Marciano, que nunca conoció la derrota”, explica el periodista Daniel García Marco, de dpa.

“La fórmula del éxito de Mayweather es el trabajo duro y el personaje creado fuera del ring que interesa incluso al público poco cercano al boxeo.”Me ames o me odies pagas por verme”, aseguraba ya cuando empezaba a polarizar a los aficionados”, cuenta García Marco.

Tuvo una infancia difícil, al igual que su rival este sábado. Es arrogante, tanto sus admiradores como sus detractores lo llaman “Money” y aseguran que sólo le interesa el dinero.

El día llegó. Hay mucho por qué pelear. O no.

 

Con información de: Sin Embargo

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