Detención de presuntos sicarios mexicanos eleva alerta sobre presencia del narco en Argentina

Uncategorized

La detención de dos presuntos sicarios mexicanos intensificó la alerta que hay en Argentina por la creciente presencia de organizaciones vinculadas con la producción y traslado de drogas y el lavado de dinero.

El pasado 7 de mayo, los mexicanos Carlos Angulo López y David López Quintero fueron detenidos luego de que ingresaran a un edificio ubicado en Villa Crespo, barrio ubicado en el centro de esta capital, y tomaran a dos mujeres como rehenes.

Gracias a la llamada de un vecino, la Policía Federal montó un operativo en la zona que culminó con la liberación de las mujeres pero que inició un caso que sorprende a las autoridades porque no se trató de un intento de robo común.

Los dos hombres, que habían llegado una semana antes a Buenos Aires en calidad de turistas, estaban armados con tres pistolas calibre 22 con silenciador y su objetivo era llegar al consultorio de la odontóloga Marcela Valeria Simón.

La doctora es esposa de Diego Colombini, un abogado que es investigado por lavado de dinero en la causa judicial que se abrió el año pasado con el descubrimiento de 113 kilos de cocaína en un estacionamiento en el centro de esta capital.

El hallazgo de la droga permitió la detención de una decena de ciudadanos colombianos, a quienes, según el expediente judicial, Colombini y uno de sus socios, Walter Mosca, ayudaron a crear fideicomisos para “blanquear” millones de dólares.

Las autoridades sospechan que los mexicanos vinieron al país con la orden de ejecutar a la esposa de Colombini, en venganza por el dinero que se perdió con la incautación de la cocaína.

Esta es la primera vez que en Argentina son detenidos presuntos sicarios extranjeros, ya que hasta ahora sólo se había detenido a mexicanos que fabricaban y exportaban metanfetaminas, y otros que trasladaban o producían cocaína líquida.

Angulo López y López Quintero permanecen detenidos en la cárcel de Marcos Paz, en las afueras de Buenos Aires, a la espera de que inicie el juicio en su contra, pero se les ha asignado una custodia permanente pues se teme que los maten por no haber cumplido su tarea.

La presencia de sicarios en el país se detectó por primera vez en julio de 2008, cuando dos colombianos fueron asesinados en el estacionamiento de un centro comercial por un hombre que iba en moto.

En abril de 2012, un sicario mató de cinco tiros al colombiano Jairo Saldarriaga Perdomo mientras caminaba en el elegante barrio de Recoleta, misma suerte que corrió otro colombiano, Carlos Gutiérrez Camacho, en marzo del año pasado, en los bosques de Palermo.

 

Con información de: Sin Embargo

Compartir ésta nota:
Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp