Disfunción eréctil, señal de una mala salud: Mariano Sotomayor

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En México, el 50 por ciento de los hombres de entre 40 y 70 años la padecen, una enfermedad propia del sexo masculino que no sólo provoca conflictos maritales, depresión y ansiedad, también es una señal de problemas de salud más profundos y a los primeros signos de aparición, la respuesta más recomendable es acudir al médico: la disfunción eréctil.

La impotencia cambió de nombre por considerarse peyorativo, pero se trata de lo mismo, “la incapacidad para lograr o mantener una erección suficiente que permita una relación sexual”, define el presidente de la Sociedad Mexicana de Urología, Mariano Sotomayor de Zavaleta, en entrevista con SinEmbargo.

Para que pueda definirse como disfunción se deben de tomar en cuenta un par de factores, el primero, que  “no quiere decir no tener una erección, de hecho la mayoría de los pacientes de lo que se quejan es de que la erección ya no es igual, que les cuesta trabajo lograrla, mantenerla y eso no les permite tener una buena relación sexual”.

Otro aspecto es que debe de ser persistente o recurrente, “porque hay mucha gente que tiene algún episodio aislado de una incapacidad para lograr la erección porque se emborrachó o porque tomó medicina, porque está nervioso, etc”, dice.

LA ERECCIÓN COMO SEÑAL DE SALUD

Aunque está generalmente ubicado como un padecimiento común que sucede de manera natural con la edad, y las estadísticas respaldan el dicho, los expertos coinciden que la disfunción no debería tomarse sólo como ello si no como una señal de alarma ante problemas de salud graves.

“Estoy convencido de que la erección es una manifestación de salud, la gente que tiene buena erección quiere decir que tiene buena salud, sobre todo vascular, porque sabemos que las causas más comunes de disfunción eréctil son las que afectan el sistema vascular, es decir, para que uno logre una buena erección debe tener arterias sanas para que se inunde el pene de sangre, debe tener un pene sano para que permita atrapar sangre, esto es lo que produce la erección. Y todo esto en un ambiente hormonal y neurológico adecuado, pero estoy convencidísimo de que la persona que tiene disfunción eréctil quiere decir que tiene algo más que lo explica”, dice el doctor Sotomayor.

El también integrante del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (Innsz) hizo un énfasis en la labor que los médicos deberían tener ante la visita de un hombre con disfunción.

“No solamente dar medicina si no investigar qué es lo que está causando este problema y ahí es donde encontramos diabetes, lípidos altos, hipertensión, enfermedades del corazón, a veces, problemas de tiroides, del hígado. No todas son orgánicas, hay otras más que son de origen psicógeno, es decir, todo el cuerpo está bien pero el sistema psicológico es lo que causa el problema, por ejemplo, la ansiedad de desempeño, esas personas que están tan nerviosas y tan ansiosas por tener una actividad sexual en condiciones no ideales y a veces estas personas tienen episodios de disfunción eréctil”, dice.

Y aunque no existe un estudio en México que compare si los jóvenes, es decir, entre 40 y 50 años, sufren con mayor frecuencia de este mal que antes, el especialista señala que esto depende de elementos relacionados con los estilos de vida, como “nuestra altísima proporción de obesidad y diabetes que son dos factores también involucrados, entonces si nuestra población es cada vez más obesa y con más problemas metabólicos, seguramente en el futuro tendremos más pacientes con disfunción eréctil”.

“Siempre hay una explicación si la buscamos”, concluye al respecto.

Mariano Sotomayor de Zavaleta, presidente de la Sociedad Mexicana de Urología. Foto: Daniela Medina, SinEmbargo

LAS CAUSAS

Como cualquier enfermedad, las razones por las que se presenta así como su tratamiento deben de darse tras la consulta con un médico, de preferencia un especialista.

Tras una revisión clínica en la que se checa la presión arterial, el peso y el ritmo cardiaco, a partir de ahí se pueden pedir otros estudios de laboratorio para medir el azúcar en la sangre, hacer un perfil de lípidos y revisar la testosterona.

Explica que la forma más común entre menores de 60 años en la disfunción endotenial, en la que el vaso sanguíneo está bien pero no se abre lo suficiente para permitir el flujo de sangre que inunda el pene.

El experto dice: “se asocia a obesidad, diabetes, lípidos altos, hipertensión. Todos esos factores afectan también la función del vaso sanguíneo y lo más importante es que el problema no es sólo en los vasos sanguíneos del pene, si alguien tiene ese problema en el pene quiere decir que probablemente esté en otro lado también, es por eso que se considera como un centinela de salud vascular”.

“En México siempre tenemos la idea de que ser gordito es una manifestación de que estás sano y la verdad es que la obesidad es el peor problema que tenemos en México porque la obesidad redunda en todo, y en enfermedades muy caras además que nos cuesta mucho al Sistema Nacional de Salud”.

Al ser un padecimiento relacionado con otras afecciones, el urólogo considera complicado precisar lo barato o costoso que puede resultar tratar una disfunción, pues no sólo se trata de ella, sino de todo lo que trae detrás.

“Como el ejemplo del obeso que tiene disfunción eréctil, seguramente tiene hipertensión, el colesterol alto, azúcar limítrofe y eso acorta su esperanza de vida entonces se le tienen que tratar muchas otras cosas aparte de la disfunción eréctil, yo creo que el costo es difícil de calcular porque me parece que no debería de ser suficiente decir cuánto cuesta un tratamiento, más bien lo que uno tendría que ver es la ganancia en salud si uno identifica y trata”, menciona.

Aunque acepta que “no se debería de limitar a dar un tratamiento específico para la disfunción eréctil” ni debería de ser la única acción, “a veces [los médicos] no tenemos de otra, porque si tenemos un paciente que tiene diabetes descontrolada después de 10 años la verdad es que el daño ya está hecho y lo único que le podemos aconsejar de aquí al futuro es que se cuide más, pero no le podemos decir ‘hasta que no se cuide la diabetes, no le voy a dar nada porque está usted castigado’”.

Considera entonces que actualmente existen medicamentos seguros y muy efectivos y hay que usarlos, “eso los hace sentir muy bien, les mejora el estado de ánimo, su relación. Es parte muy importante tratar el síntoma y aparte tratar toda la enfermedad”.

Al respecto menciona un nuevo medicamento en el mercado, creado en Brasil y que llegó a México bajo el nombre de “Helleva”, cuyo ingrediente activo es el lodenafilo, que tiene la cualidad de no afectar de manera negativa su absorción en el organismo cuando se toma con alimentos o con alcohol.

“Porque a veces la relación sexual tiene que ver un poco con alcohol  – no estoy diciendo que así deba ser- pero a veces así es, entonces no se afecta su absorción, lo cual permite esa libertad”, dice.

Pide a sus colegas que no se limiten a recetar una medicina para un solo evento, hay estudios que dicen que los pacientes con disfunción eréctil tienen una frecuencia mayor de depresión, de abandono de empleo, problemas maritales, “entonces si uno ve todos costos es enorme, pero si vemos los otros relacionados con la causa”.

LA IMPORTANCIA DE LA PREVENCIÓN

El consejo principal del doctor Mariano Sotomayor es llevar una vida sana, “por eso la edad no es el factor más importante, si no los cambios que ocurren con ella, sin duda envejeces pero si envejeces sano tienes menos probabilidad de tener disfunción eréctil que si tienes muchas enfermedades desde muy joven.”

El segundo es acudir al médico: “que piensen que no es el pene el único que se enferma, que esto es la manifestación de que hay algo en su cuerpo. Que hay medicina que es efectiva, que no la compren directo en la farmacia porque pierden oportunidad de encontrar cosas que les pueden ayudar a futuro”

Hace la comparación con un coche descompuesto al que se le prende el foquito de “check engine”, si se lleva a un mal taller sólo le van a quitar el fusible, lo equivalente a sólo comprar la medicina. Si se acude a un buen taller, en lugar de ello, revisarán el vehículo y recomendarán poner aceite, de lo contrario el carro se desviela y tienes que comprar otro.

“El problema es que la salud no se compra. En el momento que tienes un accidente vascularcerebral, un infarto agudo al miocardio, la vida te cambia, si es que no te mueres”.

Además, llama a los médicos a que piensen estas consultas como una oportunidad para diagnosticar cosas que pueden atentar contra la esperanza de vida, “no calidad, sino esperanza de vida del paciente”, finaliza.

Fuente: Sin Embargo.

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