Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir

El día de ayer al presentarse en el Congreso del Estado de San Luis Potosí una iniciativa más para despenalizar el aborto el espacio tuvo una audiencia mayormente conformada por grupos antiderechos o pro aborto clandestino como el Frente Nacional por la Familia quienes acorde a las notas periodísticas publicadas en las últimas horas ni guardaron silencio, ni escucharon, ni respetaron el recinto legislativo ni fueron removidos del lugar como tendría que suceder si se tomara en serio que nuestra entidad debe tener un régimen laico.

Ser laico significa tal cual ser independiente de cualquier organización o confesión religiosa y así se adjetiva la República Mexicana en el artículo 40 de la Constitución al igual que de ese mismo modo señala como forma de gobierno de los estados de la Federación. Luego entonces el poder no tiene religión oficial ni se rige conforme a ningún credo o dogma de esta categoría, aunque respete la libertad religiosa que cada cual decida profesar o no, pero esa libertad no da para limitar los derechos ajenos, ni para ir a por imponerle al resto de una comunidad los prejuicios de género de mis creencias.

Nos olvidamos de esto en San Luis Potosí, asumimos como normal que los periodistas le vayan a pedir opinión sobre los derechos de las mujeres al vocero del arzobispado el único representante religioso que los medios toman en cuenta y que cada una de las ocasiones devela la profunda misoginia que le caracteriza, al igual que nos hemos acostumbrado a tolerar las agresiones que se han generado en el Congreso por lo menos desde el 2009 cada vez que el tema de la legalización del aborto se pone en la mesa.

Justo se borró la laicidad del estado en el Decreto 833 del 03 de septiembre de 2009 cuando mediante la más grotesca exposición de motivos se intentó legitimar la reforma y adición del artículo 16 constitucional aprobada por mayoría en la Quincuagésima Octava Legislatura responsable de establecer protección jurídica desde el momento de la concepción conforme a la corriente ultraconservadora que ha negado los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres en 19 estados de la república.

Pero ni este olvido a la laicidad ni ninguno de los golpes de pecho descritos evita ni evitarán que los abortos se produzcan, como tampoco lo hace la prevención general de la norma penal porque es un problema de salud pública del cual el Estado no puede hacerse cargo, ni puede contar dado que está invisibilizado en la clandestinidad que genera la criminalización. Aunque los prejuicios y los dogmas lo que sí consiguen es que la vida de las mujeres creyentes y no creyentes que se practican abortos peligrosos esté en riesgo porque tampoco es verdad que quieran las dos vidas o que la de ellas les trascienda.

¿Y qué es lo que se estima hay detrás de esta ceguera a voluntad?

El estudio “Embarazo no planeado y aborto inducido en México” que elaboró el Colegio de México y el Instituto Guttmacher señala que el embarazo no planeado está generalizado dado que al año ocurren 71 por cada 1,000 mujeres en edad reproductiva, luego que efectivamente la penalización del aborto no evita su práctica, en esa investigación resultó que el 54 por ciento del total de embarazos no planeados en México se resuelve mediante un aborto inducido a pesar de las restricciones legales que hay en el país con excepción de la capital, lo que se traduce en aproximadamente un millón (1,026,000) de abortos inducidos, que en su gran mayoría se dan en condiciones peligrosas.

La Organización Mundial de la Salud define el aborto peligroso cuando una persona carente de la capacitación necesaria pone fin a un embarazo o se hace en un entorno que no cumple con normas médicas mínimas o cuando se combinan ambas situaciones, e indica que en América Latina 3 de cada 4 abortos se dan de este modo debido a obstáculos para su acceso seguro como la legislación restrictiva o la poca disponibilidad de servicios.

Así, este organismo internacional recomienda para la evitación de abortos peligrosos una educación sexual de calidad, el uso de métodos anticonceptivos y la prestación de servicios legales de aborto seguro.

O lo que es exactamente lo mismo: Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir.

 A más ver

 

Claudia Almaguer

Twitter: @Almgzur

 

 

 

 

 

 

Compartir ésta nota:
Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp