
Jorge Humberto Martínez, mejor conocido como El Matanovias estuvo en la mira de la opinión pública luego de que asesinara a dos mujeres y las hiciera pasar como suicidio.
Este hombre era mesero en la Condesa y Zona Rosa, se hacía pasar por un tipo amigable y engatusaba a las mujeres para después hacerlas sus novias y maltratarlas.
Sus antecedentes no son del todo buenos, estuvo cuatro años en el reclusorio, pero salió baja fianza. En 2010 lo detuvieron por el delito de robo calificado.
No se sabe el número exacto de víctimas, pero las mujeres que convivieron con él, tienen un pensamiento en común, es un hombre violento.
El primer registro de agresión ocurrió en 2011. Su nombre es Adriana Ramos y se sabe que la golpeó y le fracturó la nariz. Al parecer la arrastró por las escaleras, pero quedó con vida y pudo exponer el modus operandi de este criminal.

El caso que estaba escondido, pero que la investigación lo expuso es el de Yan Kyung Jun Borrego, una mujer con la que Jorge vivía. En septiembre de 2014 la enocntraron en su departamento con golpes en las piernas y colgada. El hecho que más llamó la atención es que no tenía un mechón de cabello. Las cámaras de seguridad de la zona dejaron en evidencia al Matanovias.
El tercer caso fue el peor error que cometió. Esta hombre tuvo una relación con Campira Lisandra Camorlinga, una joven que fue encontrada muerta en diciembre de 2016.
Después de estar varios días sin saber de ella, su hermano la fue a buscar a casa y la encontró dentro su casa con las llaves del gas abiertas. En un primer momento pensaron que se trataba de un suicidio, pero luego del peritaje, se dieron cuenta que tenía marcas en el cuello, por lo que la causa real de su muerte fue asfixia por estrangulación. Lo que llamó más la atención es que Campira tampoco tenía un mechón de cabello.

El Matanovias era un amante de los tatuajes, de los demonios y de las mujeres. En sus redes sociales exhibía su gusto por las artes oscuras, y en su cuerpo llevaba un tatuaje con la leyenda «Cada quien es dueño de su propio infierno».
Después de una larga búsqueda, a Jorge lo detuvieron en Guatemala. Se sabe que vivía abajo de un puente como indigente y una redada de la policía lo dejó expuesto. Nunca se supo por qué les cortaba el cabello, pero pasará el resto de sus días en la cárcel.
El Debate
Facebook
Twitter
Instagram
RSS