
Juan Carlos, mejor conocido como el Monstruo de Ecatepec, es el asesino serial con más homicidios registrados en México. Aunque la historia fue conocida por todos, los detalles son espeluznantes.
Juan Carlos sufrió violencia desde pequeño. En una entrevista realizada después de su detención en 2018 aseguró que su mamá lo maltrataba y que lo obligaba a vestirse de niña; por este motivo sentía odio para las mujeres.
Además, una mujer a la que amaba lo dejó y desde ese momento pensó que si él no era feliz, nadie más lo sería. A su actual pareja, Patricia, la iba a matar, pero su parecido con ese antiguo amor, fue la única razón por la que la dejó vivir y la convirtió en su cómplice.
Desde el año 2012, Juan Carlos usó diferentes métodos para traer mujeres a su casa, abusar de ellas y luego asesinarlas.
Los detalles pueden ser grotescos para algunas personas, se recomienda discreción. Si usted es sensible, no siga leyendo.

El Monstruo de Ecatepec engañaba a los jóvenes de su colonia diciéndoles que les regalaría ropa de bebé o que les vendería esquites o queso. Ya estando en su casa las emborrachaba, las dormía con una llave o las amarraba.
Después de matarlas, «el monstruo» las hacía cachitos. La grasa se la daba de comer a sus perros. En sus propias palabras, el prefería que sus perros comieran a que esas mujeres siguieran caminando y respirando su aire.
En el refrigerador de su casa tenía una nevera donde guardaba pedazos de mujeres. Se sabe que cortaba bisteces de las piernas de las mujeres para comer con su esposa y que en por lo menos una ocasión hicieron pozole.

Carlos tenía varias formas de deshacerse de los restos óseos. En ocasiones las echaba a bolsas de basura y las regaba en algún baldío de la zona. Otros los incineraba en un espacio que tenía en el techo de su casa al que llamaba el horno. La forma que más usaba era poner los restos en botes y mezclarlos con cemento.
Hay reportes que indican que «el monstruo» vendía los cráneos y otras partes de los huesos a un santero de Ecatepec, el cual también fue buscado por las autoridades, pero nunca pudieron localizarlo.
Juan Carlos fue detenido cuando llevaba una carreola con botes llenos de restos de mujeres. En las primeras declaraciones aseguró que mató al menos 20 mujeres, la mayoría de ellos conocidas y vecinas. Su meta era asesinar a por lo menos 100. Las autoridades sospechan que fueron más feminicidios de los que declaró.
Los especialistas detectaron que tenía un grave trastorno desde que era pequeño. Juan dijo que escuchaba voces, que no lo dejaban dormir y que en ocasiones veía un perro negro.
Cuando le hicieron la prueba psicológica, «El monstruo de Ecatepec» aseguró que si lo soltaban seguiría matando mujeres. Sus cuatro hijos quedaron en orfandad, luego de que su esposa confesara que fue cómplice.
Letra Roja
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