
EL RADAR DE ANTENA
EL SILENCIO DE LOS “INOCENTES”.
Por Jesús Aguilar
“Nada nos hace más vulnerables que la soledad, excepto la avaricia.”
Thomas Harris en The Silence of the Lambs.
La localización de los teléfonos celulares propiedad del caído ex líder priísta Aurelio Gancedo Rodríguez permitieron ubicar, detener y vincular a proceso a su presunto asesino, un ingeniero de 32 años vinculado al narco menudeo, un tal Juan Carlos N., según dio a conocer hace horas la Fiscalía General del Estado.
Pasaron menos de 72 horas del hallazgo de su cuerpo cercenado para la captura del indiciado, y otras tantas para que lo mostraran como caso resuelto ante el espasmo de la comunidad. Los datos no abundaron, pero parecen solidas las versiones de que su artero asesinato no tiene vínculos con el crimen organizado o a una venganza marrullera de altas esferas del poder.
Su muerte no solo sacudió a la sociedad potosina, al priísmo o a la clase política, incidió en la generación de una ola monumental de miedo, incertidumbre y vacilación entre casi cada ciudadano.
Aurelio al final del día y al margen de su devenir político, era un hombre de paz, hijo de familia y con pocas aversiones personales, al menos conocidas.
Su muerte, aparentemente esclarecida, revela también una vez más un alarmante nivel de descomposición social, de putrefacción mental y de automatismo colectivo. Un treintañero educado, universitario, sin mayores antecedentes pudo secuestrar, torturar y destazar a su víctima imitando los crímenes y las formas de la mafia, abandonar el cuerpo en su automóvil, vender sus pertenencias de forma inmediata y pretender regresar a su asiento impávido en el devenir cotidiano.
Al parecer, el solitario asesino carece de remordimientos, pero sí tuvo la capacidad de haber hecho algo así, por las motivaciones que sean, con la saña y ultra violencia con la que lo hizo, lo logró por su bizarra estructura emocional o su carencia de reflexión o empatía sobre la experiencia ajena. Pero esto, no solo es ya por si mismo, un signo de exclamación dolorosa en la sociedad que compartimos, sino que debería ser otra llamada de atención monumental a la forma en la que estamos dejando que nuestras vidas entrelazadas y ordenadas en esto que llamamos sociedad solo sean la quimera que siga poniendo una careta de cordura a lo que está gravemente descompuesto.
Nos hemos acostumbrado a la muerte ajena; diariamente ofrecemos cifras y datos sobre nuevas ejecuciones, sobre arteros asesinatos y crímenes de género o pasionales. Somos ya, tristes acompañantes de la muerte del de al lado, y abandonamos el asombro al perdernos en la ignominiosa inconciencia de lo que fueron los tiempos en donde sabíamos respetar, al menos de otra forma la vida del otro, al mismo tiempo que la vida propia.
La muerte es una experiencia que se vive y se alberga en la conciencia de una forma abrupta y obviamente intersubjetiva, nuestra dualidad entre lo lógico y lo afectivo.
En la ceremonia de despedida pública en el edificio priísta de la calle Colosio, la ruta de Aurelio terminó, sus amigos y correligionarios pidieron a media voz por justicia, tal vez su voz no tuvo el eco de otros tiempos porque saben, porque irremediablemente todos de alguna forma sabemos que somos corresponsables de su muerte, por no haber evitado la proliferación de estos silenciosos asesinos, dispuestos a todo, por la causa que sea, pasajeros inertes del diario devenir de un México, y de un San Luis del que ya casi nadie se siente orgulloso.
RECADERO
MOREMON GO!
En la huasteca están sucediendo cosas, mucho más llamativas al menos que en la capital en términos políticos rumbo al inevitable 2021. Edson Quintanar, jovencísimo líder legislativo de Morena de origen Vallense convocó a un torneo de Pokemon Go!
Para los que desconocen sobre el tema, se trata de un juego en el que a través de la geolicalización en una aplicación móvil buscas a personajes de esta serie de ánime mundialmente famosa. El tema no es que su edad o intención de atraer congéneres (ronda los 25 años) sea negativa, sino que su papel al frente de la bancada más poderosa del congreso y su poca convocatoria y liderazgo real lo desnudan como lo que es, un muchacho con buenas intenciones, poco sentido común y casi nada que aportar ni a su causa política ni a las que importan a los potosinos.
LA MARCA ESPER.
Adrián Esper Cárdenas, alcalde independiente de Valles se enfrascó en senda discusión con el asistente a un encuentro ecologista en la huasteca donde un asistente le interrumpió el discurso pro ambiental para reclamarle cómo su familia había hecho caso omiso a las condiciones de contaminación en la zona, como el ingenio infectó el Río Valles con la complacencia silenciosa de su clan y cómo el mismo no había hecho nada nunca, hasta que fue alcalde. La reacción de Adrián fue agresiva y su defensa lacónica, tuvo que intervenir el Maestro Miramontes Zapata, director de la Orquesta Sinfónica de San Luis para pedir cordura y calmar las aguas. Pero quedó en evidencia que a Adrián le hace falta vivir contrapesos, que no está acostumbrado a que le lleven la contra y que no está listo para vivir la política fuera de un lugar en el que no se sienta heredero de todo.
EL FOCO DE NAVA.
La decisión de anunciar aún sin muchos aspavientos que 2020 será el año en el que Xavier Nava por fin iluminará la ciudad capital, pasó casi desapercibida. El tema PANAVI pesa y afecta muchos encumbrados intereses locales y nacionales, manchó políticamente a dos administraciones anteriores y generó un clima de linchamiento político y social al quedar en evidencia que por componendas y corrupción la ciudad sigue siendo una boca de lobo.
La decisión que tomará sobre cómo, quién, cuándo, con qué y porqué ejecutará una gran cantidad de dinero en el finiquito del contrato anterior y se hará enteramente responsable de la nueva obra masiva es toral no solo para su administración, sino para su futuro político. Ya hubo golpes en la mesa y prueba-error, no queda mucho margen.
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