Genio de 18 años termina maestría

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Apenas va a recibir su credencial de elector, y no sólo ya terminó la preparatoria y la universidad, sino que hasta se tituló de la maestría en la mitad del tiempo de lo que le tomaría a cualquier otro estudiante que no fuera genio.

Andrew Almazán tiene 18 años. A los 16 se convirtió en el sicólogo más joven del país y este martes se graduará de la maestría en Educación con acentuación en desarrollo cognitivo en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey.

En un año más también será médico. “Mi interés es seguir en la investigación y avanzar con más posgrados, y es algo que me emociona mucho porque desde que empecé a estudiar lo que yo deseaba era poder realizar algún día algún aporte, y aunque apenas voy empezando en este camino de la investigación ya ha habido algunos resultados como el perfil del sobredotado”, comentó.

Y es que vivir la discriminación de los sobredotados hizo a Andrew asumir una responsabilidad con otros niños genio y crear, con apoyo de su familia, el Centro de Atención al Talento (Cedat) que ha atendido no sólo a genios mexicanos, sino de Estados Unidos, Canadá, Alemania, Bulgaria, Francia, Dinamarca, África del sur e, incluso, Australia.

Gracias a ello, el Cedat logró describir el perfil de los niños con sobrecapacidad intelectual, mismo que será presentado por Andrew, en Estados Unidos, en el Congreso Mundial de Sobredotación Intelectual, en agosto próximo.

“El hecho es que a pesar de los esfuerzos que se hacen para identificarlos todavía de este millón de niños sobredotados que hay en México, aproximadamente 95 por ciento sigue sin estar diagnosticado, y por eso no los vemos”, advirtió.

El mismo Andrew, con un coeficiente intelectual superior al de Albert Einstein (autor de la Teoría de la Relatividad), tuvo que lidiar a sus cuatro años con un erróneo diagnóstico de Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), pero por fortuna pudo sortear un sistema educativo que fue incapaz de detectarlo y darle seguimiento.

A los nueve años abandonó el sistema escolarizado, y cuatro meses más tarde ya había acreditado los últimos tres años de primaria. En sólo siete meses concluyó la secundaria y le tomó nada más dos meses obtener su certificado de bachillerato con 49 materias aprobadas, lo que le permitió debutar a los 12 años como universitario. A los 16 años Andrew se convirtió en licenciado, y en un año y medio terminó una maestría que se concluye generalmente en tres años.

Hoy el principal interés de Andrew es seguir buscando la forma de hacer más transitable el camino para los niños con sobrecapacidad para evitar que se pierdan o tengan que buscar ayuda en otros países.

Le preocupa que como le pasó a él, en algún momento estos niños sean víctimas de discriminación. Tachados de nerds o “ratones de biblioteca”.

“Sé que este trabajo de diagnosticar y atender adecuadamente a estos niños va a llevar generaciones, por eso me interesa seguir estudiando porque falta mucha investigación sobre niños sobredotados, y yo quiero encontrar qué les permitiría seguir avanzando, no podemos permitir que se sigan extraviando”, dijo.

http://www.excelsior.com.mx/nacional/2013/05/20/899977#.UZoNfJxoirw.twitter

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