
A pesar del aumento de contagios y muertes, los potosinos decidieron salir a disfrutar el día
El 31 de enero del 2021 fue el primer domingo del año en semáforo rojo para San Luis Potosí. Las reuniones decembrinas dispararon los contagios y fue lo que regresó a la población potosina al tan temido indicador de riesgo máximo de transmisión.
Pese a que las autoridades acordonaron las principales plazas públicas de la capital, además de la suspensión de cualquier actividad dominical, este día se observaron importantes concentraciones de personas que parecen no entender que hay un fuerte riesgo a enfermarse de Covid-19.
Aunque los locales, iglesias, museos, tiendas, bares, boutiques y otros establecimientos no esenciales permanecieron cerrados, se observaron grupos de turistas que acudieron a conocer la ciudad de San Luis Potosí.
Fue fácil identificar a los visitantes, la mayoría usaba sombreros, gorras y lentes de sol. Los turistas se dividían en grupos de 10 a 20 personas y aunque usaban cubrebocas, también paseaban sin guardar el metro y medio de distancia.
Tampoco faltaron aquellos residentes que rompieron las cintas restrictivas para poder sentarse tranquilamente a observar las bellezas arquitectónicas de Plaza de Armas.
En Plaza del Carmen, la gente se acumuló en las jardineras, justo en el área del pasto, como si no hubiera una pandemia, otros más se colocaban en las jardineras de adoquín para “disfrutar del domingo”, algunas familias jóvenes se quitaron el cubrebocas para comer un helado o incluso para fumarse un cigarrito.
En Zaragoza también se registró presencia importante de aquellos que decidieron “dar la vuelta”, como si fuera un domingo cualquiera del 2019.
Nuevamente se vivió un domingo en semáforo rojo, pero fue uno muy distinto a los que se registraron en abril, cuando el centro histórico estaba desértico y había miedo por salir, ahora los casos y muertes son más cercanos, pero la irreverencia continúa en gran parte de la población.
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