Henry Hargreaves fotografía la última cena de los condenados a muerte

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Henry Hargreaves no es un chef de televisión. En lugar de tratar de salvar al país con una cena como de escuela, él se hizo de un nombre por sí mismo creando y fotografiando rarezas gastronómicas como arcoíris comestibles y iPads fritos. Pero es su proyecto Sin segundos el que le ha dado prestigio y reconocimiento en diversos medios. En él ha recreado las últimas comidas de varios asesinos seriales condenados a muerte y las ha presentado en una serie escalofriante de fotografías.

Mirar a través de la serie abre una ventana sensorial hacia las mentes de las personas condenadas y, en un mundo donde nos encontramos abrumados diariamente con cientos de fotos de comida llenas de filtros, es muy emocionante encontrar la imagen de un helado de chocolate con menta que signifique algo. Así que fui con Henry para platicar sobre sus fotografías.

 

VICE: Hola, Henry. ¿Qué te movió a fotografiar las últimas cenas de los condenados a muerte?
Henry Hargreaves:
 Estoy muy interesado en las elecciones de la gente en cuanto a comida. Es una de esas cosas que todos hacen varias veces al día, pero uno nunca lo ve realmente fuera de contexto o se pone a pensar sobre qué dice acerca de alguien. Estaba leyendo acerca de una campaña para abolir la última comida en Texas, así que busqué por internet e investigué sobre eso y como estaba leyendo sobre estos expedientes, sentí que me podía identificar con esas personas por un breve instante, simplemente por lo que pidieron de comer.

¿Crees que las comidas ofrecen una ventana hacia su psique?
Creo que en general, sí, definitivamente. Lo que más me llamó la atención acerca de esas últimas comidas fue cómo muchas de ellas eran cosas grandes y fritas, las cuales nos gusta llamar comida confortable. Aquí estaba esa gente en sus últimos momentos y todo lo que ellos querían era un poco de confort.

¿El proyecto es una exposición acerca de la pena de muerte?
Sí, eso creo. Soy de Nueva Zelanda y cuando llegué a Estados Unidos, la pena de muerte me impactó, creo que es inhumana. Es vista por la mayoría del mundo como un acto anticuado y bárbaro, y es extraño que eso todavía exista en un país que gasta mucho tiempo anunciando su democracia y su moral al resto del planeta. En el proceso de investigación, me encontré con datos que estimaban que hubo cerca de 12 personas durante los últimos 20 años que fueron condenadas a muerte en Estados Unidos sin ser culpables. Eso es sólo de oídas, por supuesto, pero toda esa gente ya se ha ido y no tiene esperanza de un nuevo proceso.

Hay algunas peticiones extrañas ahí —El Señor de los Anillos se destaca como uno de ellos—. ¿Te enfocaste más en las peticiones insuales?
Sí. No quería que todas las comidas fueran las mismas cuando las estaba recreando. También una última petición, realmente oscura, ilustra mucho sobre el carácter de una persona, esa fue una de las más extrañas y se le concedió; así que pensé que estaría bien y la incluí. Fue lo mismo con un pay de nuez. El chico que lo pidió quería “guardarlo para más tarde”, lo cual tuvo que resultar muy escalofriante para el guardia. De aquel chico se decía que era enfermo mental, así que probablemente nunca debió ser ejecutado. Aquello te hace pensar: ¿realmente creyó que podría guardarlo para más tarde o sabía lo que iba a pasar?

¿Tú mismo preparaste todas las comidas?
Un chef que es amigo mío preparó la mitad de ellos. Él hizo las comidas más complejas y la otra mitad, las más simples, como el helado o el olivo solo, las hice yo mismo.

 

El olivo solo es una de las imágenes más conmovedoras. ¿Tienes alguna teoría sobre ella? 
Mucha gente ha teorizado sobre lo que el olivo podría significar. Muchas teorías unen el simbolismo del olivo con la pureza y sacan sus propias conclusiones. Creo que hay algo y que podría ser un gesto de su parte, pero por lo que sabemos, él pudo simplemente haber pensado: ordenaré algo extraño y la gente podrá interpretar lo que se les pegue la gana acerca de ello.

¿Así que piensas que la mayoría de las peticiones son una consciente declaración final de los presos hacia el mundo?
Sí, personalmente creo que me gustaría hacer algún tipo de declaración final. Sentir que con tu última elección puedes decir algo que quizá, probablemente, pueda tener significado o contar para alguien, algo opuesto a: “Vamos a comer algo, llenar mi panza y no dejar últimas palabras”.

Me llamó la atención que la solicitud de Timothy McVeigh pudo ser él haciendo una declaración. Él asesinó a muchas personas y su último deseo fueron dos bolas de helado. ¿Crees que él hizo un comentario sobre su propio egoísmo? Una especie de “¡jódete!” al mundo? 
Esto es lo que amo del proyecto, cada quien tiene sus propias interpretaciones. Si esa fue su intención, entonces creo que tiró de ella. Él pudo estar diciendo cuán egoísta es o pudo simplemente decir que tiene el escudo más refinado y dos bolas de helado de menta con chispas de chocolate son el cielo para él.

¿Notaste que la gente que mató la menor cantidad de personas pidió las comidas más pequeñas? Tal vez el apetito por la comida se relaciona con el apetito de alguien por matar.

Esa es una teoría interesante. Mi opinión es que probablemente no esté relacionado, porque creo que los chicos que mataron una o dos personas habrían asesinado más gente si no los hubieran capturado.

¿Qué pedirías para tu última comida?
¡Un chicle eterno! Honestamente, creo que si me encontrara en esa posición, no creo que podría comer nada. Apenas puedo desayunar antes de un examen. Si estuviera condenado a muerte, creo que la comida sería lo último en mi mente.

¿Qué opinas de la gente que te critica por “humanizar” a los asesinos seriales?
Creo que es un punto válido. He llevado este tipo de tendencia depresiva de proporcionarle atención a los asesinos seriales. Mi motivación para el proyecto viene de mi propia curiosidad. Quería ver cómo podrían lucir esas comidas. No estaba planeando algo que causara shock para construir mi reputación a través del dolor de otras personas (eso definitivamente no fue mi intención). Veo mi trabajo como un artista y un fotógrafo que presenta algo y le permite a la gente sacar sus propias conclusiones de ello. No creo que necesitemos resolver el misterio de cada uno. Creo, que como todo buen arte, también estás sosteniendo el espejo hacia el espectador. Ellos están viendo algo sobre sí mismos en la reacción que tienen con las piezas.

¿Comiste alguna de esas cenas? 
Hubo un par de elecciones difíciles. Odio dejar que la buena comida se desperdicie. Pero pensé que sería muy macabro. Probé una cucharada del helado de menta con chispas de chocolate, pero no pude disfrutarlo (casi no tuvo sabor). Sólo pensé ¡oh Dios! y lo aventé directo hacia la basura. Fue un poco como ir a un hospital y comer el almuerzo de alguien que acaba de morir.

 

Vice.

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