Matrimonio igualitario, ¿ser como Obama o Putin?

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¿Política ficción? 
Roberto Monroy

Matrimonio igualitario, ¿ser como Obama o Putin?

Desde aquel lejano abril de 2001, cuando Países Bajos se convirtió en la primera nación en legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo, a nivel mundial se intensificó el debate sobre las implicaciones civiles, morales y las supuestas afectaciones a la funcionalidad social y familiar que estas uniones conllevarían de ser avaladas; en México esto no ha sido la excepción, en particular en aquellas regiones tradicionalmente conservadoras y opositoras al progresismo colectivo.

La obstaculización de estas conquistas jurídicas ha sido producto de un iusnaturalismo anacrónico erróneamente fundamentado, lejano a la realidad que se vive en la segunda década del siglo XXI, toda vez que los avances científicos, legales y tecnológicos no han sido paralelos a la evolución de la idiosincrasia de un alto porcentaje de la población mexicana, la cual radicalmente se opone a un precepto constitucional fundamental: la igualdad ante la ley.

Estos grupos son los mismos que exigen a diestra y siniestra que políticos, clérigos, criminales y ciudadanos comunes y corrientes seamos medidos con la misma vara y no exista ninguna clase de distinción, sin embargo, son aquellos que a base de golpes de pecho y una pseudo-autoridad moral obsoleta profundizan en foros, marchas y templos una diferenciación humana e institucional de aquellos que ejercen una orientación sexual distinta.

En nuestro país fueron necesarios casi 15 años para que finalmente en junio pasado se diera un avance histórico en materia de derechos de diversidad sexual e igualdad social cuando la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, a través de la jurisprudencia 43/2015, determinó que “pretender vincular los requisitos del matrimonio a las preferencias sexuales de quienes pueden acceder a la institución matrimonial con la procreación es discriminatorio, pues excluye injustificadamente del acceso al matrimonio a las parejas homosexuales que están situadas en condiciones similares a las parejas heterosexuales”.

En semanas próximas, las entidades federativas deberán armonizar sus legislaciones para que este ordenamiento esté vigente en todos los rincones del país, lo que indudablemente representa una conquista no sólo para la comunidad LBGTI, sino para toda la población, puesto que México habrá dado un pequeño pero importante paso para transformarse en una nación más libre, justa e igualitaria, clamor que tanto heterosexuales como homosexuales exigen diariamente y del que para diferir se tendría que ser un verdadero retrógrado, reaccionario e involucionista.

Con dichos adjetivos podríamos ejemplificar indudablemente al presidente ruso, Vladimir Putin, toda vez que la nación que lidera sistemáticamente ha adoptado normativas que restringen y criminalizan la libertad sexual de sus habitantes, situación que ha acentuado un profundo rechazo poblacional hacia los homosexuales y que ha tenido como consecuencia conductas homofóbicas tan radicales como ataques a establecimientos y diversos asesinatos.

La cosmovisión subdesarrollada del ruso se sostiene al analizar que actualmente el 85 por ciento de éstos rechazan el matrimonio igualitario, añádasele que el 94 por ciento apoyó a Putin en la anexión de Crimea en los primeros meses de 2014. Poco que defender en este punto de la historia.

En contraparte, otros líderes como Barack Obama o el premier británico, David Cameron, abiertamente han respaldado legislaciones progresistas en la materia, incluso siendo promotores protagónicos de las mismas dentro y fuera de sus fronteras, tal como lo hizo el demócrata en su reciente visita al continente africano, donde puntualizó y condenó categóricamente las secuelas que cualquier forma de discriminación tienen en el tejido social y la complejidad de revertirlas, comparando la segregación racial vivida en Estados Unidos con las medidas punitivas vigentes en Kenia contra las relaciones homosexuales.

Por su parte Cameron -quien es emanado el Partido Conservador por cierto- consideró que el aval de los matrimonios igualitarios en el Reino Unido durante el primer trimestre de 2014contribuirá a la construcción de una sociedad más fuerte en la isla de cara al futuro.

Ante la ausencia en México de un liderazgo o bloque político que abandere los valores y virtudes que esto conllevará, a través de la organización ciudadana, los mexicanos nos encontramos ante la oportunidad histórica de transformar estas decisiones jurídicas en catalizadores de tolerancia y respeto para convertirnos en promotores incondicionales de la igualdad de oportunidades y la cultura de la legalidad, para de esta manera, finalmente, abrir la puerta y dar pauta a una sociedad desarrollada, competente y responsiva frente a los nuevos paradigmas que la propia evolución social de la especie ha puesto frente a nosotros.

– Agradecimiento grande a Antena San Luis por la invitación para colaborar semanalmente en este espacio.

Nos leemos en la próxima. 
Twitter: @robertomonroy 

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