Tras ver cómo se detenía a otros, algunos migrantes empezaron a caminar en grupos densos y tomaron piedras y palos.

Funcionarios de la Comisión Nacional de Derechos Humanos mexicana observaban desde lejos.

México dio la bienvenida a la primera caravana migrante el año pasado, pero el recibimiento se ha ido volviendo más frío después de que decenas de miles de personas colapsaran los cruces fronterizos con Estados Unidos, causando demoras en la frontera e indignando a los residentes en México.

Además, Estados Unidos ha aumentado la presión sobre México para que haga más por frenar la llegada de gente. El presidente, Donald Trump, arremetió contra su homólogo mexicano, Andrés Manuel López Obrador, y amenazó con cerrar toda la frontera. Después se apresuró a felicitar a México por las detenciones de migrantes de hace unas pocas semanas.

México ya permite a Estados Unidos devolver algunos solicitantes de asilo a México mientras se tramitan sus casos. Y miembros del gobierno dijeron en marzo que intentarían contener a los migrantes en el Istmo de Tehuantepec, en el sur. Es la zona más estrecha del territorio mexicano y la más fácil de controlar. Pijijiapan y Mapastepec no están lejos del punto más estrecho del istmo, que está en el vecino estado de Oaxaca.

Un migrante se pone los calcetines que dejó atrás cuando su grupo huyó de agentes mexicanos de inmigración corriendo de la autopista a la maleza en Pijijiapan. Foto: Moises Castillo, AP

En los últimos meses, las autoridades mexicanas han deportado a miles de migrantes, aunque también han emitido más de 15 mil visas humanitarias que permiten a los migrantes quedarse en el país y trabajar.

Un grupo de unas 10 organizaciones sociales importantes advirtió hace poco de que las detenciones de migrantes han ido en aumento y acusó a los agentes de inmigración, así como a las policías federal, estatal y local, de violar sus derechos humanos.

El aumento de las detenciones ha sobrepasado la capacidad en el centro de inmigración de Tapachula. El lugar ya está abarrotado, señaló la Comisión Nacional de Derechos Humanos.

En su último comunicado de la semana pasada, el Instituto de Migración indicó que 5.336 migrantes estaban en refugios o centros migratorios en Chiapas, y unos mil 500 de ellos estaban “a la espera de deportación”.

La Comisión de Derechos dio una cifra el domingo de 7 mil 500 migrantes detenidos en refugios o en el camino en Chiapas. Instó a las autoridades a hacer un censo fiable de los migrantes y atender a sus necesidades, en especial las de los niños.