
México. Dani, como la llaman sus padres nació el 20 de diciembre de 2000 era una niña feliz, soñadora, defendía sus ideales, era una niña noble, analítica, tocaba el piano desde los cuatro años, destacada, competitiva y hasta un grado perfeccionista, tenía un zoológico en la casa; cuatro perros y le gustaba rescatarlos.
Tiempo después, ella aprendió el lenguaje sordomudo, cuando descubrió el lenguaje de señas se enamoró de él y este interés la llevó a convertirse en miembro fundador del Ministerio de los Sordos, en Montemorelos, Nuevo León, impartiendo clases de lenguaje de señas a personas que como ella tuvieran el interés de integrar a la sociedad a los sordomudos.
A ella, le gustaban las personas con alguna discapacidad Danny quería ser psicóloga para ayudar especialmente a niños discapacitados.
Su asesino de nombre Diego era un jovencito de 15 años que llegaba de la Ciudad de México, era el típico niño guapo con el que toda niña quería salir. La madre de la joven lo describe como un niño callado, que nadie le quería hablar, por lo que Dani insistía en integrarlo al grupo, lo que no sabía era que tiempo después él la asesinaría.
“Nosotros no lo conocíamos, ya que tenía muy poco de llegar al pueblo, pero recuerdo que Dani nos decía que tenía acciones que a ella no le gustaban.
“Por ejemplo. El joven siempre se sentaba detrás de ella y le comenzaba a tocar el cabello. Hasta cierto punto la acosaba, pero nosotros no nos dimos cuenta hasta que le revisamos la tableta a nuestra pequeña”, indica la madre de Daniela.
El día en que asesinaron a Dani. Ella salió de la prepa junto con otros tres compañeros, lo que no saben es en qué momento se quedó sola con su atacante identificado como Diego.
Aquel día, Diego se la llevó a un lugar despoblado le cortó con un cúter la arteriacarótida, le dio cinco puñaladas en el rostro, le fracturó tres dedos de su mano, la golpeó para someterla y después de haberla asesinado fue a buscar ayuda e indicó que los habían asaltado, tiempo después las autoridades se dieron cuenta que eso no era cierto.
Lo cierto era que él la había matado. Por este hecho, Diego fue vinculado por la fiscalía especializada en delitos de adolescentes, por homicidio doloso: feminicidio el 23 de febrero de 2017, faltando 10 días para que se venciera el plazo de internamiento preventivo, se llegó a un acuerdo entre la fiscalía y la defensa del menor para llevarse a cabo un procedimiento abreviado ya que se cumplían las condiciones, y se iba a ahorrar el juicio oral, por lo que el juez le dictó sentencia de dos años en el tutelar de menores.
El pasado 31 de agosto de 2017 Diego fue trasladado a la Ciudad de México debido a que sus padres solicitaron el traslado del menor argumentando que todo sentenciado tiene derecho a cumplir su condena en el centro penitenciario más cercano a su domicilio, de este hecho los padres de Dani denunciaron vía Facebook que nunca se enteraron del traslado a pesar de ir constantemente con las autoridades y estar en todas las diligencias.
Asimismo, el juez de ejecución del tutelar de menores de Escobedo, Nuevo León les informó que la defensa iba a tramitar una reducción de la pena por buena conducta y que Diego podría salir pronto en libertad.
Tras el feminicidio, los padres de Dani alzaron la voz y hacen saber que desconocen el paradero de Diego quien supuestamente se encuentra cumpliendo su condena en la Comunidad para el desarrollo de adolescentes, ubicada en Ciudad de México, del que supuestamente será liberado el 5 de octubre de 2018.
Conversando con la madre de Dani, ella cuenta que tiene miedo que él salga libre y vuelva a cometer otra fechoría, ya que dicho sujeto es un psicópata. No siente ningún remordimiento y tiene desorden disocial, hasta la fecha, no saben el porqué asesinó a Dani.
“Si tu lo ves, parece un angelito. Realmente él se acopla, no parece lo que es”, indica la madre de Dani
Es por ello que la madre de Dani pide a las autoridades un cambio en las leyes, ya que ella piensa que no es posible que no juzguen a los asesinos de las personas sólo por el hecho de ser niños, cuando los matan con la misma zaña.
“Lo que nos urge en nuestro país es un cambio en las leyes, como es posible que entre más chico que es un asesino, menos los juzgan”, indica la mujer.
Con información de: Letra Roja
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