Siempre al servicio de intereses de grupo, del PRI y de EPN, Murillo Karam fue intocable. Hasta hoy

Jesús Murillo Karam, en su calidad de titular de la Procuraduría General de la República (PGR), soltó la frase con la que pasará a la historia en uno de los momentos más sensibles de la última década en el país. Al terminar una conferencia de prensa con motivo de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, el 7 de noviembre de 2014, expresó: “Ya me cansé”.

Sólo eran 43 estudiantes desaparecidos en una noche, un equipo de fútbol que recibió un ataque y nueve personas asesinadas.

El priista nacido en Real del Monte, Hidalgo, con el carácter altanero que lo caracteriza, –sobre todo con los medios de comunicación– elevó la molestia por la falta de certezas en ese caso, tanto que el ex Presidente Enrique Peña Nieto decidió hacer un primer cambio en su Gabinete y lo movió de la poderosa PGR (hoy Fiscalía General de la República) a la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu).

No se sabe si ese movimiento fue una forma de atender a la crisis que desató el armado de la “verdad histórica” del caso Ayotzinapa o por petición del propio Murillo Karam; sin embargo, la relación que ambos sostienen desde que Peña Nieto buscó ser Gobernador del Estado de México en 2005 pudo haberle favorecido.

El 7 de noviembre de 2014, al terminar una conferencia de prensa con motivo de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, Murillo Karam expresó: “Ya me cansé”, frase que fue criticada por los padres de las víctimas y la sociedad en general. Foto: Cuartoscuro.

Peña Nieto encontró en él un priista práctico, que lo encaminó hacia su gubernatura y luego le defendió el triunfo presidencial a pesar de los casos Monex y Soriana.

El pasado 15 de septiembre, el subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación (Segob), Alejandro Encinas Rodríguez, con motivo de la decisión del Juez que liberó a 24 policías detenidos por su presunta participación en la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, dijo que ese era un ejemplo de “la miseria y la podredumbre en la que se encuentra el sistema de justicia de nuestro país”.

También anunció que la Fiscalía General de la República (FGR) presentará recursos y diligencias contra el ex Procurador José Murillo Karam; el ex director de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), Tomás Zerón de Lucio, y José Aarón Pérez Carro, ex titular de la Unidad Especial para el caso.

“Nosotros no podemos mantener silencio frente a lo que está sucediendo en todo el proceso judicial que se sigue por la desaparición de los 43 estudiantes”, agregó en conferencia de prensa.

Al día siguiente, Murillo Karam dijo estar “tranquilo”.

“En el expediente del caso Ayotzinapa hay cerca de 300 pruebas que son contundentes, que no admiten duda. Espero que la investigación que hagan se fundamente en el expediente”, aseguró el viejo priista en entrevista con el periodista Ciro Gómez Leyva para Grupo Fórmula. También dijo que hasta el momento no ha sido contactado para hablar sobre el caso, pero que contaba con la mejor disposición de colaborar en la nueva indagatoria que van a emprender las autoridades.

El 7 de noviembre de 2014, ciudadanos convocados por redes sociales se concentraron en la glorieta del Ángel de la Independencia para exigir justicia por el caso de la desaparición de los 43 normalistas y por las declaraciones del entonces Procurador Jesús Murillo Karam realizadas unas horas antes. Foto: Cuartoscuro.

El Presidente Andrés Manuel López Obrador poco ha señalado al respecto, pero habló bastante de Murillo cuando él ocupó durante dos años y tres meses la PGR.

En noviembre de 2014, a dos meses de “la noche de Iguala”, señaló que el crimen en contra de los jóvenes de Ayotzinapa era una tragedia gravísima en la historia de México y dijo refirió que desde la PGR de Murillo se intentaba dar un carpetazo al tema.

“Están pensando en cómo librarla y no se dan cuenta de la gravedad de esta tragedia”, aseguró.

Antes, en octubre, la queja contra Murillo Karam, Peña Nieto y “sus patrocinadores” fue por la compra de “miles de votos con dinero de procedencia ilícita en 2012, en la región de Tierra Caliente del Estado de México, Michoacán y Guerrero”.

Andrés Manuel sostuvo que en esas zonas, el PRI entregó dinero en efectivo y tarjetas denominadas Soriana-Mi Ahorro-Banamex, a cambio de votos y luego agregó: “perdón, perdón, perdón, borren lo que he dicho, se me olvidaba que Murillo Karam fue el abogado defensor del PRI en la campaña de Peña Nieto… que distraído e ingenuo soy, de nuevo perdón”.

CARRERA EN EL PRI, PARA EL PRI

Jesús Murillo Karam, estudió la Licenciatura en Derecho en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), de acuerdo con su trayectoria académica que registró ante la Secretaría de la Función Pública (SFP). Ahí sólo pone que fue Senador, Diputado, luego pasó a la PGR y finalmente a la Sedatu.

Pero su trayectoria inició en 1970, cuando fue Oficial Mayor de Tulancingo, Hidalgo.

En 1971, fue Secretario de Finanzas del Comité Juvenil Estatal del PRI en Hidalgo, luego Secretario municipal de Tulancingo; en 1975, Presidente del Comité Directivo Municipal (CDM); en 1976, Subprocurador de Justicia de Hidalgo y en 1978, Secretario General del Gobierno de Hidalgo.

Es en 1979 que sale de su estado natal y se convierte en Diputado federal. En 1981 fue designado Subsecretario de organización del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRI.

Los siguientes años lo colocaron como Delegado del PRI en Durango y luego del Distrito Federal. En 1985 vuelve a ser Diputado federal y participó como Secretario de la Comisión de Programación, Presupuesto y Cuenta Pública.

El 4 de diciembre de 2012, Jesús Murillo Karam asumió la titularidad de una PGR que, en sus palabras, estaba “desmantelada”. Dos años más tarde, el 27 de febrero de 2015, dejó el cargo “cansado” y con el peso de “la verdad histórica” de Ayotzinapa sobre sus hombros. Foto: Saúl López, Agencia Cuartoscuro.

Justo en 1988, año de la elección presidencial en la que ganó Carlos Salinas de Gortari, él fue representante del PRI ante la Comisión Federal Electoral; volvería a ocupar un puesto similar en 2012.

En 1993 logra convertirse en Gobernador de Hidalgo y al concluir su gestión, Ernesto Zedillo lo nombra Subsecretario de Seguridad Pública y Readaptación Social de la Secretaría de Gobernación.

Tras la victoria de Vicente Fox Quesada, en el año 2000, Murillo Karam se refugió en el PRI, en 2001 fue Secretario general del CEN y en 2005 fue delegado del PRI en el Estado de México, puesto que lo acercó a Peña Nieto; en ese año él ganó la gubernatura.

En 2006 fue Senador y luego volvió a ser Secretario general del CEN del PRI.

Su siguiente puesto destacado lo tuvo hasta 2012, cuando Peña Nieto lo nombró Coordinador de asuntos jurídicos de la campaña del candidato del PRI a la Presidencia de la República.

El 1 de diciembre de ese año, sería anunciado su nuevo puesto al frente de la PGR.

En 2006, Murillo Karam fue Senador y luego volvió a ser Secretario general del CEN del PRI.

De acuerdo con Rogelio Hernández Rodríguez, en su texto “El refugio del PRI durante la alternancia panista”, la designación de Jesús Murillo Karam sugirió que Peña Nieto deseó aprovechar su experiencia, “no necesariamente su conocimiento especializado en las áreas [seguridad]” al tratarse de “áreas conflictivas que pueden afectar el desempeño del gobierno y que demandan probada experiencia política”.

Durante sus casi tres años como funcionario público federal, Murillo Karam nunca dio datos sobre sus bienes patrimoniales y en 2015, tras el escándalo de la “casa blanca” presidencial, decidió no hacer públicos sus conflictos de interés.

DEFENSOR  DE PEÑA NIETO

La relación entre Peña Nieto y Murillo es importante y crucial para ambos. El relato, incluido en el libro La historia detrás del desastre escrito por Roberto Rock L., inicia en 2005, en una reunión en Toluca en la que estuvieron Alfredo del Mazo González y Peña Nieto, que apenas aspiraba a la gubernatura de la entidad.

De esa reunión Murillo concluyó: “Este muchacho, Peña, puede llegar a ser algo. Si sólo dejara de ser tan formalito, con esas corbatitas”.

De acuerdo con el texto, ya en el periodo de campaña y con números que no favorecían al PRI, sino a Acción Nacional (PAN), en una reunión con Arturo Montiel y con Peña, el todavía Gobernador propuso “sobornar a la dirigencia del PAN”, pero Murillo se opuso: “Argumentó que las campañas son para contrastar personajes y propuestas. Y que no imaginaba mayor contraste que el que ofrecían Peña y Mendoza Ayala”.

Continúa la cita: “Yo me hago cargo —advirtió—. Pero tú —le dijo [Murillo] a Peña— a partir de mañana te remangas la camisa, te olvidas de las corbatas y te entregas a la gente. Déjanos lo demás a nosotros”. ‘Lo que digas, Jesús’, contestó el interpelado”.

La relación entre Peña Nieto y Murillo es importante y crucial para ambos. Foto: Cuartoscuro.

Peña recurrió a los servicios de Murillo en 2012, cuando fue por la Presidencia. Esa elección quedó marcada por el dispendio y la compra de votos: habría gastado 13 veces más del tope permitido por la ley electoral y además utilizaron las tarjetas del Banco Monex y otros monederos electrónicos e instituciones bancarias para triangular el financiamiento a la campaña.

El 16 de julio de 2012, dos semanas después de la elección en la que Peña salió victorioso, el PRI hizo uso del área que encabezó Murillo: la de defensa jurídica.

Los comunicados de prensa del PRI de esas fechas detallan la estrategia: “El único fraude es pretender invalidar, sin pruebas, el voto legítimo, libre y secreto de más de 50 millones de mexicanos. El presidente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Senador Pedro Joaquín Coldwell, informó que nuestra representación en el IFE acompañada del senador Jesús Murillo Karam, coordinador Jurídico de la oficina del candidato ganador Enrique Peña Nieto, hizo entrega del escrito de tercero interesado ante las impugnaciones presentadas por el Movimiento Progresista respecto a la elección presidencial con lo que inició la defensa legal de su victoria electoral del 1 de julio”.

“Para despejar cualquier dudas” enlistaron una lista de mentiras que presentó el equipo de López Obrador: sobre el “Supuesto Rebase del Tope de Gastos de Campaña”, se dijo que fueron los únicos que implementaron una auditoría; negaron la supuesta “Inequidad en Medios Electrónicos”, la “supuesta Manipulación de Encuestas”, la “Supuesta Compra y Coacción de Voto”, la “Intervención de Gobernadores” y las “Estructuras Paralelas de Financiamiento”.

“El origen de todos los recursos de campaña es lícito. Nos ajustamos estrictamente a los topes de campaña que marca la ley. La aplicación de los recursos se llevó a cabo conforme al marco legal y no se desviaron para compra de votos como falsamente se nos imputa. El PRI niega categóricamente todas las acusaciones que se han realizado sobre este tema. Tal y como se demuestra en el escrito que se está entregando a la autoridad electoral”.

Peña encontró un soporte en Murillo. La relación de ambos de construyó con base en detalles y no solo legales, ya que él fue de los pocos que defendió al ex Presidente luego de que en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, no pudo decir el título de tres libros que marcaron su vida.

Peña Nieto al intentar contestar dijo que uno de esos libros era La Silla del Águila, según él, escrito por Carlos Fuentes, cuando el autor correcto es Enrique Krauze.

Ex procuradores Jesús Murillo, Arely Gómez y, atrás, el ex titular de Pemex, Emilio Lozoya. Foto: Cuartoscuro.

Fuentes dijo en entrevista para BBC Mundo días después que Peña Nieto era una persona muy ignorante: “Este señor tiene derecho a no leerme, lo que no tiene derecho es a querer ser Presidente de México a partir de la ignorancia, eso es lo grave”.

El entonces Senador Jesús Murillo Karam salió en defensa del precandidato priista y dijo que la crítica del escritor “es arrogante y que los deslices que ha cometido Peña Nieto, que le han valido una oleada de críticas, son sólo un ‘tropezón’”.

“Un tropezón no califica a nadie ni autoriza a otro a hablar de cultura, incultura, ignorancia o sapiencia. Me parece arrogante una posición de esa naturaleza. Creo que un tropezón cualquiera lo podemos tener”, así quedó asentado en la revista Proceso.

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