“Suenan los tambores de la recesión en México”

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Es muy difícil de aceptarlo, pero nuestro país se encuentra en una etapa de desaceleración económica causada por la disminución de los ingresos petroleros, un débil mercado interno una menor demanda de productos en los Estados Unidos.

Sin duda, la caída en los precios internacionales del petróleo está afectando sensiblemente las finanzas nacionales.

Tan solo en el período comprendido entre enero y mayo, los ingresos petroleros disminuyeron en 40.6% con respecto al mismo período del 2014, situación que obligó al Gobierno Federal a disminuir el gasto público en 124 mil millones de pesos (que equivale a 3 veces el presupuesto anual de nuestro estado), incluido un duro recorte por 18 mil millones de pesos para infraestructura.

¿Para los ciudadanos, que significa este recorte en infraestructura? Qué nuestro país no contará con un poderoso instrumento para hacer crecer nuestra economía, y por consiguiente no generará nuevos empleos. El INEGI recientemente publicó que la inversión de las empresas cayó en 0.9% por un menor gasto en construcción, así como en maquinaria y equipo para el sector.

Por si esto fuera poco, hay temores que el precio del petróleo sigan bajando a consecuencia de las exportaciones petroleras de Irán y del debilitamiento de la economía China.

Por otro lado, nuestro principal motor se esta frenando, ya que en julio las exportaciones disminuyeron un 2.3, y la producción de automóviles cayó 2%.

Lejos de un escenario pesimista, estos retos representan una gran oportunidad para hacer más eficiente el gasto público, al disminuir el gasto corriente, eliminar programas públicos que no tengan impacto social, y lo más importante, acabar con la corrupción.

No solo estamos gastando mal los pocos recursos que tenemos, sino que además no se está destinando para lo que fue etiquetado. En el Índice de eficiencia del gasto, México se encuentra en el lugar 99 de 144 países; mientras que en el Índice de desviación de fondos nos encontramos en el penoso lugar 119, muy similar a Haití.

Este futuro incierto, exige un gobierno que haga más con menos, que reduzca o elimine los gastos innecesarios para enfocarlos en programas sociales y obras públicas.

Por que al final, lo preocupante no es que los precios internacionales del petróleo bajen, o que la incertidumbre de los mercados internacionales nos afecte, sino que el dinero público se mal gastado, o pero aún, se quede en las carteras de unos cuantos.

Alfonso Rodríguez

Twitter: @juvepon

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