Hoy, 13 de marzo de 2025, se cumplen cinco años desde que San Luis Potosí vivió su primer caso confirmado de COVID-19, marcando el inicio de una crisis sanitaria global. Fue una tarde oscura, llena de incertidumbre, cuando las autoridades sanitarias informaron que una mujer de más de 50 años había dado positivo al virus, un mal que, para entonces, causaba temor mundial y sobre el cual aún se sabía muy poco.
Ese viernes, las autoridades instaron a la población a tomar medidas preventivas como el lavado de manos y la sana distancia, pero, a pesar de los esfuerzos, la pandemia siguió su curso. El 25 de marzo, pocos días después, se registró el primer fallecimiento en el estado, lo que generó un profundo golpe emocional en la comunidad. La vida de los potosinos cambió de forma abrupta, con el cierre de escuelas, la suspensión de actividades y el llamado a quedarse en casa.
La crisis sanitaria del COVID-19 superó por mucho la de la Influenza A H1N1 de 2009, afectando al mundo entero de una manera nunca antes vista. Durante estos cinco años, San Luis Potosí ha sumado 253,786 casos y 7,741 muertes por el virus, pero, gracias a la vacunación y los aprendizajes adquiridos, la comunidad ha desarrollado una cierta inmunidad que ha permitido sobrellevar la enfermedad con menos complicaciones.
Aunque las condiciones han mejorado, el riesgo sigue presente, y la pandemia no deja de ser un recordatorio constante de los retos a los que se enfrentó el mundo. San Luis Potosí, al igual que muchas otras partes del planeta, sobrevivió a la pandemia, pero su impacto sigue siendo un tema de reflexión y aprendizaje.
