Desde la Mano Izquierda : 1461 días de femigenocidio en Afganistán 

El pasado 15 de agosto se cumplieron 4 años desde que Afganistán fue invadido por el talibán y cerca de 21 millones de mujeres y niñas en ese país fueron dejadas en sus manos. A partir de entonces quienes consiguieron ponerse a salvo han seguido denunciando la represión contra ellas, la pérdida de libertades y el arrebato de sus derechos. 

El movimiento feminista internacional y organizaciones a favor de la libertad de expresión y los derechos humanos han reclamado la adaptación paulatina de occidente y la pretensión de los Estados de reinterpretar lo que constituyen crímenes de guerra de acuerdo al Estatuto de Roma, en una “identidad cultural” y tomar decisiones de carácter económico y político. 

¿Cuáles decisiones? En junio de 2024 la Organización de las Naciones Unidas dio a conocer de argumentos a favor de una “mayor flexibilidad” por parte de los países miembros develada desde la Representación Especial del Secretario General en su información al Consejo de Seguridad, principalmente desde Rusia quien dio un paso más en julio de este año convirtiéndose en el primer país en todo el mundo en reconocer a los talibanes como autoridad oficial de Afganistán y retirarlos en abril de la lista de organizaciones terroristas. 

La ideología que estarían apoyando los gobiernos al promover que la comunidad internacional otorgue legitimidad a quienes ostentan el poder allí consiste en aceptar reducir a las mujeres a lo infrahumano.  

Una niña en ese país no tiene derecho a estudiar, una mujer no puede trabajar para alimentar a su familia, ni ejercer una profesión, salir, conducir, viajar, denunciar la violencia, decidir sobre la vestimenta o el estado civil propio, todo esto está prohibido porquela discriminación sexual es parte fundamental del ejercicio de poder y cualquier mínimo gesto de libertad se castiga con multa, prisión y hasta lapidación.

Someter a las mujeres de este modo, es controlar la decisión de la natalidad, tener bajo un yugo específico los cuidados, las servidumbres y el acceso impune a la violación sexual contra niñas, es decir, esclavizar a través de la violencia a la mitad de la población que pierde de este modo la calidad de ser humano y existe de facto como una especie cuyo sexo le sitúa al nivel de los animales carentes de raciocinio, un “vicio” cuya voz, cuerpo e ideas deben ser silenciados y ocultos de acuerdo a esas creencias religiosas.

La Corte Penal Internacional lleva una investigación activa desde 2020 por hechos en donde se presentaron patrones sistemáticos de tortura y tratos crueles contra detenidos relacionados con el conflicto en centros de detención afganos, respecto a las mujeres se indica: 

“Estos crímenes se cometieron presuntamente como parte de un ataque generalizado y/o sistemático contra civiles percibidos como partidarios del gobierno afgano y/o entidades extranjeras, o como opositores al régimen y la ideología talibanes. Esto implicó la comisión de múltiples actos violentos en cumplimiento de la política de los líderes talibanes de arrebatar el poder al Gobierno de Afganistán e imponer su régimen y sistema de creencias mediante fuerza letal. En particular, mujeres y niñas han sido atacadas deliberadamente por los talibanes y sus afiliados para impedirles estudiar, enseñar, trabajar o participar en la vida pública, mediante intimidación, amenazas de muerte, secuestros y asesinatos”.

.

Siendo que esta acusación ya existía cuando se adueñaron del país, el grupo terrorista accedió a responder al Comité CEDAW sobre la situación de las mujeres, afirmaron que eran adictas y prostitutas, que sólo la sharia podría salvarlas del pensamiento occidental, dijeron que ellas buscaban el suicidio al perder la “dignidad” de no poder seguir su religión y su “cultura”. 

Esto sigue la misma línea discursiva que ha permitido la migración desde distintos países que coaccionan las libertades de las mujeres y que entran sin el menor esfuerzo de integración a occidente so pretexto de la religión, quienes denuncian que esa permisividad da cabida a la degradación de toda la ciudadanía femenina de países como España, Inglaterra o México, reciben acusaciones de “islamofobia” confundiendo una creencia basada en el sometimiento violento de las mujeres, como características identitarias equivalentes al origen étnico.

En el caso que nos ocupa, hay dos omisiones: el grupo armado omite informaciones verídicas que hacen llegar sus víctimas quienes en no pocas ocasiones deciden terminar con su vida antes de unirse en matrimonio forzado por el hambre de su familia en tanto quienes pueden intervenir no lo hacen, no preguntan por temor a la respuesta y la incomodidad de saber que comulgan con el femigenocidio. 

El Estatuto de Roma ha sido firmado por 123 países, pero hasta el año pasado apenas Chile, Costa Rica, España, Francia, Luxemburgo y México suscribieron una carta a fin de denunciar el empeoramiento de la situación en Afganistán con información de la Relatoría de la ONU quien manifestó: 

“En ningún otro país las mujeres y las niñas han desaparecido tan rápidamente de todas las esferas de la vida pública, ni se encuentran tan desfavorecidas en todos los aspectos de sus vidas”. 

En 2022 los talibanes suspendieron la educación secundaria de las niñas obligando a todas al uso del hiyab e impidieron a las mujeres trabajar en las instituciones de justicia, en 2023 prohibieron su entrada a parques, gimnasios y baños públicos y las jóvenes fueron expulsadas de las universidades,  de empresas nacionales e internacionales incluyendo cualquier actividad con las oficinas de la ONU. 

Ante los actos de protesta se respondió con palizas y detenciones arbitrarias, se prohibió asistir a salones de belleza, participar en radio o televisión y se cerraron centros de formación docente. También se restringió salir a mercados locales, centros de salud o viajes sin acompañante varón. 

“El ataque es generalizado, ya que se extiende por todo el país y afecta a un gran número de civiles, y sistemático, organizado al más alto nivel del gobierno de facto y siguiendo un patrón regular. Se comete en cumplimiento de una política organizativa, que los funcionarios talibanes no han intentado ocultar”.

Para este año la noticia es la “Ley de Promoción de la Virtud y Prevención del Vicio”: las mujeres no pueden hablar o cantar fuera de su casa ni entre sí, es decir el consuelo mutuo también está prohibido. Este es el momento en que usted comprende, siendo mujer, por qué se están suicidando

¿Qué tanto es terror? Es decir, los negocios, el dinero e intereses de toda índole pueden justificar crímenes de lesa humanidad, la violencia feminicida que hoy justifican en Afganistán pueden hacerla en cualquier país por ley, si hay suficientes razones para disculparla cualquier otra población de mujeres en el mundo la vivirá y absolutamente nadie moverá un dedo para evitarlo. 

Claudia Espinosa Almaguer

Compartir ésta nota:

Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp