Muchas mujeres que han sido madres por primera vez se dan por vencidas cuando segregan poca lecha materna o porque sienten dolor, inclinándose como última opción, por el uso de las fórmulas lácteas, sin saber que ninguna de ellas sustituye o es mejor que la leche materna. Decisiones que colocan a México como uno de los países con los niveles más bajos de lactancia materna, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012.
El porcentaje de mujeres que no amamanta es del 85.6%, quedando sólo un 14.4% que sí lo hace de forma exclusiva los primeros seis meses de vida, una caída drástica al comparar la cifra de 22.3 % en 2006, indica la ENSANUT 2012. Esta tendencia se debe en parte a la desinformación que existe entre la población sobre los riesgos que existen para la salud del bebé cuando no es amamantado.
1. Riesgo de padecer obesidad
Existe evidencia científica de la asociación entre la ausencia de lactancia materna y aumento en el riesgo de obesidad. Una de las principales razones es que se ha visto que cuando los bebés son alimentados con biberón no hay una autoregulación en la cantidad de alimento ingerido. A largo plazo se provoca una ligera distención abdominal entre los niños, precisamente por consumir mayor cantidad de la que se consume a través del seno materno. En pocas palabras la alimentación a través del biberón fomenta una mayor ingesta calórica entre los infantes.
2. Riesgo de un sistema inmune débil
La lactancia natural exclusiva durante los primeros seis meses de vida estimula el funcionamiento del sistema inmunológico, protege a los bebés contra la diarrea y las infecciones respiratorias agudas, dos de las principales causas de mortalidad infantil en el mundo en desarrollo. En muchos países las madres creen que el calostro, esa primera leche que produce una madre cuando su hijo nace, es inadecuada para el bebé. Hay la creencia de que es mala, que no alimenta y hasta que hace daño al bebé; que es un “líquido” que se debe desechar. Nada más alejado de la realidad pues el calostro contiene células vivas, circunstancia que lo hace muy parecido en su composición a la sangre. Por ejemplo, contiene linfocitos que protegen al bebé contra muchas bacterias y virus. De ahí la importancia de amamantar al bebé los primeros días.
3. Riesgo a padecer alergias
La superioridad de la leche materna sobre cualquier otro alimento (leche de fórmula artificial) para la nutrición y desarrollo del bebé durante los primeros meses de vida ha quedado bien demostrada en numerosos estudios científicos. Por eso es que a largo plazo los niños no amamantados padecen con más frecuencia dermatitis atópica, alergia, asma, enfermedad celíaca, así como enfermedad inflamatoria intestinal.
4. Riesgo de un buen vínculo madre-hijo
La leche materna es el mejor alimento para el lactante durante los primeros meses de vida. Cubre las necesidades nutricionales para su adecuado crecimiento y desarrollo físico y desde el punto de vista emocional le asegura el establecimiento de un buen vínculo madre-hijo y una adecuada relación de apego seguro con su madre, ambos esenciales para un correcto desarrollo como persona independiente y segura. Por todo ello la lactancia materna es considerada el método de referencia para la alimentación y crianza del lactante y el niño pequeño. De hecho, los especialistas sugieren que la madre inicie la lactancia durante la primera hora después del parto.
5. Riesgo de bajo rendimiento escolar
Los lactantes no alimentados al pecho presentan peores resultados en los test de inteligencia y tienen un riesgo más elevado de padecer hiperactividad, ansiedad y depresión, así como de sufrir maltrato infantil. Por otro lado, en las madres aumenta el riesgo de padecer hemorragia postparto, fractura de columna y de cadera en la edad postmenopáusica, cáncer de ovario, cáncer de útero, artritis reumatoide, enfermedad cardiovascular, hipertensión, ansiedad y depresión.
6. Riesgo de bajo peso
Los bebés que lactan aseguran una adecuada nutrición, ya que la leche materna es el único alimento que contiene todas las proteínas, grasas, azúcares, minerales y vitaminas que requiere el ser humano en sus primeros años de vida para asegurar un óptimo desarrollo a futuro. La leche materna contiene componentes que no han podido ser artificalmente imitados, en esencia es única.
7.Riesgo de apego y estabilidad emocional
“De acuerdo con un estudio realizado por especialistas en los años 90 en Inglaterra, muchos asesinos seriales tenían un común denominador: no habían sido atendidos por sus madres en el seno materno, es decir, no fueron amamantados cuando nacieron”, de acuerdo con una nota publicada por El Diario de Juárez. Por el contrario, y de acuerdo con esos mismos estudios, niños atendidos en el seno materno, aun cuando cometan un delito, o incluso hasta un accidente vial, siempre regresan a la familia; sobre todo con la mamá y eso aplicaba desde niños hasta personas ya maduras. Una persona atendida por su mamá siempre regresa a la familia. Baby Café como institución internacional nació en el año 2000, en Inglaterra; de acuerdo con sus estudios, la falta de convivencia entre la madre y el bebé en la alimentación del seno materno provocan mucha desintegración familiar. Según ellos, esto se debe a la falta de cuidado del niño desde que nace. En el estado de Chihuahua opera un Baby Café desde el año pasado, precisamente para promover la lactancia. Fuentes: SSA, Asociación Española de Pedagogía, La Leche League International.
http://www.sinembargo.mx/05-05-2013/608066