Corea del Norte amenazó ayer con retirar a sus trabajadores del complejo industrial de Kaesong, único proyecto intercoreano de cooperación, tras impedir la entrada de sudcoreanos al recinto por segundo día consecutivo.
Si Corea del Sur sigue “vociferando sobre la zona, vamos a tomar la medida decidida de retirar a todo el personal”, advirtió un portavoz del régimen norcoreano, en referencia a las críticas de Seúl a Pyongyang por cerrar el paso fronterizo y los llamamientos a reabrirlo.
El portavoz sentenció, en declaraciones divulgadas por la agencia estatal KCNA, que el destino del complejo de Kaesong, ubicado al sureste de Corea del Norte y donde unos 54 mil obreros norcoreanos fabrican varios productos para 123 empresas del Sur, se encuentra al borde de la quiebra.
Por otra parte, el ministro de Defensa de Corea del Sur, Kim Kwan-Jin, informó que Norcorea movió un misil de rango considerable a la costa este, pero aclaró que no tiene capacidad para alcanzar a EU.
“No es un misil KN-08, pero puede alcanzar una distancia significativa”, manifestó Kim ante los legisladores en una reunión del Comité de Defensa parlamentario.
Mientras tanto, varios países ya condenaban la actitud de Corea del Norte.
Rusia consideró inaceptable que Corea del Norte no respete las resoluciones de la ONU y aseguró que las iniciativas de Pyongyang en el ámbito nuclear bloquean una reanudación de las negociaciones multilaterales.
Por su parte, un alto oficial de inteligencia de Estados Unidos dijo que Corea del Norte podría estar planeando lanzar un misil balístico en los próximos días o semanas.
Los reportes previos sobre el movimiento de un misil de mediano alcance hacia su costa este y las restricciones sobre un complejo industrial conjunto donde trabajan cientos de sudcoreanos elevan la tensión latente en la península de Corea.
Pero la preocupación también se extiende hacia la ONU. Ayer su secretario general hizo un llamado a la autoridades de Corea del Norte para que cambien el rumbo y mejoren las condiciones para que se pueda prestar asistencia humanitaria a su propio pueblo.
“Me preocupa que por cualquier error se pueda producir una crisis de implicaciones gravísimas”, señaló Ban Ki-moon.
