Casi un millar de veteranos de las guerras del Golfo Pérsico, de Irak y hasta de Vietnam han sido deportados por Estados Unidos a esta ciudad fronteriza por haber cometido faltas menores, a pesar de haber arriesgado sus vidas por esa nación, de acuerdo con la organización Veteranos Desterrados.
En Tijuana crece la presencia de veteranos de guerra, gente entrenada en el manejo de armas, y que muchas veces cuenta con varias, lo que representa un riesgo.
Para protestar contra esta deportación masiva, un grupo de veteranos realizó una manifestación en playas de Tijuana, donde participan en la realización de un mural.
Fabián Rebolledo, de Cuernavaca, Morelos, fue llevado a California desde los tres años de edad y a sus 43 años fue deportado, tras haber servido en las fuerzas de paz en Kosovo.
Él lamenta que tras haber “ido a defender la Constitución de Estados Unidos, que trabajamos toda la vida para ese país y que algunos de nosotros recibimos hasta una medalla por nuestro valor, hoy seamos deportados bajo el argumento de que cometimos infracciones menores: pasarnos una luz de tránsito o conducir bajo influjo del alcohol”.
El mismo castigo, la deportación, se aplica si el veterano altera el orden público o se resiste al arresto, esto con base la reforma a la Ley Migratoria que permite la deportación de residentes permanentes desde 1996, al amparo de la cual se han deportado, según estimaciones de Veteranos Desterrados, a más de 40 mil.
Son mexicanos, pero también centroamericanos y europeos.
Otro caso es el de Valente Valenzuela, veterano de Vietnam, deportado por haber cometido infracciones de tránsito.
Valenzuela es un condecorado con la Estrella de Bronce, que recibió por su valor, “me la dieron porque yo maté al enemigo en el combate y salvé algunas vidas”, dice. “Estoy aquí con mis hermanos veteranos, para protestar porque es injusto que después de haber servido al país, no nos dieron lo que nos prometieron, y ahora nos quieren deportar”, agrega.
Víctor Manuel Partida es otro veterano, pero de la Guardia Nacional, fue deportado el 21 de diciembre de 2011, año en el que participó en el robo a una tienda de material de construcción, cuyo botín fue de 400 dólares.
“Quiero regresar porque allá tengo a mi familia, aparte de que quiero a ese país, amo a ese país”, dice.
En tanto, Héctor Barajas fue parte del Batallón 182 Helitransportado, pero fue deportado a México en 2011 por haber disparado un arma en la vía pública. A diferencia del resto de sus colegas, él encontró trabajo por su juventud y fortaleza, como encargado de una casa de retiro para norteamericanos jubilados en Rosarito, donde fundó la organización denominada Banished Veterans o los Veteranos Desterrados.
Nada protege a los nacidos en México o en cualquier otro país de Centroamérica o Europa, de ser desterrado si cometió lo que se llama una “agravated felony”, ya que por lo general su situación legal es de residentes, advierte Víctor Clark, director del Centro Binacional de Derechos Humanos.
“EU no puede deportar a ciudadanos norteamericanos, pero sí a los residentes, aunque éstos pueden apelar ante un juez en caso de tener en territorio estadunidense hijos u otros dependientes, aunque la mayoría de estas personas no concluyeron sus trámites.”
Advierte que ni las autoridades ni la ciudadanía están preparadas para atender a gente que está capacitada en el manejo de armas.
http://www.excelsior.com.mx/nacional/2013/04/08/892746