El gobernador, Fernando Toranzo Fernández, aseguró que su administración está poniendo todo su empeño y esfuerzo para mejorar las condiciones de seguridad en el Estado, pero justificó que el problema de la inseguridad “es cuento de nunca acabar” y en ese tenor dijo respetar la apreciación del arzobispo, Carlos Cabrero Romero, quien criticó la ola de violencia que impera en la entidad.
Admitió que el hecho de que no pase un día sin una muerte violenta es parte del entorno local y que ante esa situación las autoridades estatales, en coordinación con las federales y las municipales, realizan su trabajo “para atender un problema que lastima a la sociedad potosina”.
A pregunta de si falta mayor eficacia en el combate a la inseguridad, el mandatario estatal sostuvo que es un problema “muy difícil de erradicar porque la presencia de la inseguridad es en todo el país”.
Expuso además que mientras se logra combatir a un grupo delictivo “llega otro grupo” criminal y entonces el problema “se convierte en un cuento de nunca acabar; hay que estar trabajando todos los días revisando operativos”, añadió.