Cuatro meses antes de casarse con el príncipe Felipe de Borbón, Letizia Ortiz firmó unas capitulaciones matrimoniales de unas 50 páginas en las que se comprometió a que, en caso de separación matrimonial, renunciaba por completo a la custodia de sus hijos. Y lo hizo obligada por la Casa Real, pese a que su primo, amigo y abogado, David Rocasolano, le aconsejó que no lo firmara pues el documento era ilegal.
Esa es una de las revelaciones sobre la vida de la futura reina de España que aparecen publicadas en el libro Adiós, Princesa (Editorial Foca) escrito por el propio Rocasolano y que hoy sale a la venta en España y al que EL UNIVERSAL ha tenido acceso. Se trata de un polémico texto del que ni los medios de comunicación impresos españoles ni las televisoras han querido hacer eco tras las presiones de la Casa Real.
El libro revela la transformación de Letizia a raíz de su boda en una mujer controladora, cruel con los miembros de su familia —a quienes desde antes de su matrimonio dio orden de permanecer en un segundo plano y a quienes obligaba a vestirse y comportarse de determinada manera. Se muestra a una Letizia colérica, impaciente y avergonzada de la familia de clase media-baja y republicana de la que procede. A la vez, se da cuenta de su transformación de mujer agnóstica a una que va a misa todos los domingos; se describe a una mujer pasó de haber abortado a asegurar a los amigos del príncipe que nunca lo haría aunque el hijo que esperara tuviera una malformación.
Pero en el libro aparecen muchas otras informaciones desconocidas hasta ahora, como que el 27 de octubre del 2002 Letizia, entonces una periodista que aún no conocía al príncipe, se quedó embarazada de su entonces novio el periodista David Tejera y, sin decirle nada a él, decidió someterse a un aborto voluntario en la clínica Dator de Madrid. En las páginas de Adiós, Princesa, Rocasolano relata la escena ocurrida unos años después, cuando poco antes de la boda con el príncipe, la pareja le pidió que consiguiera los papeles y los destruyera para evitar que los reyes se enteraran de lo ocurrido y decidieran parar la boda, argumentando que, al abortar, Letizia había quedado excomulgada.
Otro de los capítulos más sorprendentes es el relativo al suicidio de Erika, hermana de la princesa, el 7 de febrero del 2007, según el autor del libro como resultado de “la presión mediática” (por ser la hermana de la princesa). Rocasolano narra que no vio a Letizia derramar una sola lágrima. “Hiératica. Daba instrucciones hasta el punto de que me parecía que estaba dirigiendo cualquier acto protocolario”, escribe Rocasolano.
Relata además un estremecedor suceso, cuando Antonio Vigo, ex pareja de Erika, al acercarse al ataúd se vuelve al rey Juan Carlos y le grita: ¡Vosotros tenéis la culpa! ¡Tu tienes la culpa, hijo de puta! ¡Vosotros la habéis matado! Las mejillas blandas de Juan Carlos temblaban mientras mantenía la vista al frente para evitar los ojos de Antonio Vigo”, recuerda David en el texto. “Cuando salió Juan Carlos, Letizia, ante los cientos de fotógrafos, se arrodilló ante el rey quizá pidiendo disculpas por la escena… No se arrodilló ante los padres de Érika, sus padres, se arrodilló ante Su Majestad el Rey de España. Sentí asco”, añade.
Además de la transformación de Letizia, el libro relata muchos aspectos de su infancia ocultados por la Casa Real, como que pasó apuros económicos hasta el punto de que en su casa hacía mucho frío porque no tenían dinero para encender la calefacción, que su padre le era infiel a su madre, que a Letizia en Ribadesella le llamaban La Grulla por su extrema delgadez o que su primer marido fue un “anticlerical furibundo”. También se revelan aspectos de la familia real, como que el rey es “huraño, maleducado y antipático”, que fuma puros antes de que el resto de los comensales terminen y frente a cuadros de Velázquez, Sorolla y Van Dyck; que la infanta Elena (la mayor) “tiene algo desde el punto de vista médico” (en referencia al retraso mental del que siempre se ha rumoreado); que el príncipe Felipe no es del Atlético de Madrid y ni siquiera le gusta el futbol”.
¿Y por qué quien es primo de Letizia, fue su amigo y persona de confianza ha decidido publicar este libro? “Este libro es la historia de un gran tren expreso, los Borbones, contra una modesta caravana de gitanos, los Ortiz-Rocasolano. Nos han arrollado y ni siquiera se han preocupado de mirar hacia atrás”, dice el autor en la contraportada del libro. “Érika está muerta y los demás nos hemos quedado solos y mutilados. Por eso escribo esto. Sé que la historia no tiene vuelta atrás. Pero esta historia, hasta ahora, solo ha sido contada de arriba abajo, con todo su glamour y su mentira. Ahora yo voy a contarla de abajo arriba. Desde lo que queda de aquella caravana destruida de gitanos. Advierto desde ya: no es una historia alegre”, concluye.
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