Las relaciones de dominación parecen haberse puesto de moda tras el boom deCincuenta Sombras de Grey. Sin embargo, este no es ni mucho menos el primer libro erótico que basa su historia en una mujer que sucumbe a una relación con tintes sadomasoquistas, y que se entrega por completo a su amante.
Fotograma de la película “Historia de O” del director Just Jaeckin de 1975
Sin tener que remontarnos al emblemático Marqués de Sade (quizás un tema a retomar), una de las historias que marcaron un antes y un después en la literatura erótica, y que conmocionó a sus lectores, fue sin duda Historia de O. Este libro llamó la atención tanto por la historia de su protagonista como por la de su autora.
Anne Desclos, periodista y escritora francesa, lo publicó bajo el pseudónimo de Pauline Réage (aunque se le conocía más habitualmente por el de Dominique Aury) en 1954. En realidad, esta novela nunca tuvo como fin ver la luz ante el gran público, sino que Desclos la escribió con la intención de conquistar a su amante,Jean Paulhan, por entonces director de la Nouvelle Revue Française y miembro de la Academia Francesa. Pese a estar casado, Paulhan mantuvo durante años una relación sentimental con Anne Desclos, que con el paso de los años fue desgastándose. Fue el miedo a perder a su amante, lo que impulsó a la autora a buscar una forma de volver a llamar su atención. Si bien sabía que su fuerte no estaba en el terreno de lo físico, supo cómo sacarle partido a su vínculo intelectual. Paulhan era un reconocido seguidor del Marqués de Sade, y por ello, Desclos no encontró mejor forma que dedicarle este relato, adentrándose en las relaciones sadomasoquistas, pero sobre todo, narrando la historia de una mujer que estaba dispuesta a entregarse en todos los niveles a la voluntad de su amante. Paulhan quedó tan maravillado con la historia que convenció a Desclos para publicarla, a condición de que su identidad nunca quedase desvelada.
Imagen de Anne Desclos, la verdadera autora de la novela, vía Infobae
La autora había recibido una educación bastante religiosa, y de hecho, quizás la devoción de O por su amante, tenga que ver mucho con esa devoción cuasi divina. Siempre vestía de modo recatado, poco llamativo y nunca usaba maquillaje, ¿quién iba a imaginar que fuera su pluma la que escribiría una de las historias sexuales más escandalosas del siglo pasado? De hecho, inicialmente los lectores se negaron a creer que pudiera haber sido escrita por una mujer, pese al nombre femenino del pseudónimo. Las escenas eran tan directas, o incluso tan frías, que costaba imaginárselas dentro de la mente femenina. La novela incluso llegó a cobrar más fama graciasal misterio de su autoría, que por el propio texto. No sería hasta 1994, tres años antes de su muerte, cuando Anne Desclos desvelase que era la verdadera autora de la misma.
Si esta es la historia de la autora, queda por saber qué secretos escondía su protagonista, un personaje que estuvo inspirado en una de las amigas de Anne, Odile, más joven y atractiva que ella, y que estaba enamorada del escritor Albert Camus.
Como si fuera una Alicia adentrándose en un complejo País de las Maravillas, O se sumerge en el mundo del sadomasoquismo de la mano de su amante, Renée. Éste la lleva al inquietante Castillo de Roissy, lugar donde los hombres son los amos, y las mujeres han de aprender las normas para convertirse en sus perfectas esclavas sexuales. Al contrario que en las sagas eróticas actuales, en este caso, la exclusividad no existe. La verdadera entrega al amante se produce cuando te conviertes por completo en suya, hasta el punto de que él puede decidir si entregarte a otros. Así O se somete por “amor” a diferentes humillaciones, torturas y violaciones colectivas.
Escena de la película en la que O aprende a controlar el dolor físico
Una vez entrenada, será Sir Stephen, el “maestro” de Renée, quien se convierta en el verdadero amo y señor de O, a quien ella entregará no sólo su cuerpo, sino su individualidad. Para ello, debe entrenarse esta vez en el control del dolor, y descubrir todas las formas de entrega sexual, tanto con hombres, como con otras mujeres. La historia tiene diversos finales alternativos, que no vamos a desvelar para dejar con un poco de intriga al lector. De hecho, existen secuelas de la misma.
Tal historia no pudo dejar de tener su versión cinematográfica. Sería en los 70’s, en pleno auge del cine erótico, cuando Corinne Cléry interpretaría el papel de O en un film sugestivo a la vez que crudo, donde la visión del dolor y del placer se mezclan también en la mente del espectador. En la película cabe destacar, que si bien Sir Stephen marca a fuego a su querida O, para dejar clara su pertenencia, la escena final muestra a O marcando con su inicial la mano de su amo, para mostrar que la pertenencia es mutua.
Resumen de algunas de las escenas del film erótico
Otro de los símbolos que han trascendido de Historia de O, sobre todo tras la película, es el llamado Anillo de O. Aunque aparece igualmente en el libro, su aspecto no es igual en la película, siendo este el de un anillo plano con una argolla. Si bien es cierto que ya existían este tipo de distintivos dentro del mundo BDSM, desde la película, el anillo de O pasó a ser un símbolo de una relación de dominación/sumisión entre algunas parejas.
Imagen del “Anillo de O”
Más allá de la polémica sobre su autora, o sobre la historia en la que se sume el personaje protagonista, lo que queda claro es que el erotismo existente en la mezcla del placer con el dolor, y en la idea de la entrega total al amante, hace mucho que está inventada. Y a veces estas historias se esconden en las mentes de quienes menos nos esperamos.
http://blogs.elpais.com/eros/2013/04/la-mujer-que-se-rindio-al-sado.html