Con 28.7 millones de personas en la informalidad y 4.85% de su Población Económicamente Activa (PEA) desempleada, México no vislumbra un panorama favorable en materia laboral.
A casi un lustro de la crisis financiera de 2008, y pese a las condiciones laborales de miles de mexicanos, la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), ubica a México como el cuarto con mejores cifras de ocupación. Pero no todo es color de rosa.
La pata coja de la política económica está en la incapacidad del Estado para generar empleos bien remunerados y con prestaciones laborales, dicen los expertos en el tema. Como ejemplo, organismos privados e incluso estatales remiten a cifras que refleja el enorme reto para el gobierno: seis de cada 10 personas en edad de trabajar lo hacen de manera informal, 60% de los profesionistas no poseen un empleo relacionado a sus carreras, los salarios se encuentran entre los más bajos de América Latina y hay un déficit de plazas, según datos oficiales.
Jóvenes vendiendo dulces, universitarios trabajando como meseros, empleadas domésticas sin derecho a una pensión y remuneraciones que no permiten siquiera comprar productos de la canasta básica, son los aspectos que tiñen el empleo en México, en una situación que parece extenderse sin control y que podría prolongarse por años.
En busca de una oportunidad. Foto: Cuartoscuro
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en febrero pasado la tasa de desempleo en el país fue de 4.85% de la Población Económicamente Activa (PEA) -alrededor 2 millones 500 mil personas- cifra menor al 5.33% reportado en el mismo mes de 2012. Se trata del nivel más bajo de desempleo en México desde octubre del año pasado.
Según este organismo, la tasa de informalidad laboral fue de 59.5%, equivalente a 28.7 millones de personas. Es decir, seis de cada 10 individuos en edad de trabajar.
Por su parte, la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) reportó el 11 de abril que la tasa de desocupación de México se ubicó por debajo de su promedio, que en febrero de 2013 fue de 8 por ciento. De esta forma, nuestro país se colocó sólo detrás de Corea, Japón y Austria.
A través de un comunicado, el órgano internacional dio a conocer que en los países que lo conforman, en total 48.78 millones de sus habitantes se hallaban desempleados en febrero, lo que significó 200 mil menos que en enero.
Se detalló que 2 millones 482 mil personas no lograron insertarse en el mercado laboral del país en el segundo mes del año, siendo los más perjudicados los jóvenes de entre 15 y 24 años. Sin embargo, se presentó una ligera baja en el desempleo de este sector, al pasar de 10.1% en enero a 9.5% en febrero.
Además, la tasa de desempleo de las mujeres fue de 5.2%, mientras en hombres fue de 4.7 por ciento.
Por otro lado, el propio Inegi, al presentar los resultados del cuarto trimestre del 2012, informó que la nueva administración federal, encabezada por Enrique Peña Nieto, recibiría 60% de la fuerza laboral del país en la informalidad, lo que representa para esta gestión el desafío de formalizar a 28.9 millones de personas.
Incluso, este sector aumentó 0.3% con respecto al mismo periodos de 2011.
De eses 28.9 millones, 13.5 conforman la ocupación en el sector informal y 2.2 millones corresponden al servicio doméstico remunerado sin prestaciones sociales; 6.3 millones forman parte del ámbito agropecuario y 6.9 millones a las empresas, gobierno e instituciones.
Jóvenes, los más afectados por la situación laboral en México. Foto: Cuartoscuro
Aunque la situación laboral no es la mejor. Durante el primer bimestre del año se generaron 165 mil 042 nuevos empleos formales en México, informó el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Pero esta cifra fue menor en 22.6%, o 48 mil 217 puestos de trabajo, con respecto a 2012.
Tan sólo en febrero se crearon 120 mil 873 plazas, que al sumarse a los afiliados del IMSS dieron como resultado 16 millones 227 mil 085 puestos de trabajo. Un 85% de ellos son plazas permanentes y 14% eventuales.
La situación a nivel local tampoco muestra un panorama del todo favorable. De 2006 a 2012, el índice de subempleo y la informalidad crecieron 50 por ciento en el Distrito Federal.
Lo anterior lo dio a conocer el 11 de marzo el secretario de Trabajo capitalino, Carlos Navarrete, quien también informó que para el cierre de 2012 se contabilizó a un millón 200 mil personas sin empleo formal, mientras que 275 mil eran “desempleados abiertos”.
Navarrete declaró que esta condición laboral estaba vinculada con la insuficiencia de plazas y los pobres niveles salariales.
Déficit de plazas y bajos salarios afectan al empleo en el país. Foto: Cuartoscuro
Pese a la disminución en su índice de desempleo -un aspecto que incluso es mayor en algunos países como Estados Unidos- los datos no muestran que las condiciones laborales sean óptimas.
El pasado 13 de marzo el diario español El País publicó que 30 millones de mexicanos, 60% de la población activa, trabajan de manera informal.
A muchos de ellos los vemos día con día, en la calle, en alguna esquina acomodando sus puestos de cualquier artículo o como trabajadoras domésticas. Todos ellos sin ninguna prestación laboral: no cotizan al seguro social, por ende no tienen derecho a asistencia médica y, mucho menos, a una pensión cuando se jubilen.
Eso no es todo, uno de los graves problemas a nivel nacional es lo poco que ganan los trabajadores. México tiene uno de los salarios mínimos más bajo Latinoamérica, lo que lleva a muchos mexicanos a no poder adquirir productos de la canasta básica, de acuerdo con el Índice de Tendencia Laboral de la Pobreza.
Aunado a esto, el sector juvenil profesionista se halla inmerso en un severo conflicto al no encontrar un empleo acorde a sus estudios, por lo que opta por la informalidad, trasladarse a otros estados o países con mayores oportunidades o, incluso, ingresar al mundo de la delincuencia.
En marzo de 2012 un informe elaborado por académicos de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Iztapalapa reveló que más de la tercera parte de los desempleados del país eran universitarios o personas con estudios de bachillerato. De ellos, 39% eran jóvenes.
El documento también indicaba que 66% de los jóvenes de entre 12 y 24 años que conseguían un empleo lo hacían en la informalidad. Es decir, el tener un grado de estudios alto ya no garantiza un buen empleo ni tampoco un buen ingreso económico.
A mediados del año pasado, la Subsecretaría de Educación Superior de la SEP y la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del tercer trimestre de 2012 revelaron que tan sólo 40 de cada 100 profesionistas contaban con un trabajo relacionado con sus estudios.
Los profesionistas se enfrentan a empleos mal pagados, sin relación con su carrera o en la informalidad. Foto: Cuartoscuro
A nivel internacional las cifras tampoco son buenas. El Fondo Monetario Internacional (FMI) alertó el 5 de abril que el número de personas que cuentan con un empleo fijo en el mundo es el más bajo en 20 años.
Desde la crisis financiera de 2008, cerca de 200 millones de personas han quedado desempleadas, mientras que la tasa de empleo permanece en alrededor del 60 por ciento, una cifra muy baja y que refleja que de cada 100 personas, 40 no tienen ocupación.
Lo peor es que el FMI advirtió que posiblemente las alarmantes cifras de desempleo se mantendrán por varios años más.