Unos de los principales riesgos que enfrentará México por tener una divisa fuerte, será la menor entrada de dinero por concepto de venta de petróleo en el exterior y remesas, coincidieron analistas del sector privado.
En el presupuesto de ingresos 2013 se tiene establecido un tipo de cambio promedio de 12.90 pesos, sin embargo actualmente se ubica cerca de los 12.0 pesos, lo cual podría generar presiones a las finanzas públicas.
Un grupo vulnerable a la apreciación del tipo de cambio son las familias que se benefician de las remesas, pues ahora intercambian menos pesos por cada dólar.
En muchos casos estas divisas representan el principal ingreso de las personas para efectuar gastos en alimentación, salud, vivienda y en educación, principalmente.
El economista de Banco Ve por Más, Manuel Guzmán, afirmó que ante la perspectiva de un tipo de cambio fortalecido, muchos connacionales deciden reservar el envío de remesas pues prefieren mandarlos en un momento en que el beneficio de intercambio de monedas sea mayor para sus familiares. Desde julio del año pasado, las remesas han presentado resultados negativos.
Asimismo, la fortaleza del peso en el largo plazo podría generar problemas para la economía, al perder competitividad en el comercio exterior.
En contrapunto, la apreciación de la moneda mexicana ayuda a reducir las presiones inflacionarias mediante la importación de insumos más baratos, además de generar un mayor poder adquisitivo y pagar menos intereses por parte de las empresas en sus colocaciones de deuda en el exterior.
El gobernador del Banco de México, Agustín Carstens comentó que la apreciación del peso no presenta ningún riesgo para la economía mexicana en el corto plazo.
El analista del sector privado, Jonathan Heath, destacó que dentro de los riesgos de tener un peso fuerte está el que el gobierno deje de recibir menores ingresos por venta de petróleo, situación que afectará el crecimiento de la economía mexicana.
Arma de doble filo
El especialista agregó que el sector exportador sería otro afectado, pues al vender sus productos les entrarían menos recursos, por lo que dejarían de realizar inversiones.
El director de Análisis Económico para América Latina de Moody’s Economy, Alfredo Coutiño, comentó que en los siguientes meses el peso tenderá apreciarse más de aprobarse las reformas fiscal y energética, lo cual llevaría la paridad hasta 11.0 pesos
El experto mencionó que de llegar a este nivel en el mediano plazo tendría un efecto negativo en la economía, sobre todo en la pérdida de competitividad cambiaria y de la economía mexicana.
El presidente de la firma Consultores Internacionales, Julio Millán, aseguró que la fortaleza del peso es un arma de doble filo, pues si bien por un lado se reduce o mantiene baja la inflación por el abaratamiento de las importaciones, por otro hay un perjuicio a los exportadores, al turismo e incluso al gobierno.
El subdirector de estudios macroeconómicos de Banamex, Joel Virgen, explicó que aunque si hay un impacto en las finanzas públicas, descartó que implique un foco de nerviosismo.
Aun así, los analistas de Banamex y Santander reconocieron que en caso de que la evolución del peso mantenga una tendencia hacia la apreciación, la Comisión de Cambios (integrada por Hacienda y el Banco de México) puede echar mano de mecanismos para contener este paso.
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