Riñón “cultivado” en laboratorio es capaz de replicar las funciones de un órgano original una vez trasplantado

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Mientras muchos entusiastas depositan su confianza en la impresión de órganos como alternativa para trasplantes, investigadores han empezado a desarrollar una nueva técnica que, sin duda dará variedad a las posibilidades de los pacientes que lo requieran.

Científicos estadounidenses han dado un nuevo paso en la fabricación de órganos y tejidos que algún día acabarán con las listas de espera para trasplante, al “cultivar” un riñón partiendo de células de otros riñones para crear uno nuevo.

Investigadores del Hospital General de Massachusetts (MGH) consiguieron elaborar en el laboratorio riñones de rata que, una vez trasplantados, empezaron a filtrar la sangre y a descargar orina como haría cualquier riñón, publicó la revista Nature Medicine.

“El perfeccionamiento de la técnica nos ayudará a lograr riñones de bioingeniería que algún día serán capaces de sustituir completamente la función renal, como lo hacen hoy los riñones de los donantes”, dijo el doctor Harald Ott, del Hospital de Massachusetts,

Antes que riñones ya se habían logrado fabricar corazones, pulmones , vegijas, vasos sanguíneos y hasta orejas en un laboratorio. Sin embargo, este experimento es único porque demuestra que estos órganos “bioartificiales” son completamente funcionales una vez trasplantados.

El término “bioartificial” se debe a que más que la fabricación de nuevos órganos los regeneran. El doctor Ott, por lo tanto, no partió de cero, sino de otro riñón al que eliminó todas sus células.

Por medio de detergentes especiales se limpió el órgano dejando sólo su estructura de colágeno, constituyendo así un molde que sirviera para construir un nuevo órgano. Dicha estructura se fue repoblando posteriormente con células humanas de endotelio (el tejido que recubre el interior de los vasos sanguíneos) y otras células renales de ratas recién nacidas. Las células vasculares se introdujeron a través de la arteria renal y las células del riñón a través del uréter. Finalmente, después de 12 días, el proceso de cultivo concluyó.

El nuevo órgano fue puesto a prueba en un dispositivo similar a la diálisis para comprobar su capacidad para filtrar sangre y producir orina. Se trasplantó el riñón en una rata a la que se le había eliminado previamente esta parte. Al final la función general no fue tan buena como la del órgano sano, aunque los investigadores piensan que pudo deberse a la inmadurez de las células neonatales empleadas.

Si las investigaciones siguen avanzando, se podrán reconstruir los órganos dañados sin aguardar a que llegue un órgano apropiado de un donante. Los riñones se repoblarán con las células del propio paciente y no habrá riesgo de rechazo cuando se implante. El organismo lo reconocerá como propio y los pacientes trasplantados no necesitarán tomar tratamientos para combatir el rechazo. Los investigadores del Hospital de Massachusetts ya han empezado a experimentar con riñones humanos.

No obstante, el experimento está aún muy lejos de ser probado en humanos, aunque al menos supone un paso importante en esa dirección. De concretarse, podría cambiar la vida de muchos pacientes que esperan un órgano disponible; como en Estados Unidos, donde se calcula que actualmente hay 100 mil personas esperando un trasplante de riñón, pero apenas se realizan 18 mil de estas operaciones al año.

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