El grupo de ocho senadores que ha elaborado un plan global bipartidista de reforma migratoria defendió ayer su propuesta que busca ayudar a “salir de la sombra” a los 11 millones de inmigrantes indocumentados que viven en Estados Unidos.
“Nuestra propuesta asegura la frontera primero, pero trata la situación de aquellos que están viviendo en la sombra como una prioridad igual de urgente”, afirmó el senador demócrata Charles Schumer, uno de los padres de este nuevo proyecto de ley.
Schumer compareció ante la prensa junto con sus compañeros de partido, Robert Menendez, Dick Durbin y Michael Bennet, y los republicanos John McCain, Lindsey Graham, Marco Rubio y Jeff Flake, quienes emprendieron una campaña a favor del texto bipartidista.
El senador aseguró que es una propuesta de ley “equilibrada” en la que se tienen en cuenta las preocupaciones conservadoras sobre la seguridad de la frontera con México, pero también se ofrece un camino para facilitar la inmigración legal, porque la situación actual “no tiene sentido”.
En este sentido, citó al economista conservador Douglas Holtz-Eakin, quien calculó que la reforma migratoria contribuirá a ahorrar 2.7 billones de dólares a los contribuyentes y señaló que, aunque ha habido desacuerdos durante las más de 20 reuniones que han mantenido, esta vez habrá acuerdo.
“Le legislación no es perfecta”, reconoció por su parte McCain, que ha estado involucrado en intentos de reforma migratoria anteriores, pero aseguró que, aunque “no a todo el mundo le gustarán todas las disposiciones de la ley”, la propuesta es una oferta “global” que ofrece una solución sobre la cual trabajar.
McCain señaló que el sistema migratorio no funciona y el status quo“amenaza nuestra seguridad, daña nuestra economía, no tiene en cuenta el Estado de derecho y deja de lado nuestras responsabilidades humanitarias”, enfatizó.
El legislador señaló que un problema de tal “magnitud” que afecta a muchos intereses “no será fácil de resolver”, pero es necesario atenderla con “compromiso político” y “consenso”.
Por su parte, el republicano Lindsay Graham dijo que defenderá la propuesta: “lucharé por este proyecto de ley. Si lo quieren anular, vamos a tener una conversación”.
Las medidas propuestas
El proyecto contempla reforzar la seguridad en las fronteras, permitiría el ingreso de nuevos trabajadores al país –siempre y cuando los empleadores verifiquen que se encuentran legalmente en Estados Unidos–, y daría una opción para que los 11 millones de personas que ya están en territorio estadunidense sin autorización puedan obtener su ciudadanía.
Los inmigrantes sin papeles que hayan fijado su residencia en Estados Unidos antes del 31 de marzo del 2011, que aún vivan en el país, paguen una multa y cumplan con otros requisitos legales, podrán obtener un estatus legal provisional una vez que la Secretaría de Seguridad Nacional certifique al Congreso un aumento en la seguridad fronteriza, y optar a la residencia permanente diez años más tarde, según la propuesta.
Al cabo de diez años con el estatus legal provisional, los beneficiarios podrán optar a la residencia permanente si siguieron viviendo el país, pagaron impuestos, trabajaron con regularidad, demostraron poseer conocimientos de inglés y de la sociedad estadunidense y pagaron otra multa de mil dólares.
http://elexpres.com/noticias/news-display.php?story_id=39222