Tigres, con una afición como escudera, se paró en el Estadio Azteca para reafirmar lo que hizo a lo largo del torneo regular. En un partido que dominó a placer, demostró ser el mejor equipo del país y asumió la cima de la tabla al imponerse 0-2 a un América desdibujado que volvió a extrañar a Rubens Sambueza.
De los últimos ocho enfrentamientos en el Azteca, los regiomontanos han ganado cinco y empatado tres. Hegemonía total desde el Apertura 2005.
Las precauciones de Tigres originaron una primera mitad raquítica en emociones. Su lento tránsito del balón y la falta de creatividad de Lucas Lobos los llevaron , engañosamente, a refugiarse en su terreno de juego.
Con los pocos espacios que otorgó el rival, las Águilas trataron de avanzar, aunque sin Sambueza perdieron desequilibrio, por lo que el peso cayó en Christian Bermúdez y Osvaldo Martínez, pero volvieron a quedarse lejos de las exigencias.
Ante la falta de ideas en el centro del campo, debieron ser Jiménez y Benítez quienes buscaran el desequilibrio. Los delanteros, con base en su potencia física, encontraron pequeños resquicios, pero nada que pudiera abrir el marcador.
Al 28’, Benítez le bajó un balón a Jiménez y éste sacó un riflazo que estremeció el travesaño. Enseguida el esférico le cayó al Hobbit Bermúdez, pero no se pudo acomodar para hacer un buen remate de cabeza.
En el inicio de la complementaria, los visitantes se encontraron con un error que proyectaron y capitalizaron de una manera exquisita. En el minuto 48, el defensa Diego Reyes regaló la marca y dejó que Danilinho entrara pleno para que sacara un chanflazo que se incrustó en el ángulo superior derecho del arco de Muñoz.
La anotación no sólo le dio a los universitarios la ventaja, sino también generó un desconcierto entre los capitalinos del cual no se pudieron sobreponer. Se llenaron de nervios, perdieron el control y eso los llevó a ser superados de manera amplia. Miguel Herrera no fue capaz de encontrar la manera de contrarrestar la situación y su equipo recibió el puntillazo ante la ausencia de respuestas.
En el minuto 59 Lobos logró aumentar la ventaja en una jugada que destacó su ímpetu y la tibieza de Jesús Molina. El contención, en una acción dividida, no le puso fuerza a la pierna y dejó que el argentino tomara el balón dentro del área. Muñoz, por más que se estiró, no pudo hacer nada para impedir el 0-2, aunque, de cualquier manera, si lo hubiera parado no habría ayudado en mucho a su equipo.
América no tuvo armas para luchar por el liderato.
Miguel Herrera culpa, otra vez, al árbitro
Miguel Herrera, técnico del América, encontró en la labor de Jorge Isaac Rojas la excusa perfecta para que no se hablara del partido que ofreció su equipo ante Tigres, al argumentar que el juez no resultó lo imparcial que debiera ser.
“Me incomoda que manden a este tipo, él nos ganó el partido contra el Cruz Azul. Hoy sí estoy molesto, porque ves las jugadas y dices no puede ser. ¡Ya es mala leche! Ya viene con predisposición.”
El Piojo aseguró que su directiva protestará la actuación del silbante, aunque sabe que difícilmente procederá, pero en caso de que no proceda su queja desea no volvérselo a encontrar en la liguilla. “Es de mala leche, porque el tipo no es mal árbitro, habrá que investigar por qué hace esto”, agregó.
En lo que fue el accionar de su plantel, destacó los tres tiros a los postes, pero volvió a destacar una mala decisión del juez al comentar que le anuló un gol a Narciso Mina.
“Fue mala suerte, porque las pelotas de nosotros van al poste y las de ellos se meten. Hay descuidos, sobre todo en el segundo gol. Hoy no corrimos con la fortuna de que el equipo fuera contundente y cuando la metemos se levanta una bandera que no existe.”
Tito Villa presume calma
Aunque aseguraron el liderato en el Clausura, en Tigres no se abrieron un espacio para el festejo. Desde el punto de vista de Emanuel Villa, lo hecho en el torneo regular es gratificante, aunque eso, admitió, no servirá de mucho en la liguilla.
“Hay que olvidarse del liderato, ahora empieza el torneo. Desde un inicio nos trazamos ser un equipo competitivo y lo hemos sido. Conseguimos un buen lugar, pero no hemos logrado nada y lo más difícil viene ahora”, puntualizó.
Para el ariete la victoria sobre las Águilas fue merecida, aunque sin dejar de reconocer que en la primera mitad no desplegaron su mejor futbol ante el buen accionar del equipo local. “Gracias a Dios se nos dieron los goles”.
El rival al que se enfrentarán en los cuartos de final es Rayados. “Si se da sería bienvenido”, admitió Villa, ya que buscarán la revancha a la derrota de la jornada 16.
En tanto, el portero Enrique Palos dijo que no le importa el rival en la fiesta grande, además de que destacó el partido “inteligente” que hicieron contra el América y la forma en que se plantó el cuadro en el Azteca para sacar los tres puntos.
Todo sea por ver a sus felinos
Hay aficiones, como la de Tigres, que no encuentran freno a la lealtad con la que acompañan a su equipo.
Incluso recorren cientos de kilómetros sin tener la plena seguridad de entrar al Estadio Azteca. Llegan ansiosos en busca de revendedores que puedan facilitar su acceso a la tribuna con precios menores a los impuestos por la directiva del América.
Son custodiados por elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del D.F., aunque no dan motivos para ocasionar peleas con los rivales. Aun así hay dos helicópteros que vigilan los puntos de acceso al inmueble.
Los tickets, que hasta antes de este juego tenían un costo de 124 pesos, son negociados en un rango de 500 a 700. Pese a que la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) había avisado que sancionaría al América por el incremento de precios, los seguidores de Tigres se las ingeniaron para entrar y llenar gran parte del sector visitante. Ahí todo fue fiesta y aunque la invasión no haya resultado completa, respaldaron a un equipo que desde el primer minuto se sintió local.
Danilinho es un mago del medio campo
Cuando había poca claridad en el campo y las imprecisiones frenaban el avance de los Tigres con el balón, una genialidad de Danilinho fue suficiente para cambiar el rumbo del encuentro.
Tras amagar a los zagueros rivales y mirar la posición adelantada del guardameta Moisés Muñoz, el atacante felino envió un tiro de zurda hacia la portería que terminó por meterse hasta el fondo de las redes. Aquel golpe fue decisivo para bajar la guardia de un cuadro americanista que se había encargado de maniatar, al menos durante 45 minutos, los constantes intentos de Emanuel Villa y Lucas Lobos.
A partir de entonces todo dio un giro en favor de los visitantes: el brasileño tomó confianza, le ayudó en labores de recuperación a José Francisco Torres y fue partícipe del segundo tanto de su equipo.
Con Tigres fortalecido anímicamente, la figura de Danilinho se convirtió, entonces, en un destino recurrente para la circulación del balón. Por la banda encontró en Lobos a su mayor socio: el argentino se acercó e intentó brindarle mayores espacios al Tito, aunque la marca de Aquivaldo Mosquera no le cedió oportunidades para rematar con comodidad.
Al tiempo que el América fue recuperando la dinámica, Danilinho retrocedió algunos metros para desahogar la carga de trabajo de sus compañeros en defensa y salir con la pelota controlada desde su terreno de juego. Así gastó el tiempo y aunque no contó con mayores posibilidades de alargar la ventaja, fue el punto de tranquilidad de su equipo para manejar el resultado en los minutos finales.
Tuvo oportunidad el conjunto americanista de recortar la desventaja, pero el equilibrio de los felinos, sostenido por Danilinho, no se rompió aun cuando fueron agobiados por los constantes embates de la ofensiva de las Águilas.
Así, Tigres pudo coronar una campaña sólida en el Clausura 2013 echando mano de uno de sus futbolistas de mayor talento y experiencia en encuentros decisivos: Danilinho.
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