Cada tres meses, cuando el INE publica la Encuesta de Población Activa, surge la misma pregunta: ¿Cómo es posible que haya tantos millones de parados —6,2 millones, según la última EPA del primer trimestre de 2013— si el Ministerio de Empleo habla de una cifra mucho más baja? La confusión se produce porque en España existen dos fuentes para estudiar la evolución del mercado laboral y hay que pararse a ver de cuál se está hablando para no perderse. Una de ellas es el paro registrado, con datos mensuales obtenidos del registro de las oficinas del antiguo Inem y que según el último balance, correspondiente a abril, reflejaba 4,9 millones de parados. Por otro lado está la EPA, que es un sondeo que ofrece una instantánea más completa de la situación del empleo. La última, correspondiente al primer trimestre del año, se conoció hace apenas una semana y situaba el total de desempleados en 6,2 millones y la tasa de paro en el 27%, máximos desconocidos desde que hay estadísticas fiables.
El paro registrado, como su propio nombre indica, es un recuento de los desempleados que se registran, que se apuntan en los servicios públicos de empleo de las Comunidades Autónomas. Una cifra, por tanto, que no nos dice nada de toda la gente que pierde el empleo y no se apunta al paro, por la razón que sea, o que se incorpora por primera vez al mercado de trabajo, por ejemplo, al terminar los estudios, y se dedica a buscar trabajo sin pasar antes por las oficinas del antiguo INEM. La EPA, por contra, no es un registro, es una encuesta, que ofrece las respuestas subjetivas de los entrevistados.
Además, el ámbito temporal en el que operan uno y otro es distinto, porque el paro registrado es la foto inmediata que se obtiene con los datos de último día de mes, mientras que los datos de la EPA se recogen a lo largo del trimestre y se ajustan estadísticamente.
Dicho todo, ambas son formas de medir válidas para obtener la temperatura del mercado laboral, con sus puntos fuertes respectivos: los mayores detalles que da una encuesta en profundidad como la EPA, pese a las críticas que le lanza la CEOE, frente a la fiabilidad de unos registros, como da el paro registrado.
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