Como un camino de lodo, grava desprendida, peligrosos agujeros y pavimento quebrado luce Avenida Universidad.
Esta vía de conexión sólo es transitable para conductores y peatones arriesgados -o resignados con el ingreso a un campo de batalla-.
La arteria representa una obra mal hecha que le costó a la gente. Por los cuestionables resultados, se vuelve evidente que los potosinos siguen pagándola.
Y es que las llantas y suspensiones no perdonan los cráteres, las olas de pavimento que rebasan la banqueta; ni los continuos parches sobre los que los vehículos circulan.
El concreto adopta una figura torcida, que parece un tope, más alto que la acera.
También hay partes donde las unidades se hunden. La superficie es irregular entre las alcantarillas, registros y baches por sortear; especialmente por la calle Lic. Roque Estrada.
A la altura del Hogar del Niño, los hoyancos son tan profundos que la gente se ha dado a la tarea de colocar piedras para advertir a quienes transitan.
Estas notorias e insalubres “piscinas” en plena avenida representan un obstáculo capaz de ponchar más de una llanta o provocar la caída del valiente que camine por ahí.
A un costado del acceso al Distribuidor Juárez, llama la atención un agujero, un peligro más a librar los automovilistas.
El área está acordonada, además de contar con señalética en busca que las personas avancen con precaución.
Un día normal, se ve a miles de coches sortear obstáculos en una aventura extrema denominada Avenida Universidad en la Capital potosina.
Fuente: Canal 7