Castro el próximo año quiere subir el Everest no una, sino tres veces, quiere marcar ese récord como mexicano, y dedicárselo a su familia e hijos. Después de sobrevivir al sismo registrado el pasado 24 de abril en Nepal, que dejó miles de muertos.
Aunque ha sido difícil, no se detendrá y sostiene que ahora que vio la muerte de cerca, seguirá hasta lograr su sueño.
¿Qué fue lo que te llevó al alpinismo, si tenías una vida prácticamente hecha?
Se los voy a decir cómo es porque ustedes son sinaloenses y lo entienden, yo soy un chavo que nací en el rancho Cubiri de Portelas, muy pobre; la vida me fue dando oportunidades de ir creciendo profesionalmente y ¿qué es lo primero que hace un sinaloense? Pues comprarte coches, apartamentos, agarrar el pe.., llamar la atención con todo el mundo, las tonterías que normalmente se hacen. Agrega que su padre le aconsejó que esa vida no lo llevaría a ningún lado, hasta que durante una “parranda” siente que le encontró el sentido a su vida. “Ya había tenido varios accidentes en las ‘motos’, un día en plena fiesta en Garibaldi, la verdad yo estaba algo tomado y ahí me cayó el flachazo, les dije a mis amigos: a partir de mañana yo voy a hacer deporte y en lo que haga yo voy a ser el mejor en el mundo”.
Entonces se dedicó a investigar durante toda la madrugada hasta que se encontró con el alpinismo.
Y así fue como inició un nuevo sueño, y a cumplir el compromiso de ser “El mejor del mundo”.
Y sus metas fueron claras: Primero, subir el Pico de Orizaba, cruzar el Canal de la Mancha, correr el maratón de la Muralla China, el del Desierto del Sahara, pero lo hizo de una manera especial, recorriendo los siete países que lo conforman. Esto le valió el reconocimiento y patrocinio para otras empresas llevando el mensaje a la juventud “de que es posible alcanzar los sueños cuando se tiene fe y se lucha por alcanzarlos”.
¿Cuál sería la última meta, si es que hay una última meta?
No, después de esto estoy pensando en cosas que como hobbie quiero aprender, aprender a volar con los trajes especiales y cosas que traigo en mente, pero paso a paso. Yo sé que ya logrando el Everest, pues ya consigues para todo lo demás que quieres hacer.
LA MAMÁ ES LA QUE MÁS LO SUFRE.
Aunque ahora ya está resignada, su madre, doña Martha Castro, cuando se enteró de la actividad que pretendía realizar su hijo, se preguntó cómo le haría para soportar el frío si siempre fue el más friolento.
“Yo me he llevado puras angustias, más que él fue desde pequeño el más friolento; de siete hijos él se acomodaba en medio hecho bolita”.
Don Pedro Castro, padre de Orlando, considera que sólo teniendo a su hijo enjaulado sería posible detenerlo, porque lo que él hace es de corazón y está a gusto haciendo lo que le gusta.
“Le deseamos todo lo mejor, y como padre que es uno, a lo mejor deseara tener a todos los hijos y estarlos viendo, y eso no se vale necesitamos soltarlos”.
EL RETO VIGENTE.
Luego de sobrevivir al terremoto, Orlando recuerda que cuando iba a ser rescatado vio que su misión era la de ayudar a toda aquella gente que lo necesitaba, por lo que al regresar a México se ha dedicado a recaudar fondos para enviar víveres y todo tipo de ayuda que se requiere en las comunidades que él recorrió en su lucha por alcanzar la montaña conocida como “el techo del mundo”, la cual pretende alcanzar en 2016.
Fuente:El Debate