A sólo $499 con 6 lentes: Cámara del Galaxy S6 Edge

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Mi luna de miel fue la prueba definitiva para probar a fondo la cámara del Galaxy S6 Edge. ¿Cumplió?

Hace unos años decidí que no volvería a cargar con una cámara dedicada cuando me fuese de vacaciones. Descubrí que la experiencia de utilizar una réflex e incluso una cámara micro 4/3 es bastante miserable cuando estás intentando disfrutar de un viaje. La bolsa, el peso, los cambios de objetivos, la limpieza, las tarjetas, las baterías… Decidí que pese a las ventajas que supone una cámara así, era mucho más feliz haciendo fotos con mi smartphone.

Las ventajas del smartphone son claras: más pequeño, más ligero, más discreto, permite editar y compartir las fotos al instante y además hace muchas más cosas aparte de fotografiar. Obviamente también tiene limitaciones, pero en mi experiencia los avances en las cámaras móviles hacen que cada vez sean menos los inconvenientes de utilizarlos como cámara de viaje.

Esta es la razón por la que decidí utilizar mi luna de miel como la prueba definitiva para la cámara del Galaxy S6 Edge, supuestamente la mejor cámara actual en un smartphone. He probado muchos terminales Android que prometían cámaras espectaculares en los últimos años, pero ninguno me ha acabado convenciendo, fallando siempre en alguno de los tres siguientes aspectos.

 

Calidad, rapidez y flexibilidad.

De poco sirve poder hacer unas fotos geniales si la cámara tarda cinco segundos en abrirse o eternidades en guardar las fotos. Tampoco sirve de mucho una cámara super rápida con una calidad lamentable. Por último, la flexibilidad consiste en que la cámara sea capaz de tomar por sí sola todas las decisiones correctas a la hora de hacer la foto, pero que me dé suficiente control para poder modificar los ajustes rápida y eficazmente en caso de querer un aspecto concreto.

Los números pintan bien, pero lo importante es saber qué tal funciona. Hablemos de esos tres factores tan importantes.

Rapidez

Una de las cosas que más me llamó la atención al comenzar a usar la cámara del S6 es la fluidez y rapidez con la que se abre la aplicación de cámara. Con pulsar dos veces el botón home del terminal la cámara se abre de forma casi inmediata, ya que queda en standby siempre que no la estemos utilizando. Puede parecer un detalle mínimo, pero es mi función favorita del terminal y puede marcar la diferencia entre conseguir una foto importante y perderla. Es posible pulsar el botón mientras aún estás sacando el S6 del bolsillo y que esté listo para disparar en el momento que tienes la pantalla delante de la cara.

La interfaz es ligeramente más compleja que en otros terminales, pero lo esencial está todo a mano. A la izquierda acceso directo a las funciones mas utilizadas (excepto los efectos, ¿quién los usa?) y a la derecha acceso al álbum de fotos, el botón de grabar vídeo, el de disparo, el cambio a cámara frontal y el botón para cambiar de modo.

 

El Galaxy S6 activa por defecto el modo “Auto HDR”, el cual analiza la escena y decide si la foto se beneficiaría del modo HDR y en cuánta cantidad, aplicando el efecto automáticamente al hacer la foto. Esto es algo que ya hemos visto en el iPhone y que a mí personalmente me encanta. Aunque no todas las fotos necesitan el modo HDR, en sensores como los de los móviles, con rango dinámico limitado, puede ser la diferencia entre una foto inútil y una magnífica. Antiguamente tenias que decidir en el momento si querías o no usar HDR y a veces incluso buscar la opción escondida en los menús. También puedes forzar el modo HDR (con resultados mas fuertes que en el modo Auto) o desactivarlo si estás totalmente seguro de no quererlo.

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Otra función que ahorra tiempo es el modo ráfaga con simplemente mantener pulsado el botón de disparo. Esto es algo que ya hemos visto en otros terminales, y que me parece esencial hoy en día. En situaciones en las que no sabemos si vamos a poder sacar la foto correcta, solamente hay que mantener pulsado el botón y luego ya elegiremos la mejor de todas las fotos. La foto de la montaña rusa es el mejor ejemplo de esto; de una ráfaga de unas 30 fotos escogí la más interesante de todas en lugar de habérmela jugado a tener que hacer la foto en el momento exacto.

El modo ráfaga permite extraer la foto perfecta de una secuencia sin complicaciones.

El otro factor que entra en esta categoría es la velocidad de obturación. Esto es importante sobre todo en baja luz, donde si el sensor no es capaz de captar suficiente luz mantendrá el obturador abierto mas tiempo, haciendo que cualquier objeto en movimiento se vea borroso. En exteriores con suficiente luz el Galaxy S6 cumple de sobra, congelando incluso los movimientos más bruscos o el agua salpicando. En baja luz es donde las cosas cambian. Al tener estabilizador óptico, en baja luz el S6 lo aprovecha para poder mantener abierto el obturador más tiempo de lo normal, ya que físicamente la cámara no se mueve al estar estabilizada. El problema con esto es que si estamos haciendo una foto a un objeto que sí que está en movimiento, este se verá borroso.

En ocasiones esto puede ser una ventaja, pudiendo crear efectos interesantes como el de una flor en baja luz iluminada por un carrusel que se mueve de fondo; todo depende de nuestra imaginación. Otras veces, puede ser frustrante.

Esta flor está iluminada unicamente por la luz del carrusel.

Está claro que el S6 es uno de los terminales mas rápidos en hacer fotos; y su velocidad de enfoque también es bastante impresionante. Sin embargo, también he tenido situaciones en las que al intentar hacer una foto rápidamente ha salido desenfocada. No estoy seguro de si es un fallo del sistema de autoenfoque por fase, si es por no haber dado suficiente tiempo a la cámara a enfocar o si es un bug puntual, pero tras un par de fotos desenfocadas empecé a tocar en la pantalla para enfocar antes de hacer las fotos para asegurarme de que no volvía a ocurrir.

En el día a día la velocidad de la cámara (tanto en lanzarse como en hacer fotos) es probablemente lo que más afecta a mi grado de satisfacción con la cámara. Es una de las razones por las que dejé de usar el Lumia 1020 y por las que siempre suelo usar el iPhone. El Galaxy S6 cumple de sobra en esta categoría, gustándome mas que el iPhone gracias, sobre todo, al doble click del botón home para activar la cámara.

Calidad

Hay muchos aspectos que determinan la calidad de la cámara de un smartphone y ninguno de ellos es realmente más importante que otro. Todos los elementos ponen de su parte para crear la imagen final y dar mas importancia a uno en concreto es un grave error. Los megapíxeles únicamente nos dicen cómo de grande es una foto. El tamaño de esos píxeles y la apertura de la lente nos dicen cuánta luz es capaz de capturar el sensor. También hay otros factores como la distancia focal y el chip de procesado de imagen, que es el que se encarga de digitalizar la imagen y darle la apariencia final.

El S6 parte de una base bastante buena. Un sensor de 16 megapíxeles que puede ser de Sony (IMX240) o de fabricación propia (Samsung ISOCELL). Aunque no estoy seguro de qué sensor llevaba mi unidad, las pruebas que he podido ver con ambos no dan una clara ventaja a ninguno, por lo que me parece irrelevante a la hora de la verdad. La realidad es que 16 megapíxeles dan para mucho y como podemos ver en la foto del gorila, nos permite recortar una foto de un objeto lejano (a unos 50 metros) y mantener suficiente nivel de calidad como para que no se note el recorte en la mayoría de servicios donde solemos compartir las fotos.

Un sensor de 8 megapíxeles o menos habría hecho casi imposible ver con detalle a este simpático gorila tras recortar la foto.

En exteriores a plena luz, la cámara del S6 es probablemente la mejor del momento en cuanto a calidad pura de imagen. Suele acertar con el balance de blancos y la exposición general de la escena y como he comentado antes, el modo HDR automático ayuda con el rango dinámico, que ya de base es bastante bueno.

Donde más músculo saca la cámara del Galaxy S6 es en fotografía de naturaleza. Ya sea un bosque por el que asoma el sol o un macro de una mariposa, el nivel de detalle que se puede ver en las fotos me hace olvidarme completamente de que estoy utilizando un teléfono móvil.

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El nivel de detalle de las hojas de los árboles es espectacular.

La cosa cambia cuando pasamos a situaciones de baja luz. En estas situaciones es importante que el sensor capte la mayor cantidad posible de luz. El Galaxy S6 tiene píxeles relativamente pequeños, por lo que se apoya en la lente f/1.9 y el estabilizador para capturar toda la luz posible. Además, cuando detecta una escena oscura, activa un modo noche automático que procesa la imagen de forma especial. Los resultados son interesantes.

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En ciudades u otras situaciones en las que tenemos zonas iluminadas junto con otras más oscuras las fotos son bastante espectaculares. Las calles de Nueva York lucen fantásticas. El estabilizador nos ayuda a que los edificios salgan nítidos pero la larga exposición hace que cualquier objeto o persona moviéndose salgan movidos. Incluso en escenas más oscuras el S6 mantiene bastante bien el nivel, mostrando bastante ruido en las zonas tenues pero en general creando imágenes perfectamente usables.

Toda la luz de esta escena viene de las bombillas de los edificios.

En el modo manual es posible forzar el ISO a valores menores y utilizar la larga exposición para capturar más luz sin incrementar el ruido, pero en la mayoría de situaciones vas a querer sacar el terminal y lanzar la foto sin pensar, y por suerte el S6 cumple casi perfectamente en esos casos.
Donde sí que falla el S6 es en enfocar en baja luz. Es realmente difícil conseguir enfocar una persona dentro de un restaurante de noche, por ejemplo, y muchas veces tuve que recurrir a utilizar el enfoque manual para poder hacer la foto. Esto le quita algo de magia al conjunto y me gustaría ver a Samsung mejorarlo si es posible, ya que otros terminales no tienen tantos problemas en esas situaciones.

Por poner todo esto en contexto, en una rápida comparación entre el S6 Edge y el iPhone 6 Plus (que también lleva estabilizador) podemos ver que globalmente la calidad de las fotos nocturnas es muy similar. A tamaños de red social (Facebook, Twitter) las diferencias son prácticamente nulas, ya que no se suele apreciar el ruido. Vistas a un tamaño mayor, vemos que el S6 muestra más ruido y suele exponer las escenas un poco más. De hecho, en la mayoría de fotos nocturnas con el S6 es imposible acceder a los datos EXIF para ver los valores de exposición e ISO, lo que me lleva a pensar que el terminal hace algún tipo de “pixel binning” o combina varias fotos para conseguir incrementar la cantidad de luz capturada sin que se llene todo de ruido.

Nivel de detalle, iPhone 6 Plus vs Galaxy S6 Edge.

Si tuviese que sacar un aspecto negativo sobre la calidad de imagen del S6 es el balance de blancos. Pese a promocionar constantemente que el S6 lleva un sensor IR que permite acertar mejor con el balance de blancos, me he encontrado algunas situaciones en las que las fotos salían ligeramente azuladas (exteriores en sombra principalmente) o notablemente cálidas (en interiores, normalmente con luz fluorescente). Realmente es un problema menor que no se ve a menos que compares directamente con fotos de una cámara dedicada u otro smartphone, pero está ahí.

Otro pequeño problema que me he encontrado es algo que ya detecté en el Galaxy Note 4 y que inicialmente pensé que se había solucionado. Hablo de la nitidez en los bordes de la imagen. Es posible que esto fuese un fallo puntual de mi unidad de prueba, pero al hacer fotos en modo apaisado el extremo derecho de la imagen estaba ligeramente desenfocado en comparación con el resto de la imagen. Es algo que ya vi ocurrir en el HTC One M7, y en esa ocasión estaba relacionado al estabilizador de imagen. Es posible que aquí también, por lo que no creo que ocurra en todas las unidades.

Modo panorámico.

No podemos olvidarnos de la cámara frontal, que hoy en día pasa a ser un elemento muy importante gracias al auge de los selfies. He notado un patrón en los fabricantes de incluir lentes muy angulares en sus cámaras frontales y venderlas como algo positivo porque te permiten incluir más gente y objetos en tus fotos frontales. Esto es un arma de doble filo.

Sí, una lente angular te permite incluir más gente y objetos en la foto, pero a costa de distorsionar los bordes. Esto significa que si nos hacemos el selfie intentando que nuestra cara ocupe gran parte del cuadro, nuestro cuello, barbilla o incluso la frente se verán estirados y distorsionados, creando un aspecto francamente desagradable. El truco está en alejarnos de la cámara y centrarnos, que es donde la lente menos distorsiona y donde mejor aspecto tendremos. El problema es tal que si las dos personas que aparecen en la foto tienen una diferencia notable de altura, una de ellas probablemente quede con su cara estirada. En mi caso mi mujer se quejaba de esto e insistía en que no le gustaba nada la cámara frontal del S6.

Al centrar las cabezas en la foto es posible evitar la distorsión en los bordes, pero por contra se pierde la parte superior del castillo.

El lado positivo de alejarnos más es que podemos aprovechar el resto del cuadro para incluir objetos detrás de nosotros, pero nos limita en la clase de fotos que podemos hacer si no queremos salir estirados. Personalmente habría preferido una distancia focal más cerrada, pero he de admitir que pude hacer selfies que no habría podido hacer con mi iPhone. Por lo demás la calidad de la cámara frontal del S6 es adecuada, pero no sobresaliente. Los colores suelen ser generalmente fríos y abusa del efecto de suavizado de piel, que por suerte se puede desactivar.

Es difícil discutir con la calidad global de las fotos que hace el Galaxy S6. No me gusta dar puntuaciones numéricas, pero desde luego la pondría al mismo nivel que la cámara del iPhone 6 Plus, que hasta ahora me parecía la mejor de todas. El S6 es algo mejor en exteriores diurnos (más detalle, mejor bokeh), está prácticamente al mismo nivel en baja luz (mejor en unas cosas y peor en otras) y enfoca mas rápido cuando hay luz pero bastante peor cuando no la hay. El trabajo de Samsung en este área es sobresaliente, pero queda valorar la flexibilidad del S6 en todas las situaciones.

Flexibilidad

Sabemos que la cámara del S6 es rápida y que hace unas fotos impresionantes, pero… ¿cómo es en el día a día? ¿Cómo se adapta a todas las situaciones en las que vamos a querer hacer una foto?
Es muy fácil hacer una prueba de cámara con escenarios preparados donde nos paramos para hacer la foto con tranquilidad y una luz perfecta. En el mundo real esto no es así, y muchas veces tenemos apenas 4 segundos para hacer la foto perfecta o unas condiciones de luz que vuelven loco al terminal.

Una de las cosas que más valoro en la cámara de un smartphone es que me permita controlar la exposición de una forma rápida y sencilla. No suelo necesitar un modo manual completo, pero sí que necesito que si el terminal decide un valor de exposición “X” yo pueda rápidamente decirle que quiero mas o menos luz en función de si quiero hacer un contraluz, por ejemplo, o si veo que el objeto que quiero fotografiar sigue saliendo muy oscuro.

En todos estos años utilizando distintos smartphones muy pocos me han dado el control que quería y el S6, por desgracia, sigue sin darme lo que necesito. Actualmente es el iPhone el que mejor control de luz me da, pudiendo tocar la pantalla para enfocar y marcar una exposición y modificarla deslizando el mismo dedo hacia arriba o abajo.

El S6 decide automáticamente un valor de exposición evaluando la escena en conjunto, pero tocar la pantalla no modifica esa exposición. Lo que sí se puede hacer es tocar la pantalla y mantener durante un par de segundos en el objeto que queremos enfocar y exponer, y el S6 bloqueará el enfoque y la exposición en esa zona. Lo malo de este sistema es que enlaza el enfoque y la exposición, por lo que es imposible enfocar un objeto pero controlar la exposición por separado.

Este es el aspecto más frustrante de la cámara del Galaxy S6 si estás acostumbrado a hacer fotos de forma más creativa y no puramente apuntando y disparando. La buena noticia es que disponemos de un modo manual bastante completo que nos da toda la flexibilidad que el modo automático no. El control de enfoque manual es mi parte favorita y da juego a hacer desenfoques muy vistosos gracias a la gran apertura de la lente.

Lo que podría ser una foto aburrida se convierte en un macro impresionante gracias al f/1.9 de la lente.

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El único aspecto negativo del modo manual es que el control de obturador es demasiado limitado, dándonos cifras relativas (+1, -1) en lugar de valores de obturación absolutos (1/10, 1/25, 1/50…). Por lo demás, tenemos suficiente control para agradar a los usuarios más expertos y darnos muchísimas posibilidades creativas.

Me gustaría ver a los fabricantes poner más énfasis en dar al usuario más flexibilidad en el modo automático en lugar de colocar un modo manual como excusa para limitar el modo auto. Samsung, Sony, HTC, LG y demás deben entender que intentar recrear la experiencia de uso de una cámara dedicada en un smartphone es un error y deben centrarse en adaptarse a cómo se utilizan las cámaras móviles hoy en día. La flexibilidad consiste en poder hacer buenas fotos en cualquier condición, pero también han de poder hacerse rápidamente y no tener que estar ajustando diales virtuales que simulan una cámara réflex. El modo auto HDR del S6 es un buen ejemplo de esto, pero quiero ver una forma rápida de controlar el nivel de luz en el modo automático.

Otro aspecto mejorable y que enlaza con esto último es el de los modos. A primera vista puede perecer genial que existan modos dedicados a distintas actividades (auto, deporte, comida…) pero la realidad es que es molesto tener que activar un modo concreto para hacer una foto que puede haberse perdido para el momento en el que has activado el modo. El modo de deportes lo que hace es priorizar un obturador rápido, sacrificando ISO y por lo tanto dando más ruido a la imagen si no hay suficiente luz. Esto es en realidad una necesidad creada por la elección de usar un sensor de 16 megapíxeles con pixeles pequeños. Puede venir bien en algunas situaciones, pero de haber sido algo mas conservadores con los megapíxeles, el S6 podría siempre utilizar un obturador rápido, eliminando la necesidad de tener que usar un modo especifico.

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Con todo esto no quiero insinuar que la cámara del Galaxy S6 no es flexible. No hubo ninguna situación en mi viaje en la cual no pudiese sacar la foto que quería, solamente creo que se puede hacer más en este área y es importante que se le dé prioridad.

 
 

Conclusión

8.5
 

Disfruté muchísimo de mi tiempo con el Galaxy S6 Edge. Hacía tiempo que no utilizaba una cámara móvil que realmente me entusiasmase y me diese ganas de hacer fotos a prácticamente todo. La velocidad de lanzamiento de la aplicación de cámara hizo que no me perdiese ningún momento importante y los 16 megapíxeles me dieron juego a reencuadrar fotos con casi total libertad.

Sí, creo que una relación de aspecto 3:2 habría sido mejor que los 16:9 del S6 y también hay ciertos elementos de la interfaz que son mejorables, pero Samsung ha hecho un estupendo trabajo mejorando lo que ya vimos en el S5 y el Note 4 y ha convertido el S6 en el primer smartphone Android con una cámara a la que le puedo confiar mis recuerdos fotográficos. La competencia es feroz y el LG G4 hace poco que se ha presentado con una cámara muy prometedora también; sin embargo a día de hoy y en base a mis experiencias el Galaxy S6 tiene la mejor cámara en un smartphone con Android y poco o nada que envidiar al iPhone.

Una cosa queda clara, el mundo de las cámaras de fotos compactas está muriendo al tiempo que los smartphones mejoran a pasos agigantados. Lo que hace unos años era fantasía hoy es realidad, y ya no es necesario utilizar una cámara dedicada para nuestros recuerdos, que además podemos editar y compartir al instante. Es divertido comparar cámaras móviles y discutir sobre cuál es mejor, pero no debemos perder la perspectiva de que son herramientas para expresar nuestra creatividad. Ante todo recordad: la mejor cámara es la que llevas contigo.

Fuente: Hipertextual.

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