Ante un fenómeno insólito el techo de una escuela terminó con los sueños de un estudiante
Como todos los días, al llegar el mediodía, Juan Manuel Morales Palacios, de 15 años, estudiante del tercer grado en la secundaria 5, localizada en la colonia La Minita, se despidió de Fernando Morales Garza, su padre y de Juana Palacios Ortiz, su madre, quienes no lo volverían a ver.
El joven salió de la casa marcada con el número 258, de la calle Julieta Pérez, en la colonia Diana Laura, al oriente de la ciudad, en un día que parecía ser común, con el calor de mayo.
La tarde en el salón de clases, parecía ser como cualquier otra, Juan, como el resto de los estudiantes del turno vespertino de la escuela Otilio Gonzalez, esperaba el momento del receso, sin saber que sería presa de la tragedia.
Durante el descanso, la lluvia y el granizo comenzó a azotar; dentro del plantel los docentes pidieron a los menores que ingresaran a los salones de clase para resguardarse de las inclemencias del tiempo, por lo que el chico de 15 años, se guareció bajo el techo de la cancha de usos múltiples, pero la suerte le jugó chueco, la estructura metálica que lo protegía de la lluvia en el patio central comenzó a desplomarse, sin darle tiempo de nada.
Algunos jóvenes alcanzaron a correr, sin embargo, diez estudiantes, entre ellos Juan Manuel, y una maestra no lograron ponerse a salvo; las pesadas láminas y trozos de acero así como una gran cantidad de granizo cayó sobre ellos…cayó sobre Juan. La histeria y el miedo entre los alumnos se hizo presente.
A toda prisa, personal de la escuela y compañeros de los jóvenes ayudaron a los lesionados, trasladándolos a las oficinas de la Dirección, en donde les brindaron los primeros auxilios.
La ayuda ya iba en camino, pero para el joven estudiante, esto no fue suficiente pues perdió la vida poco tiempo después de haber sido resguardado bajo el techo de la institución.
El caos se apoderó del lugar, paramédicos de Bomberos y de Cruz Roja corrían para auxiliar a los lesionados, y llevarlos al hospital, en tanto elementos de todas las corporaciones policiacas intentaban calmar a estudiantes y familiares.
La gente gritaba, exigía saber si sus hijos estaban bien, intentaban entrar, pero las autoridades no se los permitieron pues el área aún no era segura, fue entonces cuando el alcalde llegó. “Chilo ayúdanos, dinos que nuestros hijos están bien” fue el grito que se escuchó a la distancia de una madre desesperada. El alcalde solo asintió con la cabeza, e ingresó para ver la situación.
Tras un breve recorrido por el área dañada, ingresó a donde estaba el cuerpo del menor, después salió para dar las malas noticias y decir que los deudos tendrían todo el apoyo por parte de Municipio.
Minutos más tarde llegó la familia de Juan, quien se devastó al saber la tragedia, entonces se escuchó el llanto de una madre desconsolada, el de los compañeros asustados, los amigos afligidos. El pequeño, quien ya cursaba su último año de secundaria, falleció por una causa ajena a él, por un fenómeno atípico, como lo han calificado los especialistas, por un accidente en el interior de su escuela. Ahora, sólo falta la recuperación de las otras 9 víctimas del granizo que cayó un martes por la tarde en Saltillo.
Fuente: Vanguardia.