El enorme edificio colonial complementa la imagen arquitectónica que ofrece en sí la Plaza del Carmen, conformada por edificios de valor histórico y arquitectónico como el Teatro de la Paz, el Museo del Virreinato, y el Templo del Carmen.
Y una vez dentro de esta construcción, el tiempo se detiene. La historia retrocede y te encuentras frente a una colección impresionante de máscaras, muebles históricos y bella cantera tallada en los muros que albergan esta colección y diversas exposiciones temporales. Te invito a que sigas leyendo. Vamos a conocer la historia y parte de lo que puedes encontrar en el Museo Nacional de la Máscara.
Antes de entrar… Conoce la historia del lugar.
El Museo se ubica en una bella construcción del siglo XIX, elegida para ser residencia del Señor Don Ramón Martí y su familia. El diseño de la mansión fue hecho en Europa, la realización se llevó a cabo por parte de artífices mexicanos.
Durante el siglo XIX, la arquitectura mexicana sufrió grandes transformaciones, la adquisición de todo lo extranjero se conjugó para dar paso al eclecticismo, estilo que caracterizaría a las edificaciones de la época, la decoración fue otro de los elementos que definió dichas construcciones, aspecto que afortunadamente se ha conservado en las instalaciones del Museo, en donde podemos observar notables ejemplos de pintura decorativa.
El edificio, representa una fuente histórica de la arquitectura y las artes decorativas en San Luis Potosí.
En 1982, era utilizado como oficinas de Telégrafos de México, pero se seccionó para que el lado poniente fuera inaugurado como Museo, debido a la donación de una colección de máscaras que el Ingeniero potosino Víctor José Moya, gran coleccionista de arte popular mexicano, hizo al pueblo de San Luis a través de Gobierno del Estado de aquel entonces.
Hoy, todo el edificio rinde un homenaje a la historia y a la bella arquitectura, y cada una de sus salas inunda al visitante de un ambiente del que muchos no quieren salir.
Y en cada sala, hay cultura, historia, magia y más de una máscara.
El recorrido lo inicias por la planta baja, y terminas en el tercer piso, donde te toparás con máscaras, aportaciones culturales e históricas de otros municipios potosinos y de estados del país, mientras aprecias el tapiz de sus paredes, el decorado tan preciso y precioso del techo y la construcción de cada recinto que te transporta al estilo del siglo XIX.
Sala Víctor Moya.
Aquí yace la donación del Ingeniero que da el nombre al Museo. Máscaras e indumentarias elaboradas por diestros artesanos de los Estados de la República Mexicana, quienes se encargan de dar continuidad a esta práctica ancestral. Conoce la evolución que va desde la máscara prehispánica, el ritual y la danza, así como las máscaras de conquista y las relacionadas con festividades.
El tercer piso se conoce como el área Bicentenario, donde se colocaron otras salas más que exhiben y muestran las innumerables formas y materiales de elaboración de una máscara. La técnica varía según la época y la cultura de cada comunidad y va acorde al significado y la función de la máscara.
Sala Internacional.
Dentro de esta pequeña sala se exhiben máscaras de diversas partes del mundo. La máscara establece un vínculo entre las culturas y da continuidad a la historia de los pueblos.
Sala San Luis Potosí.
Se dedica a exponer máscaras y productos culturales del estado de San Luis Potosí.
Sala Ramón Martí.
Exposiciones temporales de historia de la vida cotidiana y artes decorativas.
¿Impresionante, no? Pues también existe una sala llamada “Sala del Candil”, donde se llevan a cabo presentaciones de libros y conferencias. También se organizan talleres, sobre todo en temporada vacacional, y cada mes se lleva a cabo “La Noche del Museo”, donde el recinto amplía el horario de apertura con el fin de que más gente se acerque y conozca el interior, con actividades de corte cultural para los visitantes.
Sin duda un edificio más lleno de arquitectura en San Luis, con la magia de la historia y el ambiente de una colección muy completa de elementos que marcan la cultura y la esencia del estado y de nuestro mexicano país.
Fuente: Astrolabio
