Las reclamaciones territoriales de Pekín en el mar del Sur de China, cada vez más contundentes, protagonizarán este fin de semana elDiálogo Shangri-La, el foro anual sobre Seguridad más importante en Asia Pacífico. Estados Unidos ha acusado a China de haber colocado equipos móviles de artillería en una isla en disputa en el Pacífico. “Se trata de un hecho molesto y supone una escalada”, ha dicho el senador John McCain. Un portavoz del Pentágono que viaja con el secretario de Defensa al foro, ha confirmado a Reuters que EE UU conoce la existencia de este armamento.
La portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Hua Chunying, ha asegurado carecer de información sobre esos supuestos equipos.
Analistas militares citados por Reuters consideraron que el armamento parece representar más una declaración de principios que un intento de desequilibrar la situación. “Hay que recordar que potencialmente tienen bastante más artillería en los buques de guerra que desplazan de manera habitual por aguas del mar del Sur de China”, declaró un agregado militar a esa agencia.
Los ministros de Defensa o altos cargos militares de 26 países, incluido el ministro español, Pedro Morenés, se reúnen desde este viernes y hasta el domingo en Singapur en medio de una escalada retórica entre Pekín y Washington por la construcción china de islas artificiales en zonas en disputa.
EE UU calcula que los dragados chinos han creado una superficie de 809 hectáreas en total en cinco emplazamientos de las islas Spratly, de las que 607 se han añadido este año.
El secretario de Defensa de EE UU, Ashton Carter, que intervendrá en el foro que organiza el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS) el sábado, ya ha comenzado a adelantar sus argumentos. “Lo nuevo es [la fabricación de islas artificiales y] la escala a la que se construye”, declaró a bordo del avión que le transportaba a Singapur. Y acerca de las quejas chinas por los sobrevuelos estadounidenses de las zonas en disputa, instó a que “nadie se equivoque: EE UU volará, navegará y operará donde le permita el derecho internacional, como hacemos por todo el mundo”.
En una parada previa en una base militar en Hawái, Carter había instado a China a poner fin de inmediato a las obras. Según afirmó entonces, las actividades de Pekín “hacen que se incrementen los llamamientos para que EE UU se implique en Asia Pacífico. Vamos a atender esos llamamientos”. EE UU, aseguró, “seguirá siendo la principal potencia en Asia Pacífico durante décadas”.
China ha respondido en un tono similar. Sus medios oficiales aseguran que ningún país extranjero tiene derecho a dictarle lo que puede hacer en áreas que considera bajo su soberanía. Y en una entrevista concedida al diario China Daily, Ouyang Yujing, director general del Ministerio de Exteriores, puso sobre la mesa la posibilidad de declarar una zona de identificación aérea, o ADIZ, en el mar del Sur de China, como ya hizo Pekín de manera unilateral en un área del mar del Este de China que incluye el archipiélago que se disputa con Japón, conocido como Senkaku en japonés y Diaoyu en mandarín.
China ha dejado claro en los últimos días que no está dispuesta a ceder en sus reclamaciones territoriales y que se toma muy en serio el defenderlas. Esta semana ha publicado un nuevo libro blanco sobre estrategia militar en el que subraya el protagonismo cada vez mayor de su Marina. En lugar de limitarse a la defensa de las aguas costeras, ha indicado, sus barcos tendrán también como misión la defensa en aguas internacionales.
En una muestra de la importancia que da a lo que pueda ocurrir en el foro, Pekín ha enviado una numerosa delegación, de 29 personas, encabezada por el almirante Sun Jianguo, el militar de rango más alto del Ejército Popular de Liberación (EPL) que ha participado en estos encuentros.
Pero un portavoz del Ministerio de Defensa chino ha indicado que el discurso de Sun, previsto para el domingo, se centrará en la colaboración, el diálogo y la defensa conjunta. El libro blanco también asegura que, aunque China no rehuirá una confrontación si es atacada, no atacará ella primero.
Según afirma Niklas Swanström, director del Instituto para la Política de Seguridad y Desarrollo, el riesgo de que se produzca una escalada en la situación en el mar del Sur de China “existe, pero no es serio”. En su opinión, “ni China ni EE UU tienen interés en un conflicto”.
Más allá de las fricciones entre EE UU y China, el foro tomará la temperatura a la situación de la seguridad de la región, donde la creciente reafirmación militar china ha llevado también a aumentar el gasto militar de países como Japón o India, sus principales rivales en la zona.
Fuente: El País