La clave para defenderse del acoso escolar o “bullying” está en los padres, los responsables de educar y criar a niños con carácter.
Al menos así lo asegura la experta Mónica Bulnes, quien con su libro reciente No más víctimas (Planeta) ofrece un verdadero manual destinado a los progenitores maestros, donde diversas estrategias para fortalecer la autoestima de un niño y claves para detectar si es una víctima o un victimario de abuso ayudan a enfrentar un tema tan difícil.
No es que el bullying esté de moda y sea un mecanismo de agresión al más débil que resulte una novedad en nuestros tiempos. Por el contrario, ahora se le ha puesto nombre a una vieja práctica, según constata la propia Bulnes en entrevista con SinEmbargo.
Bulnes, nacida en México, pero residente en Chile, además de escribir sobre el tema, tiene una página de atención gratuita en la red: http://www.preguntaleamonica.com/, por lo que resulta una verdadera fuente privilegiada para hablar del acoso escolar.
Mónica es psicóloga de la Universidad Anáhuac, con un magíster en Ciencias de la Familia en el ISEF, de la Ciudad de México.
Tiene más de 27 años de experiencia en consultoría personal e impartiendo cursos, talleres y conferencias en las áreas de Persona, Pareja y Familia en Chile, México y Estados Unidos, para colegios, empresas, instituciones y fundaciones varias
Fue co-conductora del programa Crónicas de Familia en Radio Centro.
–El bullying parece un fenómeno moderno, pero en realidad existió toda la vida
–Efectivamente, el que haya surgido el término hace que a todo le llamemos bullying y se hace así muy difícil distinguir los casos que verdaderamente sí lo son. Hay que tener cuidado.
–Tu libro habla de lo que deberían hacer los padres
–Traté de ser lo más sencilla y directa posible. El trabajo principal para bajar los índices de bullying en las escuelas es de los adultos que están alrededor del niño. Podemos ayudar al niño a resolver problemas de autoestima y somos los padres quienes podrán prepararlo realmente para que no vuelvan a sufrir un acoso. Los agresores o los depredadores como yo les digo se meten con un tipo de niño en particular. Un padre puede educar de tal forma para que el niño no emita las señales de vulnerabilidad que anteceden a la agresión.
–Es una mirada tal vez a cuestionar…una mirada sobre las víctimas más que sobre el victimario…
–Bueno, muchos me la cuestionan. No es que esté culpando a las víctimas o poniendo toda la carga en ellas, lo que intento decir es que si a un niño le falta una herramienta para salir adelante es más proclive a sufrir acoso. Nuestro trabajo como padres es criar a adultos buenos, que puedan proveerse, labrarse un buen destino. Muchos padres por ejemplo confunden introversión con timidez y lo que debe el padre es darle herramientas al niño para reducir ese rasgo del carácter. No basta con decirle a nuestros hijos: “Devuelve el golpe”, porque el niño acosado no va a responder de ese modo.
–Las escuelas tienen una deuda con lo que ahora sabemos que hace tanta falta y es la educación emocional…
–Hace varios años ya que vengo trabajando con el proyecto para escuelas que denominé “Pacta: ambiente de colaboración y trato amable”, destinado a maestros, profesores, incluso personal administrativo y de limpieza en los colegios, a los que les damos clases de inteligencia emocional para cambiar la cultura escolar, puesto que de ese modo los niveles de bullying se reducen. Y eso es porque estoy convencida de que los adultos deben enfrentar el problema del acoso escolar, mucho antes que ese niño al que mandan a terapia “porque tiene problemas”.
–¿El bullying marca el fracaso del maestro y de la escuela?
–Sin embargo, se trata de personas que siempre tienen las mejores intenciones. Está el padre del golpeador, está el padre del golpeado y ambas conductas lo único que dicen por parte del niño es: “Estoy en problemas, atiéndeme”.
–Hemos tenido muchos casos de bullying que terminan en suicidio por parte del niño acosado…¿cuántos pasos hay antes de dicha tragedia?
–El suicidio por acoso escolar es como una tormenta perfecta y efectivamente hay 300 millones de pasos a seguir antes de que se manifieste la tragedia. El bullying existe no sólo porque hay un niño que acosa y otro que es acosado, sino también porque hay una “bola” de testigos tanto chicos y grandes que mira para otro lado y no denuncia la situación. Por eso hay que trabajar mucho en casa, con los adultos, ¡dejemos a los niños en paz! Los que tenemos el poder de cambiar las cosas somos nosotros, los adultos. Si un niño se porta mal, los responsables son los papás.
–¿Cómo acabar con el acoso escolar?
–Se trata de un problema de muchos factores donde no alcanza señalar a los padres o a los maestros. Lo que trato es de acercar a los padres con los niños para que detecten las señales de alarma. No es fácil porque los niños, sobre todo después de la pubertad, prácticamente no hablan. Les preguntas ¿qué te pasa?, y te contestan: -Nada. Muchos padres se sienten culpables porque trabajan todo el día y creen que darle toda la libertad a sus hijos calma esa culpa. No se trata de cantidad de tiempo, sino de calidad. Las dos horas que puedas acercarte a tu hijo úsalas para afianzar la relación. El padre se dará cuenta si algo pasa. Lo mejor es exagerar a enterarse demasiado tarde que el niño tenía problemas.
–¿Por qué hay gente que goza con el sufrimiento del prójimo?
–Hay que prestar mucha atención a todas las señales. Si un niño tortura al gato, por ejemplo, es un signo de psicopatía. Es una alarma a gritos. Es importante que los padres sepan que la psicopatía es un mal neurológico, tiene su base biológica. Si un niño tortura a la mascota de la casa en un acto que parece no importarle inmediatamente hay que llevarlo a una consulta con un especialista.
–Luego está el niño que no es psicópata, pero que se agranda en el grupo…
–Sí, el niño que responde al ambiente y que cuando llega a su casa es felicitado por un padre que le dice que tiene que ser el más machín, etc…lo que puedo decir es que la mayoría de los involucrados en caso de bullying es gente buena. El agresor es un niño que pide ayuda a gritos mientras nadie lo oye. Esa falta de atención alimenta su resentimiento y las cosas pueden acabar en una tragedia. El bullying tiene solución, es importante saberlo. Sobre todo se soluciona cuando los adultos se levantan las mangas y deciden ver de qué se trata todo el tema del acoso escolar. Las cosas así suelen cambiar para bien en poco tiempo. Necesitamos difundir que hay estrategias y maneras determinadas de ayudar a que se reduzcan los niveles de acoso escolar. De entrada, distinguir muy bien qué es bullying o no?
Fuente: Sin Embargo