Los axolotes, animales que impresionaron al naturista alemán Alexander von Humboldt y a los invasores franceses en el siglo XIX, que fueron figurados y emparentados por los mexicas con Quetzalcóatl y tildados por algunos como “monstruos acuáticos”, ingresaron a Ciudad Universitaria. Con ello, se lanza el proyecto de generación de albergues de axolotes fuera de la zona de Xochimilco.
El diagnóstico del axolote (del náhuatl axolotl: monstruo acuático), especie endémica de los antiguos lagos del Valle de México, (Xochimilco, Texcoco y Chalco), indica que la extinción es inminente, informa un comunicado de la UNAM.
No obstante, tras los arrestos y la sensibilidad de científicos, estudiantes y pobladores del sur de esta urbe, se logró generar un nuevo hábitat para Ambystoma mexicanum.
Para evaluar si el hábitat es benigno para estos anfibios, 10 ejemplares fueron ingresados a los cuerpos de agua ubicados en la Cantera Oriente de la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel (REPSA) de la UNAM; éste es el inicio de una investigación de largo plazo que permitirá a Ciudad Universitaria ser parte del rescate de este importante animal.
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Al mediodía la luz se refracta en dichos cuerpos de agua. Es un laboratorio natural, con cinturones verdes (si está muy alterado por el hombre), resguardado de polución y ruido en las inmediaciones de la estridente avenida Delfín Madrigal.
De las manos de Armando Tovar Garza y Horacio Mena, del Laboratorio de Restauración Ecológica del Instituto de Biología (IB), se resbalan uno a uno hasta su nueva morada.
En el “riachuelo” ingresaron los primeros seis, tres machos y tres hembras, entre ellas “Ariel”, dijo una estudiante, que con anterioridad la había nombrado. Dos pares más fueron zambullidos en el Primer y Tercer Lago. Los axolotes fueron evaluados previamente, tanto en salud como en diversidad genética.
Cada grupo fue alojado de manera semi cautiva, pues estarán dentro de una jaula para ser protegidos, además de llevar un chip con el que los científicos universitarios podrán monitorear su actividad con regularidad; el aditamento fue colocado con una jeringa en la cavidad celómica (donde se hallan las vísceras) y a la postre la información será extraída a través de un lector láser.
“Los anestesiamos para que no les duela, es una jeringa un poco gruesa porque el chip es de un centímetro de largo y ancho como la punta fina de un lápiz. Con esto sabemos quién es quién, macho, hembra; si está enfermo, si se fracturó o, de plano, si ha muerto, pues hemos hallado los chips hasta en estómagos de serpientes”, explicó Luis Zambrano, investigador del IB, secretario Ejecutivo de la REPSA y quien encabeza el proyecto.
Con esto, agregó, se marca el inicio de una generación de albergues fuera de Xochimilco; con las jaulas podemos probar qué tanto pueden sobrevivir los axolotes en condiciones diferentes, por ejemplo, agua transparente como el río, o más turbia, como los lagos.
Al cruzar la primera etapa de sobrevivencia en el hábitat de los cuerpos de agua de la Cantera Oriente, estos anfibios serán expuestos a una jaula con mayor espacio y con monitoreo directo.
“Sería a través de un teletransmisor, que pondremos en marcha en cuanto sepamos que sí funciona el albergue; se los colocaremos a cada uno, pero lo primero es evaluarlos dentro de las jaulas. Si es exitoso, la idea final es tener una población suficientemente grande, que sea un stock genético y poblacional para regresarlos a Xochimilco”, explicó.
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La instauración del primer albergue de axolotes en Ciudad Universitaria fue impulsada por el Club Universidad Nacional A.C., que busca coadyuvar a su conservación a través de la actividad deportiva.
“Vinimos a sumarnos a este gran esfuerzo de preservación de una especie mítica que tiene gran interés para el Valle de México; trabajamos con algunos patrocinadores que nos allegaron los recursos necesarios para poder llevar a cabo con éxito este esfuerzo”, dijo Enrique Paredes Cepeda, director de Operaciones y Comercialización del Club.
Con información de: Emeequis