El Gobierno de Marruecos no está dispuesto a admitir “provocaciones” de extranjeros que atenten contra “la moral pública y los fundamentos sociorreligiosos del país”. Así lo ha expresado este jueves el Ministerio del Interior en un comunicado. Y así ha quedado demostrado esta semana. El jueves 22 de mayo la policía y el gobernador de Marruecos invitaron a salir del país a una activista de la ONG españolaNovact. Esta organización, que se financia con fondos de la Unión Europea, del Gobierno español y del Ayuntamiento de Barcelona, emitió días antes un comunicado donde denuncia la “criminalización” de gais y lesbianas en Marruecos. A ese hecho se añade que este miércoles dos activistas francesas de Femen Francia se besaron con el torso desnudo en la explanada de Tour Hassan, uno de los lugares más venerados de Rabat. Fueron expulsadas de inmediato. Pero las acciones de activistas no pararon ahí. Y las del Gobierno, tampoco.
El martes por la noche, el grupo británico Placebo ofreció un concierto en Rabat. El guitarrista de la banda, Stefan Olsdal, salió al escenario con la guitarra pintada con los colores del arcoíris, seña de identidad de los organismos que luchan por la igualdad de derechos de los homosexuales. El músico se quitó la camiseta y mostró su torso, donde llevaba pintada la cifra 489 tachada con una cruz. Ése es el número del artículo del Código Penal marroquí que contempla penas de hasta tres años de cárcel a quienes mantengan “relaciones sexuales contra natura con personas del mismo sexo”.
Mientras tanto, la activista de Novact que había sido invitada a salir del país y que responde a las siglas L.V., regresó a Rabat el lunes 1 de junio con un pasaporte renovado. El miércoles por la tarde paseaba por Rabat con su compañero sentimental y director en Marruecos de Novact, Luca Gervasoni, cuando fue detenida. Gervasoni estuvo hasta la una de la madrugada esperando a las puertas de una comisaría de Rabat, junto a un miembro del consulado español, para conocer las razones de su detención. Mientras tanto, y sin que él ni el consulado español lo supieran, L.V. estaba siendo trasladada por carretera a Tánger y trasladada desde allí a Algeciras.
“Le negaron la asistencia diplomática y la echaron con la ropa y el dinero que tenía encima en ese momento, sin darle la oportunidad de hacer las maletas”, señaló a este diario Luca Gervasoni. “La acusan de suplantación de personalidad, cuando lo único que hizo fue renovar el pasaporte. Pero la verdadera razón de su expulsión es que nosotros ejercemos en este país un servicio de monitoreo sobre las personas detenidas por su condición sexual. Atacándonos a nosotros se ejerce más presión sobre gais y lesbianas”.
El jueves por la mañana dos homosexuales marroquíes se besaron en la misma explanada de la Tour Hassan en el que se habían besado las dos activistas de Femen. A unos metros de ese monumento se encuentran los mausoleos del padre (Hassan II) y abuelo (Mohamed V) del rey de Marruecos, Mohamed VI. Los dos activistas fueron inmediatamente detenidos por “atentar contra la moral pública”.
El Ministerio del Interior explica en su comunicado que estos hechos responden a “una serie de maniobras de provocación y hostigamiento, perpetradas por organizaciones extranjeras que infringen las leyes marroquíes y tienen como objetivos atentar contra la moral pública”.
Estos hechos sobrevienen después de que el Gobierno del islamista Partido Justicia y Desarrollo (PJD), prohibiera la difusión de la película Much Love, que versa sobre la vida de cuatro prostitutas en Marrakech; y después de que el ministro de Comunicación, y portavoz del Gobierno, Mustafá al Jalfi, tachara de “inaceptable, además de contrario a la ley” la difusión en un canal público de un concierto de la cantante estadounidense Jennifer López el pasado viernes.
Fuente: El País