Disney cultivó en muchos de nosotros durante nuestra niñez una imagen color de rosa en cada cuento de hadas que exponía en sus películas, y lo sigue haciendo, de cierta manera. Desde los más antiguos como La Cenicienta, Blanca Nieves, Aladino y llegando a Frozen, La Princesa y el Sapo y enrededados -por mencionar algunos- todos y cada uno de ellos terminan en un final con el que muchos llegaron a soñar y siguen haciéndolo.
Pero el origen de estas historias es un poco tenebroso. Sus autores no imaginaron crear este tipo de historias enfocándose a un público infantil. La trama de la historia ya era oscura y sus finales, no fueron la excepción. El día de hoy, en Astrolabio te mostramos los finales reales que predominaron en las primeras ediciones de estos cuentos de hadas. ¡Comenzamos!
Cenicienta.
La Cenicienta de las versiones más antiguas era mucho más maliciosa que la tierna joven que mostró años después Disney. En las primeras ediciones, logró asesinar a su primera madrastra porque quería que su padre se casara con el ama de llaves. Una jugada que no le salió muy bien, si tenemos en cuenta que la madrastra que conocemos, el ama de llaves, llevó a sus 6 hijas a la casa.
Esto fue lo que provocó que Cenicienta cargara con todas las tareas domésticas. Así podemos pensar que el mal trato que merecía no era tan inmerecido, ¿O no?
La Bella Durmiente.
En la historia original, la bella princesa no despierta con un beso, sino por los codazos que le dan sus gemelos recién nacidos. Y es que mientras Aurora estaba bajo los efectos del sueño eterno, quedó embarazada por un rey. Una vez nacidos los retoños, el monarca lleva a la madre y a los bebés a palacio, pero olvida mencionar una pequeñez: estaba casado.
Por ello, cuando llegan a palacio, la esposa del rey intenta matarlos, sin resultado alguno. Al final, la Bella Durmiente se casa con un hombre que la había violado mientras dormía y entonces sí, viven felices para siempre.
Blancanieves
Al final del cuento de los hermanos Grimm, la reina es castigada por su intento de matar a Blancanieves. Su castigo fue bailar sobre unos zapatos de hierrro rojo hasta la muerte.
La Sirenita
Hans Christian Andersen, el creador de esta historia, cuenta que la protagonista decidió salir a la tierra, pero para ello debió beber una poción que la hacía sentir como si estuviera caminando sobre cuchillos en todo momento.
Para acabarla, el príncipe no se enamora de ella, sino de otra mujer, con lo cual Ariel, frustrada, se arroja al mar, donde su cuerpo se disuelve convirtiéndose en espuma de mar.
Caperucita Roja
¡Escalofriante! En la historia original, Caperucita ingiere la carne y sangre de su querida abuela como un símbolo de transición entre la niñez y la edad adulta, como si de esta forman adquiriese la sabiduría de su abuela. Asqueroso.
¿Conoces algún otro final trágico en las versiones primeras de los cuentos de hadas? Al final de cuentas, fueron terriblemente dulcificados para poder contarlos a los niños sin aterrorizarlos.
Fuente: Astrolabio