El cartero llama al timbre. Le abre la puerta una bella joven que le invita a pasar. Sus miradas se cruzan y de repente se están quitando la ropa. Una vez desnudos y antes de que comience la acción, ambos se ponen gafas protectoras.
Este argumento, con múltiples variaciones, podría ser el que, según los medios estadounidenses, se verá en las películas pornográficas rodadas en California si entra en vigor una nueva normativa sobre seguridad en la industria del cine para adultos que está siendo estudiada en esta región del oeste de Estados Unidos.
La regulación -elaborada por la división californiana de la Administración de Salud y Seguridad en el Trabajo estadounidense (OSHA, por sus siglas en ingles) y cuyo borrador se presentó recientemente- tiene como objetivo proteger a los actores y actrices porno del contagio de enfermedades de transmisión sexual (ETS) como el VIH, la gonorrea o la clamidia.
Para ello, además de contemplar el uso obligatorio del preservativo y la implementación de unos estándares de higiene muy estrictos, la normativa prevé el uso de barreras protectoras para los ojos cuando exista el riesgo de que estos sean expuestos a fluidos corporales potencialmente infecciosos, como el semen o la sangre.
De esta manera, los intérpretes deberán utilizar gafas u otros sistemas de protección ocular para llevar a cabo ciertos actos sexuales habituales en las películas pornográficas o sino deberán simularlos, a no ser que quieran ser multados por las autoridades.
Daños a la industria
La publicación hace unos días del borrador de la nueva normativa hizo saltar las alarmas entre los representantes de la industria del porno de California.
Consideran que las normas de seguridad que actualmente se aplican –y que incluyen someter a los actores a análisis para detectar ETS cada dos semanas– son efectivas para evitar los contagios.
Además, señalan que obligar al uso del condón y de gafas protectoras dañará su negocio, ya que son elementos que los consumidores no quieren ver en sus fantasías sexuales.
Como ejemplo, ponen la ley que entró en vigor en el condado de Los Ángeles en noviembre de 2012, que obliga a que los actores porno utilicen preservativos, y que hizo que las solicitudes de permisos de rodaje de películas pornográficas se redujeran en 2013 un 90%.
Detrás de esa legislación estaba Michael Weinstein -presidente de la AIDS Healthcare Foundation (AHF, por sus siglas en inglés), una de las organizaciones de lucha contra el VIH más importantes de EE.UU.- quien también ha sido el impulsor de la nueva regulación estatal sobre seguridad en la industria del cine para adultos.
Protocolos de seguridad “eficaces”
“Los que han redactado esa normativa no saben lo que sucede en un rodaje de porno. Algunas de las reglas que contempla son las mismas que se aplicarían, por ejemplo, a los trabajadores de un hospital y no creemos que eso sea lo adecuado”, señala en conversación con BBC Mundo Diane Duke, presidenta de la Coalición por la Libertad de Expresión, organización que representa los intereses de la industria de la pornografía.
“Tenemos protocolos de seguridad para los actores que son muy eficaces. No ha habido una infección de VIH en un rodaje en cerca de diez años“, apunta Duke, quien asegura que en la OSHA no han tenido en cuenta la opinión de los actores y actrices porno a la hora de elaborar la normativa.
“No tiene ningún sentido que se incluyan reglas que hagan obligatorio el uso de gafas protectoras -que nadie va a utilizar– y no los procedimientos efectivos que ya se están utilizando y que previenen el contagio de ETS”.
“Los actores para poder participar en un rodaje han de someterse a análisis cada dos semanas y si estos no tienen un resultado negativo, no pueden actuar. De esta manera evitamos los contagios”.
En opinión de Amy Martin, consejera de la OSHA en California que ha estado involucrada en la elaboración de la normativa de la discordia, los análisis de los que habla Duke “no son efectivos“.
“No es una regulación ridícula”
“Sabemos que pese a los análisis que llevan a cabo, ha habido numerosos casos de contagio de enfermedades. Incluso con los mejores análisis, existe un periodo de tiempo en el que los virus pueden estar en un estado latente y no ser detectados, haciendo que una persona sea contagiosa sin que se sepa”, señala Martin en conversación con BBC Mundo.
“Creo que con los titulares que han salido en la prensa sobre las gafas protectoras, se están burlando de la normativa, haciendo que al público le parezca ridícula. Pero no se trata de una regulación ridícula”.
“Es muy importante. Los trabajadores del porno, como los trabajadores de otras industrias, están expuestos a enfermedades potencialmente mortales y lo que queremos es protegerlos”.
Martin asegura que llevan trabajando en la elaboración de la normativa desde 2010 y que han consultado con todas las partes implicadas, incluyendo a representantes de la industria de la pornografía.
Martin niega que la nueva normativa prohíba la práctica de determinados actos sexuales en las películas pornográficas, como la eyaculación sobre los rostros de los actores y actrices.
“No nos importa lo que se muestra en las películas. A nosotros nos preocupa cómo se ha realizado lo que se muestra y los riesgos a los que se ha sometido a los actores y actrices”.
“Por ejemplo, si hay eyaculación en la cara o en otras partes del cuerpo, tendremos que determinar si se tomaron las precauciones necesarias para proteger al empleado”.
Fluidos sintéticos
Esas protecciones de las que habla Martin incluirían el uso de gafas, o como señala Jeffrey D. Klausner, experto en enfermedades de transmisión sexual de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA, por sus siglas en inglés), la simulación de ciertos actos utilizando fluidos sintéticos.
“En la industria del porno no hay la necesidad de lanzar a la cara de los actores fluidos corporales infecciosos. De hecho, en la actualidad, muchos de los fluidos que se ven en las películas no son reales, sino sintéticos“, explica Klausner en conversación con BBC Mundo.
“Los códigos de seguridad en el trabajo de California hace décadas que requieren que las personas que puedan estar expuestas en el trabajo a sustancias infecciosas utilicen gafas protectoras. Así que no hay nada nuevo en la normativa”.
El experto de la UCLA asegura que “es posible contraer enfermedades de transmisión sexual a través de los ojos”.
Klausner cree que como sucedió en otras industrias en el pasado, “la industria del porno está utilizando cualquier táctica a su alcance para evitar proteger a sus trabajadores“.
De entrar en vigor la nueva normativa, habrá que esperar para ver qué efectos tendrá en la industria del porno del sur de California, que durante décadas ha sido el epicentro de la producción de cine para adultos de EE.UU.
Fuente: BBC Mundo