En caso de no obtener nuevas respuestas a sus demandas, los maestros anuncian movilizaciones masivas durante las vacaciones.
La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), cedió al condicionamiento de la Secretaría de Gobernación (Segob) de reiniciar labores para poder reanudar las mesas de negociación, por lo que el próximo 17 de junio volverán a las instituciones educativas para cerrar el ciclo escolar.
En asamblea, los delegados y el secretario general, Rubén Núñez Ginez, así como demás dirigentes, acordaron el cambio de la “modalidad de estrategia de lucha”, por lo que el plantón que mantienen los profesores oaxaqueños en la Ciudad de México y la capital oaxaqueña, se mantiene de manera “representativa con un 30 por ciento de la membresía de la gremial”, sin afectar las actividades académicas.
El magisterio oaxaqueño anunció el regreso a clases el 17 de junio “para cumplir con los compromisos establecidos con los padres de familia y la sociedad; garantizando el cierre del ciclo escolar”.
Y advierte que en caso de no obtener respuestas por parte del gobierno federal, reanudarán las movilizaciones masivas desde “el primer día de receso de clases”, es decir, durante las vacaciones.
Antes de regresar a las aulas, los maestros efectuarán una “megamarcha” en la capital del estado el 14 de junio, día en que conmemoran el desalojo fallido del Zócalo de Oaxaca, ordenado por el entonces gobernador Ulises Ruiz Ortiz, que provocó un largo conflicto político social.
También, la CNTE se organizará para llevar a cabo un “boicot a la evaluación punitiva” los días 20, 21 y 22 de junio que se aplicará por la evaluación a los docentes.
Además, los profesores disidentes llamaron a la “desobediencia civil” en respaldo contra la Reforma Educativa, y en este sentido anunciaron la creación de una “brigada” que buscará ubicar documentación relacionada con los exámenes.
El magisterio oaxaqueño inició un paro indefinido de actividades desde el primero de junio, además de efectuar un boicot a las elecciones que incluyó la toma de las 11 juntas distritales del Instituto Nacional Electoral (INE), así como de la planta de almacenamiento de combustible de Petróleos Mexicanos (Pemex) que dejó sin gasolina a la capital del estado y el Valle Central.
Lo anterior, causó la movilización de miles de elementos de la Policía Federal, Ejército y Gendarmería para resguardar las elecciones del 7 de junio, sin embargo, durante el desarrollo de los comicios, los maestros lograron quemar e impedir la instalación del 9% de las urnas.
Tras la elección, los mentores partieron a la Ciudad de México, donde reforzaron el plantón que mantienen en el Monumento a la Revolución y efectuaron marchas.
Fuente: CNN
