La apertura del mercado accionario de Arabia Saudita, el más grande de Medio Oriente, beneficiará a ese país, pero expertos advierten que tendrá un efecto negativo para otros exportadores petroleros como México y Brasil
Ayer el mundo financiero despertó con acceso sin precedentes a un mercado valuado aproximadamente en 558 mil millones de dólares: la Bolsa de Valores Saudí.
Los expertos prevén que la apertura a la inversión extranjera de la única bolsa de valores de Arabia Saudita traerá beneficios para ese país, que es la mayor economía del Medio Oriente y del mundo árabe gracias a reservas probadas de petróleo mayores a las de Estados Unidos y de Rusia.
El diario The Wall Street Journal reporta que el nuevo acceso a este mercado accionario tiene el potencial de atraer decenas de miles de millones de dólares en inversiones extranjeras durante los próximos años.
Esto le permitiría al gobierno saudí reducir los subsidios que ofrece a su sector privado, en un escenario en el que la baja en los precios del petróleo, el principal producto de exportación y fuente de actividad económica en el país, ha presionado significativamente sus finanzas.
Pero algunos analistas también indican que la nueva apertura saudí tendrá un efecto negativo para otros mercados emergentes, sobre todo para otros países exportadores de petróleo como México o Brasil.
Esto se debe a que a medida que los inversionistas se vean más interesados en Arabia Saudita lo más probable es que saquen parte de su dinero de otros lugares para invertirlo en la bolsa saudí, cuya capitalización de mercado es mayor que la de todas las bolsas de los otros cinco países del Consejo de Cooperación del Golfo combinadas.
Bloomberg reporta que Martial Godet, director de la estrategia de acciones y derivados de mercados emergentes del banco francés BNP Paribas, dijo que “los mayores perdedores serán los mercados asociados con petróleo y energía: Brasil, México, Rusia, Indonesia, Malasia”.
Sin embargo, otros expertos no están tan seguros de que Arabia Saudita represente una nueva amenaza para estos mercados emergentes, ya que la apertura hasta el momento es reducida y esto limita que tanto compiten las acciones saudís contra las de otros países.
Apertura limitada
Aunque las operaciones de ayer representaron la primera vez que extranjeros pueden invertir directamente en la bolsa saudí, la apertura sigue sin ser completa.
La Autoridad del Mercado de Capitales de Arabia Saudita restringió esta apertura a inversionistas institucionales, como fondos y bancos, con un mínimo de 5 mil millones de dólares en activos administrados y por lo menos cinco años de experiencia.
Los extranjeros además no podrán tener una participación accionaria conjunta de más de 49 por ciento en ninguna empresa, y la participación extranjera no podrá rebasar el 10 por ciento del total del mercado.
Adicionalmente, seis empresas no formarán parte de la apertura debido a que tienen propiedades inmobiliarias en La Mecca y Medina, ciudades a donde los no-musulmanes no pueden acceder.
Con estas restricciones, el gobierno saudí espera atraer inversionistas con objetivos de largo plazo para así limitar el flujo de dinero especulativo a su mercado accionario, que este año ha registrado una de las mayores volatilidades en el mundo.
En entrevista con Bloomberg en Londres, Adel Al-Ghamdi, director ejecutivo de la Bolsa de Valores Saudí, dijo que las reglas “evolucionarán conforme avancemos. Nada está tallado en piedra”.
Al-Ghamdi además indicó que “unirnos al índice de mercados emergentes de MSCI para el 2017 es en última nuestro objetivo”, refiriéndose a uno de los índices accionarios de Morgan Stanley Capital Investments, los cuales son utilizados por 98 de las 100 mayores administradoras de activos del mundo.
Fuente: Reporte Índigo.