Rebeldes de Yemen rechazan en Ginebra dialogar con gobierno exiliado

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La delegación de los rebeldes yemeníes rechazó hoy cualquier tipo de diálogo con el gobierno en el exilio, poco después de su llegada a Ginebra para participar en las consultas de paz organizadas por la ONU, y solicitó negociar directamente con Arabia Saudí.

“Rechazamos cualquier tipo de diálogo con quienes no tienen ninguna legitimidad. Pedimos un diálogo con Arabia Saudí para detener la agresión”, anunció Mohamed Zubairi a la prensa, en referencia a los bombardeos aéreos de la coalición árabe dirigida por Riad contra los rebeldes hutíes.

Por su parte, el jefe de los rebeldes en Yemen, Abdel Malek al Huthi, acusó al gobierno en el exilio de intentar sabotear las conversaciones de paz en Ginebra, donde la ONU intenta convencer a sus emisarios de integrarse a las negociaciones.

Las conversaciones tienen por objetivo lograr un cese de los combates que han provocado desde mayo más de 2,600 muertos según la ONU. Esta guerra ha cristalizado las tensiones regionales entre Arabia Saudí, a la cabeza de una coalición árabe que realiza ataques contra los rebeldes, e Irán que apoya a estos últimos.

En un discurso televisado, Huthi acusó al gobierno del presidente Abd Rabo Mansur Hadi de “buscar trabar todo (…) intento serio de arreglar la situación política del país. Por su parte, el gobierno yemení en el exilio aseguró al mismo tiempo que sólo negociaría con los insurgentes “las modalidades de aplicación de la [resolución] 2216” del Consejo de Seguridad de la ONU, que exige la retirada de los rebeldes de las zonas conquistadas desde el año pasado.

Un mal comienzo para el encuentro auspiciado por la ONU, que intentará convencer a los representantes del gobierno exiliado en Arabia Saudí y a los hutíes, aliados de Irán, para que lleguen a un acuerdo de paz o, al menos, a una tregua. Las negociaciones tienen lugar en momentos en que una coalición árabe liderada por Arabia Saudí continúa bombardeando las posiciones rebeldes de Ansarualá y las unidades del ejército fieles al ex presidente Alí Abdalá Saleh.

Desde el mes de mayo, esta guerra, en la que se hace patente la rivalidad regional entre Irán y Arabia Saudí, ya ha dejado más de 2,600 muertos, según el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon.

Los miembros de la delegación de los hutíes (o movimiento Ansarualá) y sus aliados había partido de Saná el domingo en un avión contratado por la ONU pero el aparato estuvo bloqueado durante 24 horas en Yibuti. Los rebeldes acusaron a Egipto y Sudán de haber prohibido la entrada del avión en su espacio aéreo.

“Fue una decisión de Arabia Saudí que lo pidió a sus aliados” en “un intento de sabotear las negociaciones”, declaró a la AFP Adel Shujah, un miembro de la delegación, al llegar a Ginebra. La situación se desbloqueó mediante la intervención de “Estados Unidos y el sultanato de Omán”, agregó.

Omán es la única monarquía del Golfo que no participa en las operaciones militares contra los rebeldes lanzadas desde el 26 de marzo pasado por las fuerzas saudíes. Omán, que tiene buenas relaciones con Irán y con Arabia Saudí, había auspiciado negociaciones entre Ansarualá y Estados Unidos en mayo pasado.

Posiciones muy alejadas

Los rebeldes participarán hoy en las negociaciones auspiciadas por la ONU. Sin embargo las posiciones de las partes están tan alejadas que Naciones Unidas optaron por una primera fase de consultas por separado.

El lunes, en Ginebra, Ban Ki-moon se entrevistó con los representantes del gobierno en exilio en Arabia Saudí y llamó a “una tregua humanitaria de dos semanas durante el Ramadán. El gobierno en el exilio insiste en que los rebeldes se retiren de todas las zonas que conquistaron antes del alto el fuego.

Yemen es el único país de la “Primavera Árabe” en el cual la insurrección popular terminó con una solución negociada. El presidente Saleh, en el poder durante 33 años, abandonó sus funciones y se instaló en Estados Unidos. Los rebeldes de Ansarualá pertenecen a la minoría zaidita, una rama del chiismo, que representa un tercio de la población.

El presidente Abd Rabo Mansur Hadi, sunita originario del sur del Yemen, huyó del país ante el avance de los rebeldes, que controlan la capital, Saná, y una parte de Adén, la segunda ciudad del país. El principal objetivo de Hadi era la lucha contra Al Qaeda en coordinación con Estados Unidos.

Sin embargo, el conflicto de los últimos meses ha favorecido el desarrollo de Al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA), uno de cuyos principales jefes, Nasser al Wahishi, murió hace pocos días en el ataque de un dron estadunidense.

Al Qaeda confirma muerte

Al Qaeda en la Península Arábiga confirmó la muerte de Naser al Wahishi en un vídeo publicado hoy, y anunció que será remplazado por el jefe militar del grupo, Qasem al Rimi. Washington por su parte confirmó su muerte en la jornada.

Wahishi, considerado como el número dos de Al Qaeda, “murió en un ataque de dron estadunidense junto a otros dos muyahidines”, indicó un miembro de Al Qaeda en un vídeo publicado en YouTube por Al Malahem, el servicio de propaganda del grupo yihadista. La muerte de Al Wahishi fue mencionada también por varios medios.

El jefe militar de AQPA, Qasim al Rimi, fue luego nombrado nuevo líder en una reunión de los principales dirigentes del grupo, según la misma fuente. Rimi, de 41 años de edad, fue instructor en un campo de entrenamiento en Afganistán durante la década de los años 1990; su hermano menor se encuentra preso en la cárcel de alta seguridad de la base estadunidense de Guantánamo, al sureste de Cuba.

AQPA nació de la fusión de las organizaciones de Al Qaeda de Yemeny Arabia Saudita y Estados Unidos la considera la rama más peligrosa de Al Qaeda. La Casa Blanca confirmó hoy la muerte de Wahishi y dijo que era “un gran golpe” contra Al Qaeda y su rama en la región.

“La muerte de Al Wahishi elimina del campo de batalla a un experimentado líder terrorista y nos deja más cerca de debilitar y, en última instancia, de derrotar a esos grupos”, dijo el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Ned Price.

Fuentes estadunidenses habían informado anteriormente que esperaban información de los servicios de inteligencia para confirmar si Wuhayshi murió el 9 de junio en un ataque de un dron norteamericano. Muchos de los integrantes de AQPA murieron en ataques de drones estadunidenses en los últimos años.

Washington había ofrecido una recompensa de diez millones de dólares por cualquier información que permitiera la captura o muerte de Wahishi, y de 5 millones por su sucesor Rimi. Según Olivier Guitta, director de la consultora de seguridad y riesgo GlobalStrat, la muerte de Wahishi es “otro duro golpe no sólo para AQPA” sino también para el comando central de Al Qaeda.

Fuente: Milenio.

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