En México hay cuatro millones de casos de actos de corrupción registrados,según el INEGI, cometidos por gobiernos, empresarios y ciudadanos de a pie; se pierden casi medio millón de empleos por piratería y se llega a perder hasta el nueve por ciento del Producto Interno Bruto, en un flagelo en donde hemos triplicado el gasto para atacarlo pero en los hechos “la corrupción va en aumento”.
La corrupción no solamente la va a acabar el gobierno. Es una cosa de gobierno y sociedad, pero el gobierno entendido en el sentido lato y no vemos, honestamente, ninguna voluntad de parte del gobierno y no vemos ninguna voluntad de parte de las organizaciones políticas, por combatirla”, denunció.
La también articulista de Excélsior señaló que los esfuerzos que hemos hecho los mexicanos contra la corrupción no tendrán resultados si no van acompañados de una reforma administrativa, de acciones concretas del gobierno federal y los gobiernos locales, de la voluntad de todos los partidos y de una cultura de denuncia por parte de la ciudadanía.
En la presentación de su libro, realizada en el Senado, María Amparo Casar se quejó de que en el caso concreto de los partidos, en la actualidad, adoptaron un lema que ahora nos ha hundido más en la corrupción: “tapaos los unos a los otros y estaremos todos en paz”. Abogó por romper esa inercia de inmediato, en los hechos pasar a la cultura de la denuncia y dijo que en este rubro “faltan muchos pasos por avanzar, pero sí se puede”.
Dentro de los costos políticos, María Amparo Casar dijo a los senadores que nuestro país es el antepenúltimo lugar de América Latina en satisfacción con la democracia, con sólo un 27 por ciento.
Y aparte tenemos una gran crisis de representación. 91 por ciento no confía en partido políticos; 83 por ciento no confía en legisladores; y 80 por ciento, es lo más grave quizá, no confía en los sistemas del Poder Judicial”.
Durante su presentación, la también académica del Centro de Investigación y Docencia Económica así como del Instituto Mexicano de la Competitividad, dijo que si queremos reducir el impacto de la corrupción en el país todos debemos caminar para prevenir el fenómeno, abatir su incidencia y castigarlo. Simplemente castigar efectivamente a los corruptos, de cualquier estrato de la sociedad.
Con información de: Excélsior