Durante su reciente visita a San Luis Potosí, Horacio Villalobos, el conductor, actor y productor mexicano, lamentó que no exista una lista completa con el número de enfermos o muertos de SIDA en nuestro país, debido a que considera hay poca información acerca del panorama de este mal que azota al mundo entero sin distinción de sexo, razas, clases sociales o edades.
En el 2000, México se comprometió ante la Organización de Naciones Unidas a crear una tasa de mortalidad por VIH/SIDA para el término de este año. Sin embargo, esta meta se encuentra “estancada” o en “deterioro”, según datos oficiales.
Con este indicador se podría conocer el número de muertes a causa de este padecimiento por cada 100 mil habitantes en el país. Así como el aumento o disminución y ayudar a la prevención, diagnóstico y tratamiento de la enfermedad.
Las últimas cifras que se tienen, en el año 2013, en México había un promedio de cuatro muertes a causa del VIH/SIDA por cada 100 mil habitantes, la misma tasa que se tenía cuando se crearon los Objetivos de Desarrollo del Milenio en 2002 y la cual alcanzó su punto más alto en 2008, cuando se registraron cinco defunciones por cada 100 mil habitantes.
Tabasco es la entidad más afectada, ya que mueren al año 10 personas por cada 100 mil a causa de esta enfermedad. Le siguen Quintana Roo, Veracruz y Baja California. En contraste, las entidades con menos decesos son Zacatecas, Guanajuato, Hidalgo y San Luis Potosí.
El actor estuvo de visita en San Luis Potosí para anunciar que este 25 de junio se presentará en la Cineteca Alameda, con la obra ganadora del premio Tony 2011, “Un Corazón Normal”, la cual narra la aparición del SIDA en Nueva York, y de cómo el gobierno del presidente Reagan y el periódico “New York Times” bloquearon cualquier información al respecto, hasta que un grupo de homosexuales decide luchar en contra del sistema ante tantas muertes que no eran difundidas ni atendidas.
Cabe destacar que esta obra escrita por Larry Kramer, está basada en el surgimiento del VIH-SIDA en Nueva York entre 1981 y 1984.
Fuente: La Razón