Parejas “normales”, únicas capacitadas para criar niños, considera arzobispo

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El arzobispo de San Luis Potosí, Jesús Carlos Cabrero Romero, cuestionado al respecto de la posibilidad de que matrimonios del mismo sexo puedan acceder a la adopción de niños, expuso que, aunque no se sabe qué consecuencias esto pudiese acarrear, se debe recurrir a lo que enseñan las escrituras y eso es que sólo parejas, según dijo, “normales”, es decir, conformadas por hombre y mujer, son las únicas capacitadas para criar a los hijos.

El religioso especificó que “la educación que garantiza el crecimiento integral de la personas es cuando hay de por medio un padre y una madre; cuando hay parejas del mismo sexo no me imagino cómo pueden salir estos niños en cuestión del concepto de la vida, del rol de la vida, del descubrimiento del rol en la vida y de la importancia que ellos le van a dar a la vida”.

Insistió de igual forma en que la adopción de niños que verdaderamente puede beneficiar más a los menores es la de hombre y mujer: “pero hombre y mujer normales”, puntualizó, además de que subrayó que tiene que haber madurez, integración en la pareja, valores que ellos creen y que ellos viven, “porque a veces, aunque sean hombre y mujer, lo único que provocan son destrozos de familia”.

Recalcó que no podría opinar de los resultados de que una persona sea criada por una pareja del mismo sexo, pero señaló que sí hay un canon que se debe de seguir, de “lo que debe ser”, “lo ideal de una educación”, que es cuando hay un papá y una mamá responsables: “no niego que puedan existir parejas del mismo sexo que tengan la intención de educar a niños de forma correcta, pero no sabemos los resultados de lo que implicará a un futuro para ellos y qué consecuencias tendrá para ellos”, reiteró.

Para concluir, refirió que se tiene que pensar en los alcances e incluso en la discriminación que tendrían los hijos de padres del mismo sexo una vez que se integren a la sociedad, por lo que se tiene que pensar muy bien esto para no afectar el interés superior de los menores.

 

Fuente: Jornada

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