Comer a deshora, no desayunar, consumir lo primero que se encuentra en la calle y una serie de malos hábitos alimenticios pueden afectar la salud si no se identifican a tiempo.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 10 por ciento de las muertes en el mundo son causadas por una dieta no equilibrada , asimismo, en conjunto con la falta de actividad física, son los principales factores de riesgo para desarrollar sobrepeso u obesidad, y las enfermedades crónicas que se desprenden de ella: hipertensión, hiperglucemia, hiperlipidemia, las cardiovasculares, el cáncer y la diabetes.
Según esta instancia internacional, por lo menos 2.7 millones de muertes a nivel global son atribuibles a una ingesta insuficiente de frutas y verduras, mientras que 1.9 millones de estos fallecimientos, se deben a la inactividad física.
Así, para 2014, más de 1900 millones de adultos de 18 o más años tenían sobrepeso, de los cuales, más de 600 millones eran obesos, y en cuando a los niños menores de cinco años, la cifra llegaba a 42 millones.
Al ser estos factores modificables, la OMS hace énfasis en que lo más importante es que, en la mayoría de los casos, la obesidad puede prevenirse
A continuación una lista de los 10 errores más comunes a la hora de comer:
NO DESAYUNAR
No desayunar tiene importantes efectos negativos en el organismo demostrados en investigaciones científicas que vinculan esta práctica con distintos padecimientos, desde gastritis hasta el desarrollo de sobrepeso y por ende diabetes y ataques cardíacos.
Pero el efecto inmediato que provoca es la pérdida de energía que el cuerpo necesita para el funcionar durante el día, disminuyendo así el rendimiento físico y mental de la persona en el desempeño de sus labores cotidianas.
Un estudio realizado por el Imperial College de Londres determinó que saltarse este tiempo de comida incrementa las ansias por consumir comida chatarra, la cual en promedio, la persona tenderá a consumir un 20 por ciento.
Y aunque parezca contradictorio, el no desayunar está asociado con el aumento de grasa corporal. “Esto es porque las otras comidas, normalmente, se van a hacer mucho más tarde y la mayoría de calorías se acumulan al medio día o en la cena”, explica la nutrióloga Araceli Martínez Coronado, responsable del Área de Nutrición de la Universidad La Salle, en entrevista con SinEmbargo.
DESAYUNAR SÍ, PERO MAL
Un café y un pan, un atole, o un jugo, no bastan para ser considerados un desayuno completo o saludable, desmintió la doctora.
“Ese desayuno no está balanceado, un desayuno tiene que incluir los tres grupos básicos, incluir cereales, de preferencia integrales, frutas y verduras, y productos de origen animal o leguminosas”.
Comer un solo alimento puede aportar calorías y dar una sensación de saciedad, sin embargo, lo idóneo es que al desayunar las personas incluyan varios grupos alimenticios para obtener un aporte mínimo de nutrientes.
COMER A DESHORAS
“No tener horarios de comida es otro error. Es una irregularidad que puede derivar en un posible aumento de peso, si no tengo horarios no tengo control de lo que consumo”, recalcó la nutrióloga.
Este desorden es común que derive en problemas de gastritis. El cuerpo tiene relojes biológicos que se acostumbran a ingerir alimentos en ciertos horarios, cuando llega el momento de comer, esté lista o no la comida, el estómago sintetiza ácidos gástricos que dañan sus paredes protectoras.
Asimismo, los tiempos de comida deben quedar dentro de intervalos máximos de seis horas. “Si yo desayune a las seis, a las once tengo que estar tomando la siguiente comida, en este caso una merienda”.
INGERIR COMIDA RÁPIDA
Las grasas del cuerpo se obtienen en la alimentación y es necesario ingerir cantidades justas de algunas grasas, sin embargo, hay un techo de calorías que varia conforme a la edad, peso y tamaño de cada persona, generalmente, la comida también llamada popularmente chatarra propicia sobrepasar ese límite.
Además, el comer alimentos con alto contenidos en grasa saturada está relacionado con el aumento de la grasa corporal, aumento del colesterol , problemas cardiovasculares, hipertensión y diabetes.
En cuanto al azúcar, estudios de la Universidad de Princeton en Estados Unidos determinaron que los azúcares de la comida rápida producen adicción.
“Las personas comen estas frituras y probablemente dejen de comer una comida completa. Esto, de hacerse un hábito, repercute en sobrepeso y en enfermedades cardiovasculares”, dice Martínez Coronado.
ABUSAR DE LOS REFRESCOS
México es uno de los países que más consumen refrescos en el mundo. Comparados con la cantidad de estas bebidas azucaradas que se ingieren en los Estados Unidos, los mexicanos superan en un 30 por ciento la ingesta de las mismas, de acuerdo con datos de la Alianza por la Salud Alimentaria.
“Por la tradición las comidas las acompañamos con bebidas azucaradas. Muchas veces consumimos aguas que tienen la misma cantidad de azúcar que tiene un refresco”, dice la especialista, quien sostiene que el abuso de este tipo de bebidas puede causar cálculos y problemas renales.
Si bien estos efectos están sobreestimados por la mayoría, está estimado que por cada refresco que un adulto se toma es 1.6 veces más propenso a ser obeso.
ABUSO DE COMIDA DIETÉTICA
La amplia oferta de alimentos dietéticos que la industria ha puesto a disposición de las personas ha derivado en que algunas personas abusen de estos productos.
La sustitución de azúcar por edulcorantes engaña al cerebro, haciéndolo producir insulina que posteriormente no va a necesitar, ya que regula los niveles de azúcar que supuestamente están entrando al cuerpo.
Una de las consecuencias de este proceso es que se desacelera el organismo y finalmente lo hace más propenso a ganar sobrepeso.
Lejos de la publicidad, distintos nutricionistas opinan que debe replantearse la forma en la que estos productos son ofrecidos a la sociedad.
INGERIR CALORÍAS DE MÁS POR LA NOCHE
Las personas deben ingerir una cantidad de calorías que va acorde a sus actividades diarias. No obstante, el mayor aporte calórico del día debe ser ingerido en la mañana, hizo hincapié la nutrióloga consultada.
“Es un mito que uno no pueda ingerir un chocolate en la noche, es decir, si se encuentra dentro de nuestro límite de calorías diarias no hay un problema. Lo cierto es que debemos evitar que se consuman alimentos con tantas calorías en la cena con el fin de conciliar el sueño”.
Cenas cargadas de proteínas, o la ingesta de café, té u chocolate por la noche, puede alterar considerablemente el sueño, y así afectar la salud, ya que el descanso apropiado disminuye el riesgo de sufrir obesidad, diabetes y problemas cardíacos, pero también brinda estabilidad emocional y combate la depresión.
“No hay un alimento en especial que altere el sueño, más bien es la cantidad y la calidad de los alimentos lo que repercute”, explica.
CONSUMIR LO QUE SEA
Muchas veces las personas comen este tipo de comida por falta de tiempo. Las carreras y el hambre son dos malos consejeros que orillan a la gente a no elegir las mejores dietas posibles que tienen a su alcance.
“Es un error que las personas consuman lo primero que encuentren, y no escojan una comida completa o balanceada. Es un hecho que buscar platillos que tengan con menos grasas requiere tiempo”.
Asimismo, la no planificación de los alimentos, explicó la nutrióloga de la Universidad La Salle, es un generador de estrés que repercute en la forma en la que ingerimos los alimentos y puede desarrollar problemas gástricos y en el intestino.
EXCESO DE SAL E IRRITANTES
“El chile tiene hasta vitamina C, sin embargo, irrita el estómago y puede generar problemas gastrointestinales, al igual que varios condimentos”, explica Martínez.
El chile está en la mayoría de platos mexicanos, y pese a su folclore éste tiene un ingrediente activo llamado capsaicina, que también está presente en el reflujo gastrico, aún así es difícil que el chile haga daño por si solo, pero sus efectos se potencian al combinarse con cebolla y otras especies.
En cuanto a la sal, abusar de la misma puede propiciar la retención de líquido y entre otros efectos, dificulta el filtrado de la sangre que realizan los riñones.
TOMAR POCA AGUA
El agua juega un rol en la desintoxicación del cuerpo. En general, es bueno consumir agua antes de comenzar a sentir sed coinciden los expertos. La recomendación general de varios organismos internacionales es la ingesta de ocho vasos de agua por día.
Un error típico de las personas, de acuerdo con la especialista de la Universidad La Salle, es que las personas beben productos con cafeína o teína con el fin de paliar la sed, pero no prestan atención cuando estos tienen una función diurética, es decir, que eliminan el agua. Lo que genera deshidratación en nuestro organismo.
“Lo que una persona debe ingerir se basa en función de la actividad física de la persona, de su altura y peso, entonces, si yo no tomo agua puedo tener un infección en las vías urinarias, dolores de cabeza, problemas gástricos y estreñimiento”, finaliza la experta.